Cómo separarse sin traumas: "En muchos casos, hay que hacer una terapia individual antes"

  • Es importante crear un plan conjunto de cese de la convivencia: quién se va de casa, cuándo y cómo romper los vínculos de la convivencia

  • Lara Ferreiro, psicóloga: "Muchas personas creen que si no están enamoradas, no funciona; pero el amor se transforma"

  • "El camino de la separación abarca seis fases: del shock emocional hasta el aprendizaje y la superación final"

En 2021, los divorcios crecieron en España hasta los 93.505, un 2,7% más que en 2020, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El pasado año se registraron un total de 57.168 demandas de divorcio consensuado en 2021, un 4% más que las de 2020; y 36.337 demandas de divorcio contencioso, que se incrementaron un 0,7% con respecto al año anterior.

Quizás formas parte de la estadística o estás planteándote ser una de esas personas que forman parte de los divorcios consensuados. Si es así, coincides con nuestro punto de partida: ¿Cómo deshacer la pareja sin traumas? La mala noticia es que hacerlo libre de conflictos no es posible, pero sí hay algunas pautas que pueden ayudarnos.

¿De verdad no le quiero?

Desde hace tiempo, la convivencia se te hace cuesta arriba. Quizá crees que ya no quieres a tu pareja, pero antes de tomar una decisión tan definitiva, hay que reflexionar de manera serena. "Hay que identificar en qué situación nos encontramos; si estamos ante unas circunstancias reversibles o irreversibles", explica la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro.

Entre las condiciones reversibles, la falta de deseo sexual o las discusiones continuas. "Estos son aspectos que se pueden superar en terapia. En el caso del sexo, con las 'horas rojas' semanales en las que la pareja se encuentra en un ambiente propicio. Para los conflictos, el semáforo de la ira, en el que enseñamos a parar mediante técnicas concretas", señala Ferreiro.

Hay que saber traducir las etapas de la pareja porque el amor se transforma

Hay otras situaciones reversibles que se pueden trabajar en terapia y que están asociadas a la propia dinámica de cualquier relación. El amor tiene cuatro 'pantallas': enamoramiento, zona de confort, crisis y, si se supera, amor incondicional. "Hay personas que no saben traducir el momento que viven y creen que si no están siempre enamoradas, con mariposas en el estómago, no funciona. Pero lo cierto es que el amor se transforma", señala la psicóloga. Saber pasar por esas 'ventanas' con serenidad se puede trabajar.

Situaciones límite

¿Qué es lo irresoluble, lo que no se puede trabajar? "La infidelidad, como la que se vive en el desenamoramiento. Ese duelo tiene seis fases. En las últimas, cuando aceptamos que ya no es posible estar con esa persona, que hemos aprendido todo de esa relación y que ya no sentimos nada por ella, es que eso es irreversible".

A veces, para aclarar la situación es necesario hacer una terapia individual. En esos casos, no es fácil saber si la ruptura es necesaria. "A veces hago una pregunta rápida y les pregunto qué sienten si saben que su pareja se ha acostado con otra persona. Si me dicen que no sienten nada absolutamente, la separación está clara", explica la psicóloga. Si ese momento ha llegado, hay que hablar con el otro miembro de la pareja.

La reacción de la otra parte

Ha llegado el momento de hacerle partícipe de tus sentimientos de ruptura. ¿Cómo va a reaccionar la otra parte? "Va a reaccionar en función de su personalidad. No hay una respuesta estándar, va a depender de si la otra parte ya lo anticipaba o no o si el sentimiento era compartido. No hay una respuesta universal", señala Lara Ferreiro. Aún así, esta profesional destaca las cinco reacciones más habituales:

  1. Miedo. "Miedo y ansiedad porque la seguridad vital de la otra persona se rompe".
  2. Tristeza. "La manifestación más típica: llanto y frases sobre lo mucho que le queremos".
  3. Rabia: "Insultas, rompes cosas, le echas en cara conflictos del pasado, atacas diciendo que tú tampoco eres feliz".
  4. Orgullo: "Es un mecanismo de defensa, la típica actitud de 'bueno, haz lo que quieras. Es la típica respuesta pasivo-agresiva. En realidad, no es así. Luego te derrumbas, pero no quieres demostrar que estás mal".
  5. Estimulación: "La otra parte empieza un bombardeo amoroso, una especie de reconquista amorosa en la que la otra parte insiste en que nos va a dar lo que necesitamos.

