"Quiero dejarle pero no puedo": cinco consejos de terapeuta de pareja para quitarte de encima la dependencia emocional

 La dependencia emocional en las parejas es un problema mucho más común de lo que creemos. Sucede cuando una de las dos partes siente una necesidad exagerada de recibir afecto del otro. Se anula totalmente y pasa a vivir la vida de la otra persona, como si no tuviera una propia.

Además, alguien con dependencia emocional es incapaz de salir de la relación y dejar a la otra persona, por muy mal que lo esté pasando. Al final suele ser el otro miembro el que se marcha ante la amenaza de ver su libertad seriamente recortada. Almudena Sos, terapeuta de parejas, nos da las claves para entender mejor este fenómeno, qué factores lo desencadenan y cómo se puede combatir.

En primer lugar, ¿en qué consiste la dependencia emocional?

Es un estado en el que te anulas completamente cuando estás con la persona o personas por las que sientes esa dependencia. Si vamos a un nivel más profundo, el problema principal es un estado de desconexión profundo contigo mismo y, para perpetuarlo, vives la vida de la otra persona que te hace seguir desconectado de ti mismo. La dependencia emocional es la consecuencia, no el problema. El problema es mucho más profundo que todo eso.

¿Qué factores la motiva?

La dependencia emocional la motiva experiencias vividas desde que somos bebés, en las que nos hemos sentido solos, desatendidos. No hemos contado con los recursos suficientes para afrontar una situación y esa herida se va a ir repitiendo a lo largo de nuestra vida con la esperanza de ser sanada. 

De adultos volveremos a revivir esa misma sensación de soledad y abandono de forma recurrente y cada vez de forma más intensa por ser presente.

¿Y qué implica tener dependencia emocional en la pareja?

Implica que vives por y para la otra persona. Se suele decir que es más frecuente en mujeres que en hombres, pero yo creo que afecta a ambos miembros por igual, aunque cada uno reacciona de una manera diferente. La mujer suele reaccionar de una forma más hacia a fuera, más demandante de la atención de su pareja.

En el caso del otro miembro, muchas veces la figura masculina, suele reaccionar a esa demanda de atención cerrándose más en sí mismo, y prestando menos atención a su pareja, con lo que acentúa el carácter dependiente de la otra persona, en este ejemplo la mujer. Pero ambos miembros son dependientes en el sentido que les afecta la actitud del otro.

En las relaciones dependientes, suele haber un miembro que demanda continuamente y otro que se va o se cierra reaccionando a las demandas del primero. Por eso insisto en que ambos están afectados por la conducta del otro, o sea, que no son independientes emocionalmente el uno del otro.

¿Qué cinco consejos se pueden aplicar para eliminar esa dependencia emocional?

  1. Acude a un profesional que trabaje el tema de raíz. En los libros vas a obtener información, no transformación. El problema de leer libros de autoayuda y de hacerlo por tu cuenta es que crees que saber es experimentar transformación, y no es así, es simplemente repetir y reconocer mentalmente una experiencia y saber ubicarla, pero no hay transformación por lo que es difícil erradicarlo.
  2. No te obstines en eliminar tus dependencias emocionales sino en aprender a vivir con ellas sin que se te lleven por delante. Las personas dependientes, es muy difícil que eliminemos la dependencia emocional al 100 por cien.
  3. Céntrate en ti y no en la otra persona, conscientemente. Las personas dependientes tenemos tan arraigado el vivir la vida de la otra persona que nos sale automático el perdernos en la otra persona. Es algo que hay que hacer continuamente trayendo el inconsciente al consciente. Cuesta muchísimo, pero es posible conseguirlo.
  4. Créate una vida propia: es un punto muy difícil ya que la persona dependiente nunca ha tenido una vida propia. En terapia me gusta mucho poner el ejemplo de una relación de pareja en la que uno tiene una enfermedad, o una adicción, por ejemplo el alcoholismo, y el otro aparentemente es el sano, pero en muchas ocasiones está peor que el enfermo, ya que vive por y para él. Y es muy frecuente que cuando el enfermo o adicto se libera de esa enfermedad, el cuidador empieza a ponerse fatal, ya que su vida en los últimos años se había limitado exclusivamente a cuidar de que el otro estuviese bien. Es muy frecuente desear que su cónyuge vuelva a estar enfermo ya que así tenían toda la familia un status quo, y ahora todo se ha desmoronado. Básicamente es que ahora el otro miembro se encuentra frente a frente con una vida vacía que nunca se ha creado. Y eso da vértigo. Es imprescindible empezar a crear esa vida.
  5. Conócete a ti mismo y comprueba qué estás haciendo que para ti sea más fácil desconectarte de ti mismo. De hecho, esa desconexión es una solución de supervivencia. Muchas veces lo hacemos a través de las obsesiones y compulsiones, pero esas no serían la causa sino la consecuencia de algo mucho más profundo.

¿Cómo podemos detectar si sufrimos dependencia emocional?

No sientes paz en tu relación. Estás continuamente en un estado de miedo porque temes perder a la otra persona. No sabes tus gustos propios, ni qué te gusta hacer, ni tus comidas favoritas, ni tus películas favoritas. Sí sabes todo de la otra persona, pero a ti no te tienes en cuenta. Vives por y para la otra persona.

El termómetro sería cuando percibes que no eres feliz, que tu día a día te pesa en lugar de afrontarlo con ilusión. Ese sería un primer paso. A partir de ahí sería importante pedir ayuda a un profesional con experiencia en el tema que no sea muy mental para que te ayude a ver qué tienes que hacer y qué cambios hay que implementar así como qué hay detrás de todo esto.