La huella que dejó el antiguo Imperio Romano en la historia, la cultura y el idioma de España aún perdura en pleno siglo XXI. Buena prueba de ello son los cientos de kilómetros de vías y puentes que los romanos construyeron hace dos milenios para atravesar los ríos de la entonces llamada Hispania, toda una demostración de su grandeza en ingeniería y arquitectura. Muchos de esos puentes han resistido a las inclemencias del paso del tiempo y al paso de numerosas civilizaciones a lo largo de toda la península ibérica.

Uno de esos puentes que se mantienen en pie en un estado de conservación notable y que pese a su importancia aún pasa relativamente desapercibido para los turistas es el puente romano de Alcántara, ubicado en la provincia de Cáceres. Erigido en el siglo II, durante el mandato del emperador Trajano, esta estructura cruza el río Tajo y se ha convertido en un testimonio de primera mano del ingenio romano.

Construido entre los años 104 y 106, este puente fue declarado Bien de Interés Cultural en 1924. Con una longitud de 194 metros y seis arcos de altura desigual, destaca por su grandeza y firmeza. Su valor patrimonial no solo es inmenso por su antigüedad, sino que forma parte de una calzada crucial que conecta España con Portugal.

La solidez de sus materiales permite que aún hoy sea transitable, aunque hace unos años se vio envuelto en un debate social debido a los daños que podían ocasionar los vehículos de gran longitud, especialmente camiones. Para proteger el monumento y preservar su estructura para futuras generaciones se decidió limitar la circulación de los vehículos largos, cuya maniobrabilidad es compleja en este tipo de estructuras.

A día de hoy el puente de Alcántara soporta un tráfico diario de aproximadamente 600 vehículos, de los cuales 80 son pesados. Para reducir aún más el impacto del tráfico y limitar el paso por sus piedras, ya se ha comenzado a construir un nuevo puente en las proximidades, una reivindicación que data ya de hace 15 años. El nuevo viaducto tendrá una longitud de 267 metros y se espera que esté concluido en verano de 2025.

Asimismo, se habilitará una pasarela peatonal de 3,5 metros que estará físicamente separada de la calzada y permitirá la puesta en valor del puente romano, ya que formará parte de un anillo de circulación a través del cual se podrá realizar un recorrido completo a pie entre los dos puentes. Desde luego, la visión de los majestuosos arcos y la histórica estructura del puente de Alcántara es una experiencia que merece la pena disfrutarse si se visita la zona.