Los antiguos le llamaron 'mar de ardora' porque es como ver el mar ardiendo en un misterioso fuego azul. Julio Verne lo inmortalizó desde el Nautilus en 'Veinte mil leguas de viaje submarino'. Y cada año muchos turistas esperan en ciertas costas, incluidas las de España, para caminar entre las aguas mientras estas se iluminan a su paso: como si estuvieran en una escena de Avatar.
Sin embargo, como decía el poeta Paul Eluard: "hay otros mundos, pero están en este", y el llamado 'mar de ardora' tiene una explicación científica concreta: se trata del fenómeno de la bioluminiscencia.
La bioluminiscencia se refiere a la capacidad de ciertos seres vivos de producir luz como un mecanismo de supervivencia. Se trata, en la mayoría de casos, de organismos microscópicos, como fitoplancton y dinoflagelados: cuando estos organismos son agitados por las olas o por movimiento en el agua, liberan esta luz, lo que crea un efecto visual fascinante y mágico en la oscuridad de la noche.
Según los biólogos esta luminosidad la usan para atraer a otros seres vivos de los que se alimentan pero también para disuadir a sus depredadores. Así, algunos peces, moluscos, medusas, estrellas o crustáceos han desarrollado estos sofisticados mecanismos que implican una reacción química dentro de las células., reacción que puede servirles incluso, para comunicarse. La luz que emiten pueden ser de diferentes colores -roja, amarilla, violeta-, aunque por lo general es un azul intenso.
Hay unos 200 lugares en el mundo en los que ocurre. Algunas playas bioluminiscentes famosas se encuentran en lugares como Puerto Rico, Maldivas y algunas zonas costeras de países tropicales. Pero también ocurre en España, particularmente en las costas de Galicia, donde es posible ver el fenómeno a lo largo de la Costa da Morte, y en playas como A Ermida o Rebordelo. Este año, se ha visto, por ejemplo, en la playa de Carnota, donde según reportan medios locales, el espectáculo natural, viene atrayendo a cientos de turistas. También posible verlo en las Islas Cíes e incluso en la Isla de Ons.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el 'mar de ardora' es imprevisible. Es decir, que es muy difícil saber exactamente en qué momento 'aparecerá'. Y aunque se sabe que las altas temperaturas favorecen también la bioluminiscencia, con lo que este año hay posibilidades de verlo hasta bien entrado el mes de septiembre, ese lado sorprendente y no controlado por el hombre (y sus oficinas de turismo) lo hace aún más fascinante.