Infidelidad en la madurez: más ellos que ellas y dispuestos a perdonar pero no a confesar

  • Ha sido tema recurrente en la literatura, el cine o la música desde que se inventaron las relaciones. Son a menudo motivo de rupturas, de celos o de cambios vitales. Pasa a diario pero casi todo el mundo prefiere no hablar de ello: la infidelidad

  • Uppers.es ha querido saber cómo es la infidelidad en la madurez. Para ello, ha encargado un estudio a la agencia de investigación 40db en el que, de entrada, descubrimos que casi la mitad de todos los infieles españoles tienen entre 45 y 65 años

  • Además, resolvemos algunas dudas clave sobre el tema: ¿están los maduros dispuestos a perdonar? ¿Y a confesar un 'desliz'? ¿Engañan más ellos o ellas? ¿Qué opinan los uppers de las relaciones abiertas?

En un año en el que el coronavirus ha sacudido todo, las relaciones afectivo-sexuales tampoco han salido indemnes. Convivencia intensiva o distancia obligada que han acelerado los procesos de ruptura. Y un aumento de tiempo frente a las pantallas que ha propiciado nuevas formas de infidelidad: The Match Group, líder del mercado del dating online que aglutina plataformas como Tinder o Meetic, aumentó sus ingresos en un 15% durante el segundo trimestre y Gleeden, app de citas para infieles orientada a mujeres, registró un 160% más de conexiones y altas durante los 10 primeros días de estado de alarma.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de infidelidad en la madurez? En un contexto de relaciones cada vez más líquidas y que responden menos a los estándares tradicionales, ¿cómo se viven estos cambios en la generación que sí creció con ellos? Analizamos la infidelidad en la generación del baby boom a través de un estudio realizado en exclusiva para Uppers por la agencia de investigación 40dB. El estudio se realizó, justamente, en los meses previos al inicio de la pandemia.

Más maduros, más infieles

Lo dicen los datos: la madurez es el momento predilecto para aventurarse en la infidelidad. Ya sea por aburrimiento, ganas de explorar o cansancio tras años de relación, lo cierto es que el 44,8% de los infieles tiene entre 45 y 65 años, frente al 38,3% en la franja 30-44 y el 16,9% en la franja más joven, de 18 a 29 años.

Esta diferencia de edad entre los españoles infieles tiene además sus particularidades según el sexo: el 49,5% de hombres que son infieles en España tiene entre 45 y 65 años. Las mujeres que son infieles, en cambio, están más repartidas según edad. El 39,7% tiene entre 45 y 65 años frente al casi idéntico porcentaje (39,5%) que tiene entre 30 y 44.

Pero el concepto de infidelidad es amplio, mutante y en muchos casos, quien se saltó el acuerdo de manera puntual no se reconoce bajo esta etiqueta. Según el estudio de 40db para Uppers.es, un 17% de españoles entre 45 y 65 años reconoce ser infiel o haberlo sido alguna vez. Eso sí, el 13,3% asegura que esa actitud es cosa del pasado y reconoce haber sido infiel a alguna vez, pero no a su actual pareja. Solo el 4,3% dice estar siendo infiel en su actual relación.

Pero que no cunda el pánico mientras se leen estas líneas. Eso de echar canas al aire no es una fantasía generalizada ni mucho menos: el 63% de los uppers dice que no lo ha hecho ni le gustaría hacerlo nunca y solo un 2,6% de los que nunca lo han hecho reconoce que le pica la curiosidad.

Confesar, perdonar o romper: puntos cruciales en una infidelidad

Es imposible hablar de infidelidad sin hablar de sus consecuencias. Divorcios, rupturas, relaciones tóxicas… El estudio de 40db para Uppers.es analiza esos temas clave que tienen mucho que ver con el futuro de la pareja cuando se produce un engaño: confesar, perdonar o romper la relación.

Las confesiones no son la norma cuando la infidelidad es ocasional: solo el 15,7% de los uppers infieles reconoce haber confesado alguna vez una infidelidad (ellos más que ellas: 18,1% vs 12,3%). Y, además de no confesarlo, no quieren saberlo. Uno de cada tres españoles infieles (36%) no querría saber si su pareja también lo está siendo. Un porcentaje que baja al 29% entre los que sí son fieles.

El sentido común dicta que, tras conocerlo, los infieles serán más tolerantes frente al desliz ocasional y así es. No confiesan pero perdonan más. El 29,5% de infieles perdonaría o ha perdonado frente al 14% de los fieles. El doble.

Otro gran dilema para cerrar el análisis de las consecuencias: ¿acabar con la relación tras descubrir el engaño? La tendencia general es rupturista. Los hombres uppers infieles son de nuevo los más laxos en este sentido: ellos seguirían con la relación en el 31,9% de los casos. Ellas, sin embargo, perdonarían con una probabilidad del 16,1% -casi la mitad-, más cerca de la media generacional: solo el 17,2% de los uppers en general preferiría perdonar a romper la relación.

Relaciones abiertas: la brecha de disposición entre ellos y ellas

Los términos a la hora de hablar de relaciones son más laxos y formas de estar juntos (y de ser infieles) hay tantas como se quieran acordar. Lo explicaba a Uppers Luis Ayuso, profesor de Sociología de la Familia en la Universidad de Málaga e investigador de nuevas fórmulas de la pareja al hilo de la tendencia Living Apart Together: "Las relaciones ahora se negocian en el ámbito privado, ya no están tan definidas por la esfera pública como años atrás".

