Ordenar tu escritorio aumentará tu productividad en cuarentena: trucos básicos para conseguirlo

  • Los diseños de espacios de trabajo minimalistas y con pocos elementos visuales ayudan a concentrarnos en el trabajo.

  • Tener las cosas organizadas y a mano para no perder tiempo en buscarlas, la clave

La cuarentena pilló a muchos con la casa hecha unos zorros y sin un lugar de trabajo adecuado para retomar las obligaciones laborales y los compromisos. La mesa del comedor o ese cuarto donde se arrumbaban el tendedero y los trastos han florecido como rincones nuevos para teletrabajar con el ordenador, la silla y los bolígrafos.

Ha entrado en nuestra vida la cuestión (e importancia) de ordenar y diseñar un buen espacio, productivo, si distracciones; un escritorio modélico en el que dé gusto teclear, hacer reuniones por zoom y tenerlo todo un poco más compartimentado de lo normal.

Te damos algunas claves para tenerlo tan ordenado como el de un presidente norcoreano.

Las medidas

Lo primero y más importante. Para trabajar en un escritorio decente necesitamos que cuente con unas medidas mínimas, sobre todo en todas esas casas que no lo tenían antes de esta crisis. Las recomendables para manejarse en el teletrabajo con una cierta soltura son 70 cm de largo, 40 de profundidad y 75 de altura, aunque si disponemos de más espacio, mejor será para organizarlo y hasta separar el despacho por zonas de trabajo. Se recomienda también diseñarlo con amplitud suficiente para poder mover la silla sin encorvarnos como si fuéramos criaturas que viven bajo tierra (90-105 cm).

Otra cuestión importante: lo estético no resta sino que suma. Existen muchos escritorios que además son bellos y armonizan con el corazón de nuestra casa. Un despacho y un escritorio decorados con cierta gracia pueden ayudar a infundirnos calma y ganas de pasar tiempo trabajando en ellos. Ya estás tardando en encargar una planta para tenerla al lado. Los ojos se te pueden ir ahí cuando el trabajo te estrese.

El gran tip: escoge una alfombra que no se levante ni arrugue cuando las patas de la silla pasen por encima en uno de tus bailes locos.

Organigrama

Un buen escritorio es un espacio en el que podemos recordar nuestras tareas al instante y tenerlas ‘presentes’. Da igual el trabajo que tengamos. Por eso siempre ayuda dejar un espacio en un lugar visible y cercano de la pared para la pizarra. Puedes utilizarla como calendario o bien organizar cada sesión de trabajo ahí, como si fuera un bullet journal.

Accesorios

Puede que antes de la cuarentena no nos importara mucho que el escritorio pareciera un campo de batalla, al fin y al cabo solo lo usábamos de vez en cuando. La cosa cambia cuando queremos que resulte cómodo para teletrabajar, nos permita tener todo a mano y sea fácil de ordenar si somos de los que no hacemos ni la cama.

Lo mejor es hacerse con unas estanterías (para la pared de enfrente), o bien añadir una cajonera a la mesa base. Los organizadores de cocina harán tu vida mucho más fácil para compartimentar el interior. Es muy útil escoger accesorios destinados a algo específico: bolígrafos, documentos y papeles importantes.

La estética, una vez más, puede ayudarnos: receptáculos clasificados por colores o bien diferenciados estéticamente harán que sepamos al instante donde tenemos cada cosa. Lo mejor es despejar los alrededores del lugar central de trabajo. Ahí irá el ordenador, quizás un cuaderno para tomar notas, el móvil y todo lo que utilicemos de continuo.

En los trabajos artísticos es muy común añadir algún tipo de panel perforado que se fija a la pared, al que se pueden anclar botes para los pinceles, los bolígrafos de tinta, etc. No es muy distinto de lo que se podría hacer en nuestro home office para los bolígrafos y otros elementos útiles.

Todos estos elementos deben estar a mano, para no tener que movernos mucho. Entre 40 y 70 cm de distancia respecto al ordenador.

Los que usemos de vez en cuanto pueden colocarse en una estantería adyacente a la mesa. Una impresora, por ejemplo, el teléfono fijo, y así con todo lo que tenga una utilidad secundaria.

Una vez hemos diseñado un espacio que no nos distraiga, conviene atender a un último punto heredero de los escritorios minimalistas, tan en boga ahora mismo. Tanto si nuestro escritorio precisa de aparatos con muchos cables como si solo son algunos, ayuda mucho a concentrarse organizarlos y anclarlos fuera de la vista, debajo de la mesa o en una caja atornillada que los organice y nos quite trabajo de limpieza. Puede añadirse a la mesa un clasificador de conectores, de manera que solo tengamos que tirar del cable que necesitemos para conectarlo.