El hongo Phallus: el afrodisiaco femenino que resultó ser un bulo
Es originario de la isla de Hawái y en la cultura local le atribuyen propiedades afrodisíacas
Una reportera de National Geographic decidió comprobar por sí misma los efectos de este hongo, pero el resultado distó mucho de lo esperado
Intimar, hacer el amor, dar fuelle: así decimos lo de siempre las diferentes generaciones
El ‘Phallus cinnabarinus’, también conocido en Hawái como "falo del Diablo", es una especie de hongo que se encuentra principalmente en esta isla y se caracteriza por su forma inusual que se asemeja a un pene y su llamativo color rojo anaranjado. Aunque su apariencia puede ser sorprendente o incluso humorística para algunos, su uso como afrodisíaco o en la medicina tradicional es un tema que requiere mayor exploración y evidencia científica.
Durante siglos, los nativos de esta isla y otros lugares del mundo donde nace este hongo le han otorgado propiedades afrodisíacas al consumo frecuente de este microorganismo, pero un informe de la Revista Internacional de Hongos Medicinales difiere de ello al describir los efectos de este hongo perteneciente a la familia Dictyophora.
MÁS
Los investigadores John Holliday y Noah Soule mencionan en su estudio que, al parecer, “los componentes volátiles de las esporas pueden tener ciertas similitudes con los neurotransmisores que se activan durante el encuentro sexual”. “Casi la mitad de las mujeres que participaron del estudio, - según cuentan, 19 de ellas- experimentaron orgasmos espontáneos al oler el hongo”. Sin embargo, hacen énfasis en que este hongo es ‘caprichoso y de carácter sexista’, ya que al parecer solo parece afectar a mujeres.
Cuenta la leyenda
Acompañando al artículo del International Journal of Medicinal Mushrooms, se narraba la leyenda de Makealani, hija del antiguo rey de Hawái, Kupakani. La historia contaba cómo, al cumplir 16 años, mientras caminaba por el bosque, Makealani percibió un aroma extraño y atractivo. Al momento, en su cabeza comenzó a imaginarse en privado con Kepa´a, hijo de un amigo de su padre.
Cuando llegó a la fuente del olor vio una extraña planta de color rosa-anaranjado. Se alzaba como un único tallo con un curioso velo alrededor. El aroma repulsivo y atractivo por igual la incitó a arrodillarse y aspirar directamente de la fuente. Sumida en un profundo éxtasis sexual, corrió hacia la aldea donde se encontró con Kepa´a y se entregó totalmente a él.
La particular investigación fue publicada sin protocolos, fotografías del hongo o conclusiones firmes, lo que muy pronto hizo sospechar de su veracidad.
En busca de la verdad
A lo largo de los años, varios equipos de investigadores han tratado de descubrir la relación de los hongos del género Dictyophora con la creencia de que puedan estimular la sexualidad. Una reportera de National Geographic, Cristie Wilcox, conoció el artículo de Holliday y Soule y decidió comprobar si la historia del hongo sexual era real o no.
Con la poca información científica que existe sobre los efectos de este hongo, la reportera consiguió hablar con John Holliday, quien la orientó sobre los lugares donde se pueden conseguir este tipo de setas que él ha utilizado y estudiado por décadas para sus experimentos. La mujer se dirigió a Hawái y en contacto con los nativos de esta isla buscó la manera de ampliar su información respecto a este tipo de setas. Asegurando que gran parte de la población desconocía efectos de este hongo.
En una ardua expedición por la selva de Hawái encontraron varios ejemplares de este hongo, descubriendo qué sucedía tras olerlo durante largos periodos de tiempo y analizando las sensaciones y respuesta biológica de sus cuerpos al entrar en contacto con este tipo de setas.
La reportera y sus acompañantes indicaron que llegaron al punto del vómito, por culpa del desagradable olor de la comunidad ‘Phallus cinnabarina’, asegurando que el ritmo cardiaco se incrementó por la necesidad de huir de la hediondez, sin tener ninguna alteración en el deseo sexual.