Vivienne Westwood nunca deja de sorprender. La siempre reivindicativa diseñadora de moda, a sus 79 años, continúa muy activa en la vida pública. Después de haber protagonizado acciones contra el cambio climático o el 'fracking' y convertirse en las manos que tejieron la estética 'punk' en décadas anteriores, Westwood ha vuelto a convertirse en foco de atención con su acción durante la manifestación para pedir la libertad del periodista australiano Julian Assange. Y lo ha hecho de una forma muy gráfica y especial.
Vestida de amarillo con un traje pantalón y una gorra multicolor, como su maquillaje, una Westwood enjaulada no ha dudado en pedir un megáfono y clamar por justicia para Assange. "No es un crimen decir la verdad" o "soy el canario de la jaula" han sido algunas de las consignas que ha gritado en la manifestación junto a decenas de personas. La escena, como ella mismo se encargó de confirmar, recordaba a la de un canario enjaulado que los mineros utilizan para saber cuándo hay gases nocivos. Una metáfora sobre la situación en la que se encuentra Assange.
A Westwood nunca le ha gustado que le digan lo que tiene que hacer. Nació en una familia humilde del Reino Unido. Con el tiempo fue iniciándose en el mundo de la moda y tras su primer divorcio, conoció a Malcolm McClaren, músico, productor y manager de los 'Sex Pistols' que falleció en 2010. Con su ayuda abrió una tienda en King's Road de temática punk en los primeros años de los 70, en la que sobresalió como imagen del movimiento y se afianzó.
Después de terminar con McClaren, se lanzó en solitario y despegó en su carrera artística. Fue la diseñadora del vestido de novia de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York y lanzó su propia marca, con la que alcanzó el estrellato en el mundo del diseño de moda. Siempre ha sido una mujer muy reivindicativa, vinculada a movimientos sociales y muy concienciada con el medio ambiente. Independiente y fuerte, así es Vivienne Westwood.