¿Por qué la Torre Eiffel crece en verano y mengua en invierno?

Es curiosa la reacción de ciertos materiales frente a la temperatura. Cuando se trata de algo pequeño un cambio puede ser imperceptible, pero en construcciones de gran envergadura es una característica a tener en cuenta, como en el caso de la Torre Eiffel que resulta que crece en verano y mengua en invierno. Desde Uppers hemos buscado a qué se debe el cambio, por qué la torre Eiffel varía de tamaño y por qué los monumentos crecen en verano y pierden altura en invierno.

La Torre Eiffel es una edificación fascinante, de las más visitadas del mundo y un icono de París y de toda Francia. Mide 330 metros de altura. Se construyó en 1889 con motivo de la Exposición Universal que ocupó el Campo de Marte y se inauguró el mismo día que dio comienzo el evento: el 15 de mayo de 1889. Se la bautizó como la Torre de los 300 metros. La intención era demostrar el progreso industrial y de las grandes construcciones del momento que eran de hierro y de acero.

Cuando el visitante acede a su interior, a medida que asciende en ascensor a su parte más alta, le invade el vértigo y la emoción por todo lo que la vista alcanza a ver desde esa distancia con respecto a suelo firme. En un rascacielos, el edificio en sí mismo genera una sensación de protección, pero en la Torre Eiffel no es lo mismo por su especial estructura de vigas cruzadas y curvadas. Una vez arriba, hasta el más valiente siente que depende como nunca de la madre naturaleza.

Gustave Eiffel, artífice de puentes, estaciones o viaductos

El nombre que adquirió después se debe a quien la creó, un empresario e ingeniero francés llamado Gustave Eiffel, que en el siglo XIX se había especializado en la construcción de puentes, estaciones o viaductos a partir de estructuras metálicas y de madera. Obras suyas son el Viaducto de Oporto en Portugal o el de Garabit en Francia y la Estación de Budapest en Hungría. Incluso construyó la Estatua de la Libertad de Nueva York, en Estados Unidos, diseñada por Auguste Bartholdi y donada por Francia al país americano con motivo del centenario de la Declaración de Independencia estadounidense en 1886.

En cuanto a la Torre Eiffel, empezó a levantarse en 1887 y en poco más de dos años ya estaba terminada gracias a su sistema de prefabricación. Como material se eligió el hierro pudelado procedente de las forjas de Pompey, en la región francesa de Lorena. Las placas y las vigas de hierro pudelado se premontaban en la fábrica con remaches y después se transportaban a París para el montaje. En el tipo de material está la razón por la que la Torre crece en verano, pero mengua en invierno. Se debe a que el hierro se sometió a un tratamiento de refinación llamado pudelado, gracias al cual era posible retirar el excedente de carbono en el momento de la fundición del mineral. De este modo, se obtenía un hierro casi puro y por tanto uno de los materiales más robustos que existía en la época.

Por qué crece o encoge la Torre Eiffel

Cuando suben las temperaturas en verano, teniendo en cuenta que en los meses más calurosos en París se llega a los 40 ºC, el hierro pudelado se expande y por tanto la torre crece hasta en 15 centímetros de alto. A esta reacción del material se la conoce como expansión térmica. En invierno, ocurre lo contrario, ante la bajada de los termómetros el hierro pudelado se contrae y por ello podría decirse que la estructura encoge.

A su vez, esa expansión provoca que la Torre se incline ligeramente hacia el lado opuesto al sol. El calor del sol incide solo en uno de sus cuatro costados, lo que provoca un desequilibrio con los otros tres lados que permanecen estables.

Ambos cambios no son perceptibles para el ojo humano ni un riesgo para la solidez del monumento. Son desviaciones mínimas si se tiene en cuenta la totalidad de la estructura.

La torre tiene una altura de 330 metros y es visible desde todo París y los alrededores hasta la una de la madrugada. En cuanto anochece se ilumina, parpadea en las horas fijas y de lo más alto se extiende un faro con un alcance de 80 kilómetros a 360 grados. Además de un atractivo turístico dispone de instalaciones y transmisores del operador TDF en su cima para transmitir a 12 millones de personas todos los canales de televisión digital terrestre y de radio.