En este plano más diverso entran en juego las relaciones abiertas, más comunes entre la generación madura, los uppers, que en la población general: el 7% de uppers frente el 5,8% del resto. Pero veamos qué opinan sobre las relaciones abiertas los maduros infieles.

Para empezar, el 68,5% de maduros infieles ni tienen ni quieren tener una relación abierta. La brecha entre ellos y ellas en este caso es significativa: el 83,3% de las mujeres frente al 57,7% de los hombres.

Solo un 16,8% de los uppers infieles afirman que les gustaría tener una relación abierta. Aquí, la diferencia entre ellos y ellas es abismal. Uno de cada cuatro hombres infieles (24%) sí querría una relación abierta frente a solo un 7,1% de las mujeres infieles.

Y una reflexión clave que arroja el estudio de 40db por si quedaba alguna duda. También se puede ser infiel en una relación abierta. De hecho, el 8,8% de los maduros infieles reconocen estar en un tipo de relación así.

Infidelidad no es sinónimo de satisfacción (ni siquiera sexual)

El estudio revela que engañar a la pareja no es sinónimo de tener una vida sexual más satisfactoria. Concretamente, el 66,1% de los fieles afirma estar muy o bastante satisfecho con su vida sexual frente a solo el 61,2% de los infieles. Un dato que es especialmente relevante en las mujeres: el 67,6% de las que son fieles declara estar muy o bastante satisfecha.

Eso sí, en cualquier caso, las relaciones abiertas parecen ser el secreto de la 'eterna satisfacción'. Algo debe tener esa fórmula que dispara el gusto y las cifras: el 80,2% de los uppers.

Y, en el lado contrario, entre los españoles maduros que no tienen una relación abierta pero sí sueñan con tenerla, solo el 43% está muy satisfecho con su vida sexual.

En otros parámetros de satisfacción con la vida (familia, amigos, trabajo, tiempo libre o economía) sucede los mismo. Los uppers fieles se muestran ligeramente más satisfechos en todo.

El retrato robot: masculino, en activo y con coche propio

Llegados a este punto, y según el estudio de 40db, podemos hacernos la gran pregunta sobre la infidelidad: ¿lo hacen más ellos o ellas? Si con la población general entre los 18 y 65 la brecha está limada (52,1% de hombres infieles frente a un 47,9% de mujeres), llegados a la madurez, la infidelidad se escribe principalmente en masculino (ellos suponen el 57,6% frente al 42,4% que representan ellas).

El estado civil también cuenta, aunque es relativo; el 85,6% de las parejas reconocidas legalmente son matrimonios, según datos del INE en 2018. Eso explicaría que, entre los 45 y 65 años, la masa de infieles casados (45,1%) supere a aquellos que tienen pareja de hecho o no han acotado su relación en términos legales (17,4%).

Además, podemos concluir que los divorcios o separaciones alejan a los uppers de la infidelidad. Solo el 8,9% de los maduros infieles son divorciados o separados y engañan a su nueva pareja.

Política, tecnología, ocio o salud: Dime de qué presumes…

En eso de las prioridades vitales, los infieles de esta quinta coinciden con el sentimiento generacional. De la encuesta online realizada por 40dB a 3.925 uppers, los datos señalan que lo más importante para ellos es la salud (9 sobre 10), seguido de la familia (8,65) y el uso y disfrute de su tiempo libre (8,22). La religión es el ámbito que menos interés despierta a la generación del baby boom a pesar de haber crecido en gran medida bajo una educación católica (2,79 sobre 10 en el caso de los infieles y 3,19 en el de los fieles). Y tampoco es prioritaria la política, con una media de interés de 5,18. Aunque sobre esto, política, sí hay un dato revelador. Entre los uppers, los infieles se sienten más atraídos que los fieles por los nuevos partidos como Podemos, Ciudadanos o Vox.

Pongamos adjetivos: curiosos, atrevidos, abiertos a nuevas experiencias, adeptos a las escapadas y especialmente preocupados por su aspecto físico -un pesar que recae en mayor medida en las mujeres: 68,3% vs 64,2%-. Pero toda esa extraversión con la que se definen no está reñida con la sensación de plenitud. De hecho, la insatisfacción puede jugar un papel clave a la hora de lanzarse al complejo camino de la infidelidad: el 18,4% de las mujeres infieles y el 16,2% de los hombres se reconocen insatisfechos con su vida familiar frente al 13,6% del resto de uppers. Entrando también en juego la importancia del apoyo en la amistad: el 73,9% de las mujeres uppers infieles se ve con sus amigos mínimo cada 15 días frente al 69,3% de la media.

Por último, un vistazo al uso de la 'tecnología social' de los uppers. Mantener una relación afectiva en términos exclusivamente digitales no solo es posible, sino que ese intercambio frecuente de mensajes y la intimidad compartida, puede ser recibido como una traición a la pareja incluso mayor que un encuentro sexual puntual.

¿Cómo y en qué medida utilizan la tecnología los uppers Más conversación: el 40,8% reconoce conectarse habitualmente a chats y aplicaciones frente al 35,9% de los uppers fieles. Y si hablamos de apps de contactos (Tinder, Badoo o Grindr) los hombres infieles están a la cabeza frente a las mujeres infieles, que se decantan más por las redes sociales, como Facebook, Instagram y TikTok.