Nadie mejor que uno mismo para saber cómo es nuestra pareja. Por lo tanto, tenemos que esperar que reaccione tal y como es. "Si sabemos que, por ejemplo, es colérico, mejor fuera de casa", advierte la psicóloga.

¿Es el momento adecuado?

En este mismo sentido, hay que pensar si el momento es adecuado. Plantear una separación ante una crisis vital no es una buena idea. "Si sabemos que una persona está en el pozo, por ejemplo, acaba de morir un ser querido, no es el momento. En terapia he visto personas que han esperado a que su pareja pasara el duelo para comunicarle que quería separarse. En otros casos, cuando por ejemplo alguien se ha quedado sin empleo, se puede llegar a acuerdos de vivir como compañeros de piso", afirma Ferreiro.

Preparar la agenda del cese de la convivencia es una tarea de los dos miembros de la pareja

Sin embargo, ninguno de esos acuerdos puede funcionar en el largo plazo. Podemos darnos unos meses cuando las circunstancias no son buenas; pero, una vez tomada la decisión hay que hacer un plan de cese de convivencia: quién se muda, cuándo... En definitiva, cómo ir deshaciendo los vínculos en la casa y el entorno que compartíamos.

Comunicárselo a los hijos

Es algo importante porque en el momento que se comunica debe haber un cambio de rutinas. "La decisión tiene que madurarse entre dos y seis meses, el tiempo para que los dos lo tengan claro. No podemos ser impulsivos, contarlo y que los niños vean que después de comunicarles la separación, los dos siguen viviendo en casa o durmiendo juntos", explica Lara Ferreiro.

En la comunicación a los hijos, depende mucho de la edad. Cuando son pequeños, mejor por separado. Si son mayores, lo mejor es una reunión conjunta, con todos. "Normalmente suele hablar el que está menos afectado. Lo importante es asegurarles a los hijos que ellos son lo más importante, que se va a seguir siendo una familia y que puede haber un cambio de rutinas", señala la experta.

Ser impulsivos, comunicar que la pareja está rota, pero no cambiar las rutinas, son señales confusas para los hijos

Este punto es importante porque a veces los hijos creen que la separación se produce "porque ellos han hecho algo mal", asegura Ferreiro, quien, a raíz de una de sus trabajos de investigación, explica que lo dañino para los hijos "no es el divorcio en sí, sino los insultos o la mala relación entre los padres".

Fases de la separación

Cuando la decisión ya está tomada y los dos miembros de la pareja asumen la separación, aparece otro camino que hay que transitar, tanto o más complejo que los meses previos.

Cada caso es un mundo y tiene sus propias peculiaridades, pero sí hay una ruta común que conviene conocer para no caer en el desánimo o la frustración. Lara Ferreiro nos ayuda identificar estas fases del adiós, de las que depende nuestro futuro bienestar sentimental.

  1. Shock emocional. "No te crees que te hayan dejado".
  2. Ira, culpa y tristeza: "Culpabilizas a la otra parte o a ti mismo. Se puede ser agresivo y mostrar ira; o bien, tristeza y llorar".
  3. Esperanza: "El fantasma de la esperanza de retomar la relación puede estar aquí, aunque está en todas las fases. Normalmente, uno se agarra a los buenos momentos, aunque se sabe que no se va a volver".
  4. Miedo: "Es la fase del pozo. Hay personas que se meten en aplicaciones como Tinder para intentar sustituir a la otra persona. Es una fase de gran agitación emocional".
  5. Aceptación: "Sabes que la relación no puede ser y ya no sientes lo mismo".
  6. Aprendizaje y superación: "Es una fase muy importante para no repetir errores. Sabemos que estamos en esa fase cuando vemos a nuestro ex con otra persona y no sentimos nada".