Hace bastantes años, antes de la irrupción de las aerolíneas low cost, en todos los viajes en avión, aunque fueran de 45 minutos, te ofrecían un desayuno, un aperitivo o un tentempié. Café, chocolate, té, refresco, agua, zumo, galletas, cacahuetes, almendras… conseguían que el trayecto se hiciera más llevadero y agradable. Ahora, no solo vas encajonado, sino que cualquier consumición se paga y lo próximo será cobrarte el aire. Por eso, en Uppers, te contamos el truco para conseguir bebida gratis en los aviones.
Lo ha desvelado Cierra_mistt en la red social, esta azafata de una compañía aérea de Canadá se ocupa de contar multitud de curiosidades y las experiencias que vive mientras trabaja. En otras ocasiones ha explicado cómo conseguir que te asciendan de la clase turista a primera clase Siempre aconseja lo mismo: se trata de ser amable como cliente con la tripulación de cabina tanto con las palabras como con los actos.
En este caso, Cierra_mistt confiesa que si al comprar algo del carrito que avanza por el pasillo dejas una propina un poco generosa tendrás aseguradas bebidas gratis durante el viaje. Destaca que el personal tiene prohibido aceptar propinas, pero puede quedárselas si el pasajero insiste.
Al dejar el cambio de lo adquirido o unos euros de más que puedan compartir toda la tripulación, el jefe de cabina concederá el permiso necesario para invitar gratis a ese cliente a las bebidas que quiera. Detalla que no hace falta que esa propina sea muy generosa porque el personal de los aviones como mucho suele constar de seis trabajadores, dos pilotos y cuatro azafatos.
La azafata también comparte con sus seguidores que tras muchas horas de vuelo a veces sin tiempo para descansar lo suficiente o comprarse algo que les guste, la tripulación agradece encarecidamente que los clientes les sorprendan con un café, un zumo o un batido de sus cafeterías favoritas: Tim Hortons o Starbucks.
Es decir, Cierra_mistt nos aconseja que como pasajeros nos agasajarán y nos cuidarán siempre y hasta nos ofrecerán bebidas gratis si somos amables con nuestros gestos y generosos con las propinas. Ella afirma que "aunque no puedo prometerlo", es "probable” que así sea. Queda claro que la experiencia de vuelo puede cambiar radicalmente para bien dependiendo de nuestro comportamiento.