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Un reciente estudio de la red social de contactos Ashley Madison ha revelado un dato esclarecedor: las personas prefieren ser infieles, entre otros motivos, porque sale más barato que divorciarse. Concretamente, finalizar un matrimonio en el juzgado sale tres veces más caro que engañar a tu pareja con otra persona. Y, sí, la madurez también influye para ser infiel.
En España, el 77,7% de los divorcios son amistosos, y el 74,7% se resuelve en menos de 6 meses. Divorciarse, aunque sea amistoso, siempre trae quebraderos de cabeza ya que conlleva gastos, tanto económicos como emocionales que hasta ese momento no tenías.
En el estudio realizado por la compañía se contabilizan, por el lado del divorcio, gastos como la 'terapia', la 'medicación', los 'pagos a abogados', la 'comida', la 'segunda casa'... hasta llegar a un total de 16.588 euros de gasto en el primer año en el que te divorcias.
Sin embargo, en el lado de la balanza de la infidelidad, los gastos como 'cenar en el restaurante con la persona amante', los 'gastos de hotel', los 'regalos especiales y flores para tu actual pareja', tan solo llegan a los 4.655 euros anuales. La diferencia, de 3,2 veces es lo que, según Ashley Madison, te ahorras siendo infiel.
"Una vez que han salido los niños de casa, cuando se produce el síndrome del nido vacío, y quedan los procesos de rutina de la vida, se plantea 'para qué sigo en un matrimonio', y muchas veces es ahí donde se producen las infidelidades", explica Christoph Kraemer, responsable de Ashley Madison para el mercado europeo. Y este dato tiene su apoyo psicológico.
"Está claro que la madurez psicológica te lleva a la infidelidad", comenta la psicóloga Lara Ferreiro. "Cuando las personas son jóvenes, tienen un concepto de idealización del amor, piensan que una pareja te va a dar el 100% durante toda la vida, pero a medida que maduras te das cuenta de que somos seres imperfectos e incompletos y te vas planteando cosas: una cosa es la realidad y, por otro lado, las expectativas. La diferencia entre uno y otro se llama sufrimiento", explica Ferreiro.
Además, en el estudio se puede cruzar otro dato interesante: la mitad de los infieles tiene un salario superior a 36.000€ al año y, justo cuando se alcanza el tope salaria en la carrera profesional es con la madurez. Asimismo, con más patrimonio existe también más riesgo de pérdidas financieras en caso de un divorcio, lo que puede ser motivación para considerar una aventura como posible alternativa.
Una de las razones para tener una infidelidad es el cambio físico. "Hace unos cuantos años conociste a tu pareja seguramente con más pelo, menos kilos, con más atracción sexual y, con el paso del tiempo, esto se mitiga. Por eso, el 86% de nuestros usuarios no quieren que su amante se parezca a su pareja", comenta la psicóloga Ferreiro.
De hecho, en Uppers ya contamos con el testimonio de Alberto y Laura, dos personas que exploraban la infidelidad en su matrimonio precisamente para salvarlo. "Cuando se tiene una buena relación en casa, la rutina puede ser muy dañina para el sexo y, en consecuencia, para la convivencia. Tener una aventura fuera ayuda a ser más feliz y, por tanto, todos salen beneficiados", indicaba Alberto.
"Yo creo que la monogamia no es natural al ser humano", defiende Kraemer, y la psicóloga Ferreiro lo ratifica: "Cada vez lo veo más en la consulta: parejas que quieren abrir su matrimonio a otras experiencias, gente que, antes de engañarse quieren darse un periodo de transición donde premie la transparencia y la negociación, y es que, como vimos en algún estudio, el 40% de las personas infieles quieren a su pareja, porque tienen un afecto fruto de todos los años, pero, por otra parte, se quieren sentir vivos con las ventajas que supone la infidelidad".