Del astronauta de la catedral de Salamanca al Darth Vader de Washington: ¿por qué los restauradores firman sus obras con figuras modernas?

  • ¿Extraterrestres inspirando a los maestros de la escultura? No hay nada de ciencia-ficción: el astronauta salmantino fue realizado en pleno siglo XX

  • El objetivo de poner figuras modernas en entornos antiguos es que los historiadores del futuro puedan datar los periodos del edificio con veracidad

  • Sin embargo, no todos los restauradores son partidarios de introducir estos elementos anacrónicos

La imagen de un astronauta esculpida en la fachada de la catedral de Salamanca dio en su día la vuelta al mundo. ¿Visionarios en la Edad Media? ¿Viajes en el tiempo en pleno Renacimiento? ¿Extraterrestres inspirando a los maestros de la escultura? No hay nada de ciencia-ficción. El astronauta salmantino fue realizado en pleno siglo XX. En concreto, en 1992.

Más ejemplos

El responsable de la empresa que restauró esa parte de la fachada, Jerónimo García, lo explicó en El País dos años después: "Firmamos la catedral de Salamanca con un astronauta". La catedral de Salamanca no es el único edificio antiguo con una señal anacrónica. Sobre eso mismo va el tuit de Francesca Gellabert:

Como dice esta usuaria, en la catedral de Washington (neogótica) aparece Darth Vader porque la última restauración del edificio tuvo lugar en plena efervescencia de la Guerra de las Galaxias; el Gremlin aparece en la capilla de Belén, en Francia, y la abadía de Paisley, en Escocia, muestra un alien. Para quienes se estén preguntando por él, el móvil de la catedral de Calahorra aparece en otro hilo

Hay aún más ejemplos: el dragón comiendo helado (también en la catedral de Salamanca) o el escudo del Athletic de Bilbao en la catedral de Trujillo.

¿Caprichos de restaurador?

Aunque no es algo habitual (al menos no en Francia, Italia o España), poner figuras modernas en entornos antiguos tiene un porqué y está relacionado con la posteridad. El objetivo es que los historiadores del futuro puedan datar los periodos de restauración con veracidad. Dicho de otra manera, algo antiguo siempre puede imitarse, pero lo novedoso difícilmente puede inventarse. Si no existe, es difícil que se reproduzca.

A pesar de ello, la 'firma' del tiempo puede hacerse de manera más o menos discreta. Para algunos restauradores, hacerlo de manera tan notoria va contra los valores éticos del restaurador. Esto implica el respeto a los valores intrínsecos del patrimonio que se interviene y supone que esa intervención debe pasar desapercibida.

Otros restauradores, sin embargo, no desprecian la introducción de elementos modernos en obras antiguas. En su opinión, es mejor utilizar un motivo actual, que ayuda a fechar la obra del restaurador, que intentar crear una figura de la Edad Media o del Renacimiento. En cierta medida, para estos profesionales, restaurar es también crear una cápsula de tiempo.