Madridista, boxeador y solidario: Santiago Cogedor, el español desaparecido que iba andando al mundial de Qatar

  • Encontrándose entre las fronteras de Iraq con lrán, el aventurero lleva desde el 1 de octubre sin dar señales de vida

  • 'Pambu' comenzó un viaje andando de 7.000 kilómetros hasta Qatar con el objetivo de ayudar a los más desfavorecidos y de concienciar a la juventud sobre el medioambiente y su vida

  • Recogemos desde 'Uppers' una conversación con él, durante este peregrinaje: "Lo que estoy aprendiendo fuera de mi casa en estos meses que llevo, es incomparable. Estoy aprendiendo más que en cinco años de Universidad"

Desde hace unos días han saltado las alarmas en torno a la desaparición de Santiago Sánchez Cogedor. 'Pambu', más conocido entre sus amigos de toda la vida, se encuentra de viaje andando hacia Qatar. Entrando en la frontera de Irán, el aventurero dejó de publicar en su perfil de Instagram donde ha dado buena cuenta del proyecto solidario que lleva a cabo, este 1 de octubre. Pero, ¿quién es este español que ha provocado tanta preocupación y por que inició este viaje?

Para los que conocéis tan de cerca a este hombre, contaros que Santiago es un alcalaíno en el que a sus 37 años hubo un punto de inflexión que cambió la vida que había llevado para siempre. Una vida rebelde, como él mismo ha explicado. Nacido un 24 de mayo de 1981, este madridista acérrimo, decidió dejar atrás su día a día y embarcarse en la mayor aventura que jamás hubiera pasado por su cabeza, ni por lo demás que le conocían. Pambu dejó todo, su trabajo, su barrio, su fútbol, su boxeo, y vendió hasta sus pertenencias más preciadas como su coche para cambiar radicalmente su futuro. "Quien quiere, puede. Este viaje es una muestra de ello", estas eran las palabras que le llevaron a visitar distintos lugares en un camino que empezó un 1 de septiembre de 2019 desde un gimnasio en su localidad, Alcalá de Henares, atravesando montado en bicicleta toda Europa con el fin de llegar hasta un punto lejano, pero muy necesitado, Arabia Saudí en enero del año siguiente.

Orfanatos, hospitales y colegios

Durante la ruta iré parando y ayudando en los sitios que más lo necesiten, desde orfanatos hasta colegios, donde pueda echar una mano. Serán las zonas más desfavorecidas”, decía, y así lo hizo "a cuenta cero, lo que significa que vas con el corazón por delante y las manos dispuestas a trabajar".

En ese recorrido, estuvo atrapado en un campo de refugiados debido a la pandemia mundial viviendo en un barracón con ellos donde si llegaba el agua fría para ducharse era un milagro, donde un balón de fútbol era el mejor regalo y jugar entre todos, hacía que las miserias de una guerra y de una pandemia, desaparecieran por momentos. Cada día, relató desde su cuenta de Instagram, la realidad que se vive allí. "El viaje me llevó a un campo de refugiados. Allí aprendí a vivir con poco y valorar las cosas que tengo. Somos unos privilegiados y no nos damos cuenta. Debemos de aprovechar cada minuto como si fuera el último, esto se termina y mañana quizás sea tarde. Todos recordarán mi nombre con alegría, la misma con la que organizamos partidos de fútbol y clases de boxeo. La cultura y la educación no se pueden comprar. El respeto me lo gané respetando, siendo uno más, compartiendo mi tiempo con ellos y escuchando sus historias. La frase que podría decir después de pasar allí 5 meses de mi vida sería: ¡tengo tanto con tan poco!", dice el texto de una de sus publicaciones de Instagram, que bien resume su acto de solidaridad con el prójimo y que, poco después, recibió el nombre de "el viaje de tu vida".

Poco a poco, su mensaje de solidaridad y buena esperanza caló muy hondo entre anónimos y famosos. Tal ha sido la repercusión que ha tenido su iniciativa que hay quienes se han tatuado su bicicleta y los kilómetros que ha recorrido en su honor para así apoyarle y recordarle que hay personas que están con él. Tras este viaje, en el que la vuelta de Arabia no fue nada fácil, llegó un proyecto de mayor magnitud: 'Destino Qatar'.

