Gestionar el duelo por una infidelidad: qué hacer y qué evitar

  • Cuando nuestra pareja nos es infiel, se desencadena un mecanismo de emociones similar al de la pérdida de un ser querido

  • El dolor, la decepción y la rabia son los sentimientos más habituales y los responsables de que tomemos decisiones precipitadas

  • El contacto cero, dejar de ver o de saber de la persona que nos ha sido infiel, es la manera más eficaz de superar el duelo

Enfrentarse a una infidelidad es una de los conflictos más complejos con los que lidiar en una relación de pareja. Tendemos a analizar las causas, poniendo el foco en la propia culpabilidad. Sin embargo, no hay causas que permitan predecir cuándo o por qué nos van a ser infieles. Puede pasar en todas las parejas, con independencia de la edad, el nivel cultural y el socioeconómico.

Aunque saber que tu pareja te ha sido infiel no es lo mismo que enfrentarse a la muerte de alguien, es cierto que se da una situación de duelo por el que hay que transitar. ¿Cómo hacerlo? Según una encuesta realizada por la app de citas Adopte, el 66% de las personas encuestadas han sufrido infidelidad en alguna ocasión. Además, el 48% afirma haber sido infiel alguna vez en alguna de sus relaciones, frente a un 52% que afirma no haber sido infiel nunca. Para aquellos que sí han pasado por la experiencia, aquí van las conclusiones de la encuesta sobre lo que sí o no hacer.

Reflexionar: ¿Qué estamos sintiendo?

Las personas que admitieron que en alguna de sus relaciones la otra pareja les fue infiel admitieron en su mayoría que sintieron dolor (un 45%). Es habitual que el primer pensamiento sea por qué nos ocurre a nosotros cuando nuestra actitud ha sido irreprochable.

En segundo lugar, con un 32%, se posiciona la decepción. Haber proyectado ciertas expectativas sobre esa persona y descubrir que en realidad no se cumplen es otra sensación habitual. Por su parte, otro 17% afirmó que más que dolor o decepción, ellos sintieron rabia, junto al 6% que dijo sentir indiferencia.

¿Separación a la vista?

Cuando nos enfrentamos a una infidelidad, ya sea en una relación de muchos años o de meses, cerebro y corazón son un volcán emocional. Con los sentimientos a flor de piel, cualquier decisión puede ser precipitada y hacer que nos arrepintamos más tarde. Sin embargo, la ruptura suele ser la salida más habitual y también la más irrevocable.

El 46% de los encuestados afirma que, para ellos, una infidelidad supone la ruptura automática. Se rompe la confianza, que es la base de toda relación, y ya no queda nada. El 45% fue más cauto y esperó un tiempo hasta que tomó la decisión final para no precipitarse. Por otro lado, el 10% afirmó que lo perdonó en seguida.

Sentimientos negativos

Superada la fase de dolor, de miedo y angustia, llega la ira y, con ella, algunos impulsos de venganza. El 83% de los encuestados confirmó haber sido infiel a esa persona que fue infiel en primer lugar, frente a un 17% que decidieron no obedecer a los impulsos de venganza y seguir adelante con el duelo de una manera más sana.

El contacto cero, la mejor opción

Somos animales de costumbres. Por tanto, echar de menos a la persona con la que hemos compartido la vida no es extraño. No tiene nada que ver con la dependencia emocional, sino con la simple costumbre. La ausencia es quizá la parte más difícil de gestionar, y es frecuente que creemos excusas para estar nuevamente al lado de esa persona.

Sin embargo, el contacto cero es la opción más rápida para pasar el duelo: no verle, no escribirle, no visitar sus perfiles en redes sociales… Cada vez que tenemos algún tipo de contacto con esta persona es como si volviéramos al punto de salida del duelo.

¿Somos capaces?

Ser capaz de aplicar el contacto cero es bastante complicado para muchas personas. No se trata de una fórmula mágica, debe de ir acompañado de un trabajo personal y un tiempo para sanar. La mejor medicina para pasar el duelo es invertir en uno mismo, realizar actividades que nos resultan placenteras y rodearnos de un entorno que realmente nos quiera y nos valore.

El 40% de los encuestados afirma que, después de la ruptura, 'espiaban' a su expareja por redes sociales; el 30% admitió que lo hacía de vez en cuando y otro 30% admitió también que no lo hacía nunca.

El 38% aseguró que mantuvo a rajatabla el contacto cero después de la ruptura; el 33% confirmó que no lo mantuvo pero se alejó bastante de esa persona, y un 29% admitió haber establecido contacto en alguna ocasión.

Lo que sí tienen claro la mayoría de los encuestados, en concreto el 62%, es que el contacto cero sí les ayudó con creces a superar el duelo; el 21% admitió que sí les ayudó pero no fue suficiente para superarlo frente a un 17% que admitió que no le sirvió para nada.