Cómo conseguir que un amor de verano dure para siempre

Si las bicicletas son para el verano, también lo es ese amor intenso, inolvidable y fugaz que suele ocurrir en las vacaciones. El idealizado amor de verano que hemos visto en tantas películas y leído en tantos libros es un clásico que se repite de generación en generación, y no necesariamente en la adolescencia. Cualquier edad es buena. Surge en un entorno idílico, alejado de nuestra cotidianidad, y eso hace que sea muy difícil de mantener el resto del año, pero no es imposible. Con la ayuda de los expertos de TherapyChat ofrecemos algunos consejos para mantener la llama encendida tras la época estival.

¿A qué se debe que en verano nuestro cerebro intensifique las emociones relacionadas con la faceta amorosa? La llegada del buen tiempo, los días más largos, el incremento de luz, el relax y el tiempo libre hacen que se incrementen los niveles de serotonina y nuestro estado de ánimo mejore significativamente. Asimismo, una mayor producción de dopamina interviene en la motivación, la memoria y la atención, mientras que las endorfinas aumentan el deseo sexual.

Lamentablemente, cuando toca volver a la realidad tras las vacaciones sale a relucir la otra cara de la moneda y la relación que surgió bajo unas determinadas condiciones no sostenibles suele atravesar problemas. De hecho, no necesariamente un estancamiento puede estar provocado por el fin de la época estival, sino que simplemente la relación no tenía una base sólida - afinidad, proyecto en común, confianza, sobre la que sustentarse y afianzarse.

La continuidad del vínculo dependerá de las circunstancias vitales de los implicados y la de la capacidad de adaptarse a unas nuevas reglas, costumbres distintas y puede que ciudades distintas. Lo más importante es la voluntad de que salga bien, que ambas partes quieran continuar, aunque tenga que ser en la distancia. Realmente es imposible adivinar si las cosas van a seguir funcionando de regreso a la rutina, pero seguir estas pautas puede hacer que el amor de verano dure.

Transmitir buenas sensaciones

Una primera clave para afianzar un amor de verano es vivir día a día dedicándose grandes dosis de buen humor, risas y cariño y dejar que el tiempo haga su trabajo. Es decir, transmitir buenas sensaciones. Es fundamental conservar la diversión en la pareja a la hora de recuperar a nuestras rutinas diarias y volver al trabajo.

Planificar nuevas escapadas

Dejar atrás el entorno idílico en el que os conocisteis no implica dejar de buscar nuevos entornos idílicos. Lo importante es no dejar que la pareja caiga en la rutina. Para ello hay que planear de forma conjunta nuevas escapadas y viajes a lugares que puedan interesar a ambas partes. O tratar de sorprender al otro. Ni siquiera hacen falta grandes salidas a lugares lejanos y exóticos. Pero escaparse un fin de semana solos es vital para mantener el romanticismo vivo.

Comunicarse de forma efectiva

Decirse el uno al otro lo que se siente o lo que molesta es crucial. Hay que tener siempre una disposición a escuchar la opinión la opinión de la otra parte, con respeto y sin herir los sentimientos. Debemos ser empáticos y aclarar cualquier malentendido o duda que pueda surgir. Un error común en las parejas es dar por hecho que el otro tiene que adivinar qué nos pasa. Debemos tener la confianza de comunicárselo abiertamente.

No perder el deseo

Según diversos estudios, el deseo sexual en una pareja tiende a disminuir con el tiempo, algo que normalmente está relacionado con la repetición de rutinas, horarios y lugares. En una relación es importante evitar que la cotidianidad no nos haga perder la intimidad y se creen espacios y momentos privados en los que poder disfrutar de ello. Hay que recordar que la pareja no puede funcionar sólo con sexo, pero tampoco puede hacerlo sin él.

Planear un proyecto de vida conjunto

Es importante que las dos partes coincidan en querer un proyecto de vida en el que esté presente su pareja. Proponerse metas y objetivos que requieran de un esfuerzo compartido activa las ganas de lograrlos y de disfrutar del camino a recorrer. También es importante compartir una serie de valores y que haya complicidad. Saber que el otro está para uno cuando lo necesita, y a la inversa, alimenta la confianza y las ganas de continuar con la relación.