Patatas fritas con la mitad de calorías y otros milagros de las freidoras de aire

  • ¿De verdad funciona? ¿Se pueden freír patatas sin aceite?

  • Te contamos todos los aspectos en los que te tienes que fijar antes de comprar una

  • Se han convertido en el nuevo electrodoméstico de moda en las cocinas

Comer patatas fritas sin remordimiento era, hasta hace relativamente poco, una utopía. Que tus nietos lo hiciesen sin sentirte tú mal, también. Seamos sinceros, pegan con todo. Un filete, mejor con patatas, un guiso, mejor con patatas, si vienen amigos a casa, también unas patatuelas. En conclusión, que este tubérculo nos encanta y su versión pasadita por aceite es la mejor. Pero la bendita tecnología nos permite, ahora, conseguir ese sabor y esa textura crujiente sin una gota de grasa. Hablamos de las freidoras de aire caliente, que han revolucionado el mercado de la misma forma que la famosa Thermomix lo hizo en los años 60. De diseño compacto, se ha convertido en un esencial del hogar. Ofrece opciones prácticamente infinitas. Puedes cocinar desde un pescado congelado, hasta unas verduras o un arroz. Perfectas para calmar cualquier antojo sin necesidad de consumir demasiado aceite y reduciendo drásticamente las calorías de los platos. Te contamos cómo funcionan y en qué debes fijarte a la hora de comprar una.

Un horno de convección versión mini

Con aspecto de una freidora moderna, con líneas curvas y todas con un diseño similar, las freidoras de aire son pequeños hornos de convección. Funcionan con un ventilador que hace circular el aire muy muy caliente para que los alimentos se cocinen de forma rápida. La razón por la que se quedan tan crujientes es porque se cocinan de fuera hacia dentro y eso hace que en la capa exterior se quede extremadamente dorada, pero sin necesidad de utilizar una gran cantidad de aceite.

Gracias a este sistema puede utilizarse para cocinar casi todos los ingredientes, los que harías normalmente tanto en una freidora convencional como en el horno. Eso significa que puedes hacer desde croquetas o empanadillas, verduras que tendrán un toque muy crujiente e incluso cruasanes o galletas, es decir, que también es una buena alternativa para hacer repostería. Lo hemos probado y te aseguramos que el resultado es espectacular.

Como si de un horno se tratase, en lugar de contar con una bandeja, tiene una cesta en la que se colocan los ingredientes y se introduce dentro del aparato en sí. Una vez ahí, cuenta con una serie de botones en los que se puede añadir tiempo y temperatura y, también, dependiendo del modelo cuenta con algunos selectores de preparaciones específicas como si es un alimento congelado, pollo o un postre.

¿En qué me fijo a la hora de elegir?

Aunque el funcionamiento de todas es similar, como pasa con todo, al comparar unas y otras no son exactamente iguales. Lo primero en lo que debemos fijarnos es en el tamaño. Para qué engañarnos, son electrodomésticos bastante voluminosos y, para que sea práctico, debemos tenerlo en la encimera si lo vamos a usar con cierta asiduidad y si no es así, querrás una fácil de almacenar. Así mismo, el tamaño del cesto es fundamental. No es lo mismo si quieres cocinar para uno o para una familia entera. Para que te hagas una idea, en un cestillo de 2,5 litros, caben aproximadamente medio kilo de patatas fritas. También, tienes que tener en cuenta que, a medida que funciona, se calienta más y más, por lo que el material con el que esté hecho es importante para que no irradie esas altas temperaturas hacia el exterior, también que cuente con un apagado automático y con elementos sonoros y visuales que avisen si se calienta de más.

La temperatura que alcanza durante la cocción también es algo en lo que poner el ojo. Si vas a lanzarte a preparar proteínas como pavo, pollo, merluza o similar, necesitarás que la máquina pueda cocinar, al menos, a 200 grados. Pese a que la mayoría llegan sin problema, no está de más que lo compruebes antes de adquirirla. Como se trata de un electrodoméstico novedoso quizá estés un poco perdido la primera vez que lo abras, muchos de ellos incluyen un recetario que te será muy útil los primeros días hasta que le cojas el truquillo, si no lo tiene incorporado, mejor escoge otro, la variedad es enorme.

Por último, te recomendamos que estudies bien el tema de la limpieza. Que la bandeja se pueda extraer y sea apta para lavavajillas es una de las cosas que más agradecerás. También debes fijarte en que el cestillo y la sartén estén fabricados con revestimiento antiadherente y que sean compatibles con el uso de papel de aluminio que evitará el derrame de residuos y hará que sea más fácil todavía limpiarla después de cada uso.