Un viaje al encuentro del oso polar: los mejores lugares y épocas del año para avistarlos

  • Svalbard, en Noruega, es el mejor lugar del mundo para avistar osos polares

  • Canadá y Alaska son otros destinos donde poder encontrártelos

  • De mayo a octubre, la mejor época del año para avistar osos polares

Todavía quedan lugares donde el ser humano puede adentrarse en la naturaleza y la fauna más salvaje. Algunos se encuentran en ciertas zonas del Ártico y están pobladas por el mayor depredador de la tierra: el oso polar.

Solo los más afortunados pueden disfrutar del paisaje en el que se encuentran estos inmensos animales de pelo blanco. Los asesores expertos en destinos de la agencia de viajes PANGEA The Travel Store se han recorrido el mundo para poder recomendarte los mejores rincones para el avistamiento del rey del hielo y estas son sus sugerencias.

Svalbard, el reino de los osos polares

Al norte del continente europeo, en un apasionante viaje a Noruega, podrás encontrar el archipiélago de Svalbard, la parte más salvaje del Ártico en la que el turismo aún no ha llegado y observar osos polares es posible.

Este recóndito destino puede recorrerse en un rompehielos, un crucero que atraviesa mares congelados. En este navío, en el que te llamará la atención el crujido del hielo resquebrajándose con su paso y el espectacular paisaje que lo rodea, no tendrás tiempo para aburrirte. Disfrutarás de deliciosas comidas, podrás charlar con expertos de la zona y sentirte un auténtico rastreador en busca de osos polares u otros animales como morsas, focas, ballenas, renos y zorros árticos.

Expedición en crucero por Svalbard

Y es que, si hay algo por lo que destaca el punto más septentrional del planeta es por los más de 3000 osos polares que habitan en él. De hecho, ¡superan al número de habitantes humanos! No es fácil hallarlos ya que se encuentran vagando por su hábitat natural y no siempre se dejan ver. No obstante, si ya resulta emocionante perseguir sus huellas te podemos asegurar que tener la oportunidad de observarlos en persona es una experiencia difícil de olvidar.

Si quieres descubrir a esta especie por ti mismo puedes optar por una moto de nieve, siempre tomando las medidas de seguridad adecuadas, por la ruta que más te guste. Puedes alquilarlas en Longyearbyen, la capital de estas islas, donde la oscuridad y la luz del sol pactan para reinar durante cuatro meses al año cada uno.

La mejor época para viajar a esta meca para los amantes de la fauna ártica y de los paisajes polares son los meses comprendidos entre mayo y septiembre. Sentirse parte de un documental y dejarse sorprender por la imponente apariencia de los osos polares es muy apetecible para los viajeros más curiosos y valientes.

Otros destinos perfectos para avistar osos polares

Si decides hacer un viaje a Canadá, al norte de la provincia de Manitoba, en plena Bahía de Hudson, encontrarás la pequeña ciudad de Churchill, accesible únicamente por la vía aérea o en tren. Este sitio se autodenomina la “capital mundial de los osos polares” porque en torno a 300 de estas criaturas migran alrededor de este remoto lugar en los meses de octubre y noviembre en busca de focas, su alimento principal.

Para adentrarte en la tundra y así avistar osos polares, lo más recomendable es contratar a un guía profesional. Así no correrás ningún riesgo. No obstante, en ocasiones estos animales se acercan tanto a la ciudad que no es necesario ir a buscarlos. Cuando esto sucede son retenidos para luego trasladarlos de nuevo a su hábitat natural.

Esta especie, símbolo del Ártico, pasa la mayor parte del tiempo en el hielo, pero en algunas épocas pueden verse en zonas costeras cercanas a asentamientos humanos. Este es el caso del poblado de Kaktovik, al norte de Alaska, donde es posible observar a los osos polares entre mayo y octubre ya que acuden a refrescarse en las frías aguas oceánicas de la costa de la isla de Barter.

No es recomendable observarlos sin el acompañamiento de expertos. Especial precaución si te apetece dar un paseo nocturno: entran al pueblo al caer la noche y no se marchan hasta que son ahuyentados por las patrullas.