Semana Santa en Sevilla: la ruta gastronómica que no te debes perder

Entre procesiones y tapas. Así pasan la mayoría de los sevillanos y los turistas que visitan la ciudad la Semana Santa. Pero como no todo van a ser pasos religiosos, hay que buscar otras alternativas de ocio para pasar el día. Y si piensas con el estómago, lo mejor va a ser probar la gastronomía típica de Sevilla. Por eso te dejamos aquí una ruta con distintos restaurantes y bares donde ir a comer y disfrutar de la gastronomía típica de la ciudad del Guadalquivir.

Es uno de los bares de tapeo más famosos de Sevilla. Es muy céntrico: está situado detrás de la Basílica de Jesús del Gran Poder, y lo mejor, se come de lujo. Sus paredes están repletas de fotografías de hermandades y Santos, por lo que el ambiente durante la Semana Santa está más que garantizado. Por supuesto, no puedes ir a Casa Ricardo y no pedirte su plato estrella, las croquetas caseras.

Otro bar bastante céntrico donde la Semana Santa se vive igual o más que en las calles. Entre las imágenes que decoran sus paredes, destaca una de la virgen de la Macarena. Sus platos están para chuparse los dedos, pero por lo que el Entrevarales es más conocido es por las tapas frías que sirve, como su ensaladilla de gambas.

Una taberna de las de toda la vida, así es La Fresquita. Con sus paredes repletas de cuadros, por este bar pasan cientos y cientos de comensales a lo largo de la Semana Santa. Su olor a azahar le da un toque especial a un lugar donde probar la cocina tradicional sevillana es un auténtico lujo. Si vas, no pierdas la oportunidad de degustar sus reconocidas espinacas con garbanzos.

Quizá sea el sitio más diferente de toda la lista, en pleno barrio de San Lorenzo. Un restaurante donde se reinventa la cocina tradicional, si tienes la ocasión de conseguir una mesa, no lo dudes. Si por algo se caracteriza es por tener una zona de restaurante, pero también una de barra, un lugar inmejorable donde pasar un buen rato con amigos o familiares mientras tomas una copa de vino o una cervecita con una tapa. Si necesitas recomendación, no dudes en probar las costillas a la miel o el trampantojo de algas y choco en tinta de calamar, no te arrepentirás.

Este es uno de los bares con más historia de Sevilla. Allá por el año 1800 se abría este restaurante, que a día de hoy es uno de los más antiguos de la ciudad, y por ello uno de los más demandados. En sus más de 200 años nunca ha perdido la esencia, y ofrece comidas de lo más sencillas y tradicionales, pero que te dejan con un sabor de boca inmejorable. Saldrás de ahí recomendando Los Claveles a todos tus amigos.

Si pensabas que Los Claveles era el bar más antiguo de Sevilla, estás equivocado. Este honor lo tiene El Rinconcillo. Abrió en 1670, y desde entonces se ha convertido en un clásico del tapeo sevillano. No es de extrañar que este lleno siempre, cualquiera querría probar sus deliciosas tapas y comprobar por qué lleva más de 300 años funcionando sin parar.

Lo de que en Sevilla hay un bar en cada esquina no es ninguna mentira. En una de ellas se encuentra la Bodega Dos de Mayo, un lugar perfecto para ir de tapas por la ciudad. Puede parecer difícil encontrar una mesa, pero siempre habrá algo en la terraza o algún sitio en la barra, así que no te preocupes. Como cada uno es dueño de su hambre y el tamaño de su estómago, puedes elegir entre la versión tapa o un plato, eso ya lo dejamos a tu elección.

Está justo al lado de la capilla de Los Marineros, así que no es de extrañar que durante la Semana Santa se vea abarrotado. En un sitio estratégico, Casa Remesal ofrece las tapas más tradicionales y gustosas, aunque su especialidad son los caracoles. Así que si pasas por ahí, ya sabes lo que tienes que probar.

Si después de esta lista no te queda claro dónde ir a comer durante la Semana Santa sevillana, tienes un problema. Y es normal, no te preocupes. Todos los restaurantes y bares ofrecen comidas tradicionales para chuparse los dedos. Al final lo mejor será ir probando uno por día, así te darás el lujo de catarlos todos y dar tu propio veredicto. ¿Ya sabes cuál va a ser el primero en valorar tu paladar?