Enclaves espectaculares para huir del calor: diez piscinas naturales para refrescarte en plena naturaleza

  • Son la mejor opción para huir del calor infernal y conociendo sitios únicos y diferentes.

  • Te mostramos las piscinas naturales más espectaculares de España de agua salada y dulce para ir a darse un baño o hacer una excursión en familia.

Todos estamos acostumbrados a las piscinas artificiales, sin embargo enclavadas en parajes de ensueño, las piscinas naturales nos dan la posibilidad de darnos un buen chapuzón en aguas cristalinas en las que no hay ningún agente químico, disfrutando de la autenticidad de la naturaleza.

La tendencia es aprovechar los espacios que ha dispuesto la naturaleza para darse un buen baño: esas son las piscinas naturales. Espacios estancos en los que penetra el agua del mar o brota un manantial o fluye un río. Es difícil sustraerse a su encanto. Las piscinas naturales forman un recurso único de no pocas zonas rurales.

En ellas no ha intervenido la mano del hombre sino para acondicionar unas escaleras, pasarelas o un trampolín. Son las zonas de baño de siempre, hoy en auge, para los viajeros que buscan autenticidad. Ahí van las mejores piscinas naturales que hemos encontrado repartidas por España.

Piscinas naturales de A Chavasqueira (Ourense)

Las piscinas naturales de Chavasqueira, siendo concisos, son realmente unas termas. Se trata de un lugar que no cumple con las características propias del ambiente que las rodea. Sus aguas emergen a 62,6º y llegan a las piscinas a 43º. Si hay algo que destaca de este lugar son los beneficios que aporta a la salud de todas las personas que se bañan en sus aguas. Estas han sido utilizadas hasta ahora para tratar, por ejemplo, la artrosis, el acné o la dermatitis. Asimismo, un dato curioso es que son conocidas como Caldas do Obispo. El motivo es que fue esta figura quien ordenó acondicionar el lugar para que los visitantes o los lugareños pudieran disfrutar de las propiedades de las que presume la naturaleza.

Piscina natural de El Caletón en Garachico (Tenerife)

Canarias es especialmente abundante en piscinas naturales. En general, en recursos naturales parece inalcanzable. El Caletón es una piscina natural ubicada en el término de Garachico, en la isla de Tenerife. Las formas de esta peculiar piscina frente al Océano no corresponden a ningún arquitecto afamado, aunque sean preciosas, sino al azar de la lava solidificada en 1706, cuando entró en erupción el volcán de Trevejo (conocido también como Arenas Negras).

Piscina natural de la Fontcalda (Tarragona)

La Fontcalda está en Gandesa (Tarragona). Ajustado entre montañas, junto al río Canaletes, el balneario de la Fontcalda es una sorpresa para los senderistas. La carretera que une Gandesa con Benifallet, la C-43, da acceso por una pista forestal hasta el lugar. Cerca, el Santuario del s. XIV y el escenario imborrable de la Batalla del Ebro de la Guerra Civil, al que se le ha dedicado un museo.

Piscina natural Fuentes del Algar (Alicante)

Las Fuentes del Algar se encuentran a 15 km de Benidorm y a 3 km de Callosa d’en Sarrià, en la provincia de Alicante. Si existe un punto negativo respecto a este lugar es la sobresaturación de turistas que viajan a la zona encandilados por su belleza. En el año 2002 este rincón fue declarado Zona Húmeda Protegida.

Esta es la razón por la que aún presume de un grado excelente de conservación medioambiental, aunque cabe destacar que ha integrado servicios turísticos algo invasivos. Los visitantes adultos pagan 4 euros para poder disfrutar del lugar; los niños, 3. Sin duda, un precio que merece la pena teniendo en cuenta su riqueza y los beneficios que aporta. Uno de ellos es, por ejemplo, la eliminación del estrés.

Piscina natural de la Garganta de los Infiernos (Cáceres)

Le faltaba al Valle del Jerte, en Cáceres, unas piscinas naturales como las de la Garganta de los Infiernos para tenerlo todo. Y todo es, incluso, las cerezas del Jerte, el fruto de ese milagro blanco de la primavera. La Garganta de los Infiernos es una Reserva Natural en la Sierra de Gredos y es el lugar desde donde se accede a Extremadura desde Ávila. Estas no son las únicas pozas, pero sí las más famosas del lugar. Conocidas también como pilones, hay interesantes rutas que cruzan cascadas, pozas y la flora y fauna de este lugar cacereño.

Piscina natural de Chorreras del Cabriel (Cuenca)

En Cuenca, en el término de Enguídanos, encontrarás el lugar conocido como Chorreras del Cabriel, en el curso del río Cabriel. El paraje se ha definido como «un caos de saltos y cascadas, cuevas laterales y pozas de color esmeralda al pie de espumeantes rabiones salvajes». Parece acertado. Desde el embalse de Víllora hasta que el Cabriel se une con el Guadazaón (Junta de los Ríos), hay toda una zona de piscinas naturales en Cuenca. Tenemos que probarlo.

El Charco Azul (El Hierro)

El Charco Azul es un nombre tan genérico que no da la impresión, de palabra, que sea un lugar fantástico. En la breve isla de El Hierro, en El Golfo (municipio de La Frontera), frente al Océano se han dispuesto dos pequeñas piscinas naturales: cuevas a las que se accede caminando algo más de 15 minutos. Una de ellas, la que veis, es el Charco Azul, un nombre (de nuevo) que podría llevaros a otras piscinas naturales con el mismo topónimo, aunque en la isla de La Palma, en San Andrés y Sauces

Pozas de Mougás (Pontevedra)

Hasta llegar al mar, diferentes ríos corren nerviosos a través de valles, saltos y pozas por la Serra da Groba. Es el concello de Oia, en Pontevedra, y los ríos que tratamos aquí los de Mougás y Pías. La carretera que une A Guarda y Baiona, la C-550, es la que necesitaréis alcanzar para llegar a las pozas. Cerca de las piscinas naturales de Rego das Pías se dispuso un área recreativa.

Piscina natural de Cantonigrós (Barcelona)

Muy cerca del precioso pueblo de Rupit, en Santa María de Corcó (Barcelona) se encuentra Cantonigròs (o Cantoni). El lugar se suele visitar por dos motivos: por el Festival Internacional de Música (en julio) y por el paraje de La Foradada. El nombre hace referencia al hueco (forat, en catalán) que forma la roca. A su lado, una cascada de 15 m crean, con un juego de luces, un ambiente muy especial al que acceden personas de todas las edades después de una excursión de unos 20 minutos.

Piscinas naturales de Agaete (Gran Canaria)

El lugar donde se encontraban las antiguas salinas son hoy unas piscinas naturales frente al mar. En realidad, frente al Océano: estamos en Gran Canaria, en el término de Agaete. El agua lleva un flujo constante, las piscinas se llenan o vacían según place a la marea. Las obras de acondicionamiento han mejorado mucho la experiencia del viajero en las piscinas naturales de Agaete.