Transcantábrico: el tren hotel de lujo que te llevará a recorrer uno de los parajes más bellos de España

  • La opción más amable para el bolsillo es el Transcantábrico Clásico, mientras que el gran lujo está enfocado a aquellos viajeros que quieran una experiencia total. Lujo absoluto y descanso

En los destinos turísticos tradicionales de nuestro país hay verdaderas joyas escondidas, vergeles que los viajeros con la pituitaria entrenada buscan para encontrar experiencias muy diferentes al viaje tradicional. Las alforjas del viajero experimentado tienen que llenarse de nuevas piedras o viajar al pasado. Es un mandamiento.

¿Te imaginas un viaje en un tren de puro lujo que atraviesa paisajes verdes como la pupila de un Dios? No hay que imaginarse nada, porque ya existe y está en el norte de España. Es el tren Transcantábrico, un tren hotel turístico, el más veterano del país.

Lujo y sofisticación en movimiento

El viajero que quiera ronronear como un gato en los asientos de materiales nobles encontrará muy buenas razones para hacerlo en este tren, modificado para el descanso entre almohadones de plumas de ganso y vajillas de alto quilate. Una vez al mes sale uno. La apertura de la temporada de viajes se inicia en abril y concluye en septiembre de cada año.

El Transcantábrico es una máquina sofisticada hecha con los restos de los coches cama de la empresa Pullman & Co, renombrados como Transcantábrico Gran Lujo y Transcantábrico Clásico. Fue una idea de la empresa FEVE en 1983, con un primer viaje desde La Robla en dirección oeste, itinerario que a día de hoy sigue siendo uno de los preferidos de los viajeros. Este hotel en movimiento recorre casi toda la cornisa cantábrica, recala en Bilbao y sigue por las vías del antiguo expreso de la Robla hasta llegar a su destino: León.

Cuatro vagones datados en 1923, ahora con estética vintage, sobreviven de aquellos viajes de los años que la empresa Pullman & Co ofertaba para los viajeros gustosos del lujo, el terciopelo y las vajillas. Este expreso de medianoche con sabor español ganó en 2009 un puesto en la lista de los 25 mejores trenes del mundo otorgado por la Sociedad Internacional de Viajeros en Ferrocarril.

El Transcantábrico Gran Lujo, la opción superior, para los bolsillos generosos que dispongan de unos 3800 euros, hace la ruta hasta San Sebastián. Incluye la costa norte, la inmensa mirada helada de los Picos de Europa y hasta las cuevas de Altamira, Luarca, la solemne playa de las catedrales. Todos son paradas posibles a partir del núcleo duro del viaje, la experiencia del tren y de sus materiales: la madera noble, los dorados, ese aire vetusto y vintage del interior, todo decorado a la medida de esos vagones, que no admitirían decoraciones rupturistas. El viajero quiere en sabor de lo añejo. Un sillón de cuero y una vista que le presentarías a tus padres.

Un hotel de cinco estrellas sobre raíles

“Mucha gente lo ha definido así. Como un hotel de cinco estrellas, una especie de crucero sobre raíles’, opina Beatriz Reguera, la así llamada jefa de expedición, en un reportaje de Eitb.

Razón no le falta. En el Transcantábrico Clásico, hablamos de suites a la altura de los que buscan la experiencia más premium. Cuentan con cama de matrimonio, además de muchos otros añadidos para solucionar cualquier antojo en los gustos de los que hayan hecho el desembolso y ahora dejen la mirada perdida en los paisajes que ofrece la ruta: hilo musical de fondo, hidromasaje y sauna, maletero, caja fuerte, minibar, y, por supuesto, aire acondicionado y calefacción para los menudeos del sol o del frío.

El Gran Lujo ya son palabras mayores. Además, este tren de calidad superior está adaptado a las necesidades del tecnoadicto: suites más amplias con camas enormes, de hasta 150x200; ordenador personal con conexión wifi, el doble combo del hidromasaje y la sauna, y lo mejor, unas ventanas catedralicias y enormes para merendarse las vistas.

El viaje incluye las mismas comodidades que cualquier hotel de calidad que haga honor a su buen nombre. Todo en este tren está pensado para nuestro disfrute, y por eso, una vez dentro, hay que olvidarse de obligaciones mundanas. El viaje también es mental, para esconderse del mundanal ruido.

Gastronomía y turismo

Puede parecer algo al alcance de pocos bolsillos, pero en realidad, el viaje en el Transcantábrico está orientado a ofrecer una experiencia total a los viajeros que quieran combinar lujo, descanso, cultura y gastronomía.

La oferta más popular es la que incluye siete noches de estancia en régimen de pensión completa (desayuno con buffet libre, y comida y cena en restaurantes exclusivos de la ruta), prensa a disposición del viajero, excursiones programadas a partir de las paradas de la ruta, diversiones en el coche-pub o en los salones de té, con actuaciones musicales cada noche.

En cada estación en la que para, queda a elección del viajero hacer las visitas culturales ofertadas en un autocar de lujo con un guía, incluido en el pack de viaje, o quedarse dentro de ese ensueño mecánico, el interior del tren.