'Destino Qatar'

'Destino Qatar' comenzó el pasado 8 de enero de 2022 con la pretensión de llegar andando hasta Qatar en diciembre de 2022, coincidiendo con el Mundial de Fútbol donde apoyará a la selección española al termino de su recorrido y un proyecto: "Calculo que necesitaré unos 12 meses para llegar y, en esta ocasión, además de ir recogiendo residuos, me gustaría ir plantando árboles a lo largo de mi camino, muchos en solitario y otros en compañía, ya sea con el apoyo de escuelas, centros o personas que se crucen en mi camino", explicó antes de partir. En total,  unos 6.800 kilómetros hasta llegar hasta la capital de Qatar, la ciudad de Doha. Santiago Sánchez Cogedor salió con los justo para caminar, un par de zapatillas (ya lleva cuatro pares), un saco de dormir y llevando atado a su cintura un carro con un fogón y lo básico. Cuando termine este complicado viaje, habrá pasado por alrededor de 15 países de todas clases, desde buenos hasta otros más conflictivos, pero el miedo a que le pase algo no ha perturbado su misión.

Ahora, al llegar a la frontera entre Iraq con Irán ha dejado de dar señales de vida. La prensa nacional e internacional se ha hecho eco de su 'desaparición' Sus padres ya se han puesto en contacto con las embajadas de ambos países y de España, para saber algo de él. Él sabía que tendría que comprar una tarjeta para poder comunicarse desde el país. De momento, no hay noticias, pero sin duda, él se ha mostrado feliz con la que es su misión de vida.

Su experiencia de vida

En este tiempo de sus dos viajes, Santiago, me ha relatado muchas de sus experiencias en primera persona que queremos compartir desde 'Uppers': "Es la mejor decisión que he tomado nunca en mi vida, salir y conocer el mundo. ¡que no me lo cuente nadie, ni verlo en la tele! Muy, muy bien. Ahora estoy visitando a algunas familias y haciendo algunos proyectos de concienciar a la juventud". Durante su viaje, lo mismo ha plantado un árbol que ha limpiado unas playas, que se ha vestido de superhéroe y ha acabado en un hospital para alegrar a los niños que se encuentran hospitalizados. Todo dirigido al proyecto que lleva y "que a mí me llenan, mucho, mucho, el alma" porque "cada uno tiene su infancia, sus recuerdos y sus problemas". "Yo he tenido la mía y esto es lo que me hace feliz y cuando miro atrás, todo tropezón y veo todo lo que me ha hecho daño... pues tengo que dar gracias. Y gracias a eso estamos aquí, y así nos superamos", me ha contado durante su peregrinaje.

En cuanto al pasar los años y los achaques de los padres: "Lo de los padres no sé si decir que es una pena o es una alegría. Es como los coches, ¿no? Eso significa que es has vivido".

Su caminar le ha hecho apreciar todavía más cosas que el día a día hace que uno se olvide: "Yo veo que a un amigo le va bien y me alegro. Seguiremos sumando y seguiremos avanzando", resumió a lo largo de la conversación.

No ha podido estar más contento con "lo que estoy aprendiendo fuera de mi casa en estos meses que llevo, es incomparable. El otro viaje en bicicleta que hice tampoco lo cambio por nada. Estoy aprendiendo más que en cinco años de Universidad, te lo puedo asegurar. ", me explicó. "Cuando entras en un país y vives con las personas locales y aprendes a decir una palabra en turco cuando simplemente estornudas... eso es viajar. En este viaje he regalado mi tiempo a mucha gente que no conozco. Con esto lo que te digo, es lo importante para mí no es lo que he aprendido, sino lo que he desaprendido. He desaprendido lo que te inculca la sociedad, el acumular cosas materiales, a señalar con el dedo".

Y nos finalizamos con esta frase cuando hablamos en el mes de agosto: "Creo que lo estoy haciendo bien. Todo lo malo se quedó atrás y ahora, para adelante. Pronto llegaré a la frontera de Iraq, y luego de Irán y luego a Qatar, que es mi destino".