¿Cuál es el pueblo más frío de España?

  • En los meses más fríos por el día el termómetro se estanca en los 8,5ºC de media y por las noches lo habitual son -11ºC

  • Molina de Aragón, tras recopilar gélidas temperaturas año tras año, podría decirse que es el pueblo más frío de España

  • Forma parte del 'Triángulo del frío' junto a la ciudad de Teruel y el pueblo de Calamocha

Después de las noticias, nos informan cada vía y varias veces del devenir del tiempo. En nuestro país podemos presumir de todo tipo de temperaturas y más aún en invierno. Desde las pequeñas localidades que rodean a la capital se quejan de tener que usar la rasqueta por las mañanas para eliminar el hielo de los cristales del coche, sin embargo, puede que el termómetro tan solo haya bajado a tres grados bajo cero. En Uppers hemos localizado cuál es el pueblo más frío de España. Allí no entienden por qué tanta queja. Te sorprendería saber qué temperatura mínima tiene el pueblo más frío de España y cómo sus habitantes se han habituado a ello.

Según el registro de los datos de la web Eltiempo.es, Molina de Aragón podría ser coronado como el pueblo español más frío. Se encuentra en el noroeste de la provincia de Guadalajara y a unos 1.060 metros de altitud sobre el nivel del mar. En el Castillo y en la Torre de Aragón que despuntan sobre sus casas, la temperatura tan baja que alcanza invierno tras invierno le han convertido en uno de los tres vértices de lo que han llamado el ‘Triángulo del frío’. Los otros dos vértices que forman esta famosa heladora región son la ciudad de Teruel y el pueblo de Calamocha, ambos en la Comunidad Autónoma de Aragón.

Molina de Aragón en inverno

El mes de enero es el más frío de todo el año y en Molina de Aragón se nota. Durante sus 31 días las temperaturas medias mínimas en la localidad suelen ser de -3,5ºC, con lo cual, lo más habitual es que el 80% de los días, es decir, unos 24, se produzcan heladas. Se añade la caída de nieve en cantidad unos cuatro días de media ese mes y que a lo largo de las jornadas el termómetro no acompaña porque suele estancarse en los 8,5ºC.

Diciembre es como una preparación, la naturaleza se impone para que los habitantes de Molina de Aragón, un total de 3.275 censados en 2019, empiecen a acostumbrar sus cuerpos a lo que se les avecina. La temperatura media en este mes suele estar por debajo de los -2ºC con sus correspondientes heladas y nieva copiosamente unos dos días. En diciembre de 2001, por ejemplo, de media las mínimas bajaron hasta los -11ºC.

Pero, según los datos que se han ido registrando en esta localidad, el 28 de enero de 1952 quedó grabado en la memoria de sus vecinos porque el mercurio se redujo a -28,2ºC. Lo paradójico es que es una zona de contrastes. En verano las temperaturas tampoco dan tregua y pueden llegar a ser abrasadoras. Durante agosto de 1987 la media máxima fue de 38ºC.

Royuela bajó hasta los -30ºC

Hay otros muchos pueblos que se acondicionan cada invierno a las gélidas temperaturas como Molina de Aragón. Uno de ellos está en la sierra de Albarracín, pertenece a Teruel y forma parte del “Triángulo del frío”. Se trata de Royuela. El 12 de enero de 2021 se podría decir que se hizo famoso debido a que el termómetro descendió a -30ºC. Aquí residen unas 200 personas. Han normalizado las características de la estación y caminan con cuidado para que ninguno de los largos carámbanos que cuelgan de los aleros de sus tejados les pillen desprevenidos si se precipitan al suelo.

En principio las construcciones de estas localidades están preparadas para unos inviernos heladores, pero es normal que algunas tuberías lleguen a congelarse lo que impide que fluya el agua por un tiempo. Intentan hacerse con un calzado que aguante la nieve y las heladas y preparan sus despensas para abastecerse hasta quince días sin ir a comprar. Esas abundantes nevadas a veces provocan fallos en el acceso a Internet o impiden que los chavales puedan acudir al cole. A cambio, disfrutan del silencio especial que se respira cuando todo se cubre de blanco y suponemos que organizan charletas y partidas de cartas al calor del fuego de sus chimeneas.