El legado de Shere Hite: de liberar el orgasmo femenino a poner a los hombres ante el espejo de su sexualidad

  • La historiadora que revolucionó la sexualidad femenina con ‘El informe Hite’ en 1976 fallecía a los 77 años en Londres el pasado 9 de septiembre

  • Desmontó mitos sobre el orgasmo femenino reivindicando la masturbación y el papel del clítoris para alcanzar el clímax

  • E hizo lo propio con los hombres: con ‘Informe sobre la sexualidad masculina’ más de 7.000 hombres se sinceraron sobre cómo experimentaban realmente el placer sexual

"Dije que la penetración no hizo nada por las mujeres y eso molestó terriblemente a algunas personas". Shere Hite, la historiadora y e investigadora feminista que revolucionó la conversación sobre la sexualidad femenina en los 70, fallecía la pasada semana en Londres a sus 77 años. Cuarenta años después, su contribución sobre el orgasmo y el placer femenino con el Estudio de la sexualidad femenina (1976) -conocido popularmente como El informe Hite-, en el que recogía los testimonios de más de 3.000 mujeres, resulta aún vigente y revelador.

El libro, del que se han vendido más de 50 millones de copias en todo el mundo, recopilaba de manera literal los pensamientos y sentimientos de las mujeres sobre el placer que experimentaban (o no) durante las relaciones sexuales, el coito o la masturbación. Mujeres de diferentes perfiles (universitarias, monjas, trabajadoras sexuales…) orientaciones sexuales, condiciones socioeconómicas, edad (entre los 14 y 78 años) y procedencia respondieron a la encuesta anónima que Hite movió por todo Estados Unidos durante cuatro años.

Así se forjó una de las piezas clave de la sexología que aún hoy contribuye a derrocar la predominancia de la visión masculina a la hora de estudiar y experimentar la sexualidad. Defendió su visión del sexo como construcción cultural y uno de sus descubrimientos más rupturistas tras el estudio, alineado con lo que Anne Koedt ya apuntara en 1968 en El mito del orgasmo vaginal y en contra de las ideas cimentadas por Freud o Alfred C. Kinsey, fue que el 70% de las mujeres que no alcanzaba el orgasmo durante el coito no tenían problema sin embargo para conseguirlo mediante la masturbación.

Hite reivindicaba a través de los testimonios y conclusiones la importancia de la masturbación femenina y demostraba el papel de la estimulación del clítoris para alcanzar el orgasmo. "Es como si te pica el brazo y te rascas a través del jersey o del abrigo. Te da más gusto si te tocas la piel", explicaba en marzo la sexóloga Laura Morán a El País Semanal en Últimas noticias sobre el clítoris, donde atribuye el valor de este cambio de pensamiento popularizado a Hite. Su trabajo fue esclarecedor para muchas mujeres y también para muchos hombres heterosexuales, a quienes puso frente al espejo haciendo un llamamiento a la revisión.

Esto, como explicaba en sus propias palabras en 2011 en una entrevista con Julie Bindel en The Guardian, enfadó a muchos de estos hombres poderosos que dirigían grandes medios de comunicación, entre ellos a Playboy, donde fue señalada como ‘anti-hombres’ -términos que en 2020 siguen utilizando los reaccionarios al feminismo para desacreditar a las mujeres-, rebautizando su informe como The Hate Report.

Curiosamente, la propia Shere Hite, nacida en Missouri, dentro del conocido como "cinturón bíblico" de Estados Unidos, había aparecido en las páginas de la revista Playboy posando como modelo para poder costearse sus estudios de historia en la Universidad de Columbia. Llegó incluso a poner rostro accidentalmente al machismo descarado de la época como protagonista de una campaña publicitaria de las máquinas de escribir Olivetti, que usó el lema "Una máquina de escribir tan inteligente que ella no tiene que serlo". Como recoge la periodista en su entrevista con la cabecera británica, la propia Hite se unió a las protestas feministas que señalaban la campaña. Fue así como en realidad se encendió la mecha de su activismo.

Además de las críticas masculinas a su investigación, su metodología también estuvo en el punto de mira científico, por no basarse tanto en resultados meramente biológicos, como hicieran Masters & Johnson. Pero como defendía en una reseña de la época escrita por Erica Jong en The New York Times, "su simplicidad -recopilar los testimonios y exponerlos en el libro- es más que bienvenida (…) Las mujeres hablan con sus propias palabras y lo que tienen que decir es absolutamente fascinante y, a menudo, sorprendente (…) Aprendemos del "Informe Hite" cuánta hambre sexual existe en medio de esta aparente abundancia. Aprendemos que el 95 por ciento de las mujeres (incluso aquellas que se creen ‘frígidas’) siempre alcanzan el orgasmo cuando se masturban, aunque nadie les enseñó cómo hacerlo y aunque la mayoría de ellas se sienten culpables por ello". O como se defendería la propia Hite en The Guardian: "Siento que he contribuido significativamente a la metodología. Ninguno de los medios [que la criticaron] leyó la larga explicación en mi informe sobre cómo hice la investigación. Después de todo" dijo, "Freud solo entrevistó a tres mujeres vienesas".

La historia se repitió en 1981. Para entonces, impulsada por el éxito comercial de su primera publicación, Shere Heti publicó Informe sobre la sexualidad masculina. Misma fórmula y el doble de testimonios (más de 7.000) que también desmontaban mitos masculinos sobre la sexualidad, revelando que estos disfrutaban más con la masturbación que con el coito y que las sensaciones físicas eran mejores cuando se proporcionaban placer ellos mismos que en compañía. También apuntaba a la presión sobre la erección masculina que hoy muchos hombres reconocen experimentar. En una pieza que publicaba El País entonces, se recogían algunos de esos testimonios reveladores de la actitud predominante en la época: "Jamás he conocido a una mujer a la que le gustara el sexo de una manera simple y sin tapujos".

Las críticas, que continuaron también tras la publicación de la versión masculina del informe y el constante escrutinio fueron lo que en 1995 llevaron a Shere Hite a renunciar a su ciudadanía estadounidense y a mudarse a Europa. Donde su trabajo, decía, fue mejor recibido. En 2011 reconocía en Londres estar "muy emocionada al conocer a jóvenes feministas aquí. Parece que todavía piensan que mi trabajo es relevante". Y no solo mujeres, también entonces, que colaboraba como columnista en un periódico venezolano, contó que entre las cartas de los lectores, recibía "muchas de hombres jóvenes que quieren saber qué están haciendo mal". En palabras de la periodista Julie Bindel, que siguió su trabajo y se mantuvo en contacto con ella hasta su fallecimiento, "Hite inició la verdadera revolución sexual femenina".