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‘The Lost Weekend’ es, probablemente, uno de los documentales que más dará que hablar a lo largo de este año. La protagonista, May Pang, una mujer de 72 años que se crio en el barrio de Harlem de Nueva York como hija de inmigrantes chinos que regentaban una lavandería, pero que con 19 años entró a trabajar en Apple Records, el sello fundado en 1968 como división de Apple Corps, donde se gestionaba el éxito de los Beatles y donde conoció a John Lennon y a Yoko Ono. Ahora, Pang cuenta su historia con la pareja.
Era 1973 cuando Yoko Ono entró al despacho de May Pang, que entonces era la asistente personal de ella y de su marido para hacerle una petición porque su relación no pasaba por el mejor momento. “Él va a empezar a salir con otra gente y sé que tú estás soltera y que no andas detrás de John, pero necesitas un novio y creo que serías buena para él”, le dijo. Pang, como no podría ser de otra manera, prácticamente se quedó sin palabras.
“Tenía 23 años y mi primer novio fue John Lennon”. El documental narra toda aquella historia, ahora desde la perspectiva y el testimonio de Pang, con un título (el fin de semana perdido, en español) que es como Lennon se refería a la relación que tuvo con la joven, un romance que realmente duró un año y medio. Un relato sobre su primera historia de amor.
Cierto es que la relación del artista y Yoko Ono quizá pasaba por una etapa convulsa. Se habían casado en Gibraltar y un año después los Beatles se separaron. ¿Qué pasó? Que los seguidores de la banda, que precisamente no son pocos, encontraron en Ono a la culpable de la disolución. Así, en 1971 abandonaron Londres y establecieron una vida nueva en Nueva York, donde años más tarde John Lennon sería asesinado en la entrada de su edificio.
El matrimonio no estaba pasando su mejor momento y, la crisis en el aspecto sentimental traspasó al ámbito artístico, a lo que se sumaban las inseguridades de Lennon ante su carrera en solitario o su abuso del alcohol, por no hablar de su control sobre Yoko Ono, a la que siempre acompañaba al baño, entre otras de las situaciones que se daban.
La artista estaba cansada y sabía que necesitaba un tiempo con Lennon, estar alejados, por lo que pensó que otra mujer debía cuidar de él, y no encontró a nadie mejor que a May Pang, a la que consideraba inteligente y atractiva, la mejor opción. Así, pese a la negativa inicial de la joven, mantuvo una relación con Lennon entre 1973 y 1975, cuando regresó por completo con Yoko Ono.
Se habla de Pang como la amante de Lennon que Yoko Ono eligió, en parte con razón, pero la realidad es que la joven ejerció como novia, pues llegaron a convivir durante un tiempo, acudieron juntos a fiestas de amigos como Ringo Starr, Elton John o Mick Jagger.
“Era una persona increíble que quería descubrir cosas”, recuerda en una entrevista con People donde revela que tuvo relación con el resto de los Beatles y que “George (Harrison) dijo una vez: ‘Estoy tan feliz de que estés con John’, y fue muy amable por su parte decirme eso”.
Aunque ahora habla ante la cámara, parte de este relato está recogido en su libro de 2008 ‘Instamatic Karma’, donde explica, entre otras cosas, que consiguió que el cantante recuperase la relación con Julian, hijo fruto de su primer matrimonio con Cynthia Powell, que le mostró su agradecimiento a Pang por haber logrado tal reencuentro.
No obstante, a lo largo de esos meses las fiestas y los problemas con el alcohol de Lennon fueron evidentes, momento en el que el cantante y Ono iniciaron su divorcio, que nunca llegó a materializarse. Según Pang, la predisposición de John Lennon por separarse pilló a su mujer por sorpresa, lo que hizo que la relación entre la joven y el artista acabase después de que ellos se reencontrasen.
“Yoko no se dio cuenta de que lo nuestro iba a convertirse en una historia de amor. Creía que sería cosa de dos semanas”, explica Pang. "Por una parte, Yoko Ono se aprovechó de mi porque yo era ingenua. Por el otro, me hizo un regalo. John y yo nos enamoramos". Entonces, llegó la llamada de Yoko Ono en la que le decía que iba a volver con él. Una relación que no terminó ahí, sino el día en que Lennon murió. “Venía a verme en secreto, me decía que todavía me quería. Cosas muy íntimas. Lo nuestro no había terminado”.