Pater Noster, lujo minimalista: el hotel aislado en una remota y diminuta isla sueca

  • A veces menos es más, por eso este pequeño hotel, alejado de todo en una isla, es ideal para la desconexión

  • Lujo minimalista capaz de llevar a cualquiera a un viaje interior y diferente que no se asemeja a nada visto antes

Nueve habitaciones y capacidad para 18 huéspedes, así es el hotel más aislado del mundo donde seguramente la covid-19 ni habrá pasado, un lugar al que en estos momentos más de uno querría viajar para desconectar de tanta información y del barullo de las calles. Cuando las grandes cadenas hoteleras con todas las comodidades son lo normal, la excepción se convierte en lo curioso, lo llamativo, y eso es lo que ha ocurrido con Pater Noster, este diminuto hotel de lujo que ya ha sido calificado como el más aislado del mundo. Pero, ¿dónde está? ¿Cómo se llega hasta ese lugar remoto donde se encuentra?

Llegar no es fácil

El hotel se encuentra en una diminuta isla sueca llamada Hamneskär y no sabemos muy bien como puede sustentarse, pues la mar no es precisamente lo más tranquilo que te puedes encontrar en la zona, por eso los barcos que llegan hasta la isla deben ser rígidos y fuertes para soportar las embestidas de las olas si hay mal tiempo. Por eso mismo la forma más sencilla de llegar es a través de helicóptero, aunque si hay viento el viaje va a ser de lo más movido, para qué mentirte.

Pero de lo que no cabe duda es que el viaje, por muy complicado que sea, va a ser muy especial por muchas razones. Lo primero es que vas a estar en una localización espectacular a la vez que acogedora, con solo nueve habitaciones capaces de acoger un máximo de 18 huéspedes, donde desconectar y volver a conectar con uno mismo puede ser lo mejor que se puede realizar en un entorno rodeado de naturaleza.

Si nos vamos dentro, el hotel se ha diseñado de una forma acorde con su ubicación y con ese toque marino imprescindible al estar rodeado de agua con muebles rústicos de lo más acogedores. Obviamente se ha construido para que soporte los temporales, con paredes y techos hechos de madera robusta. De esta forma en el hotel se ofrece un sin fin de actividades para experimentar con todo lo que rodea al hotel y con las tradiciones suecas. Por eso mismo se puede salir a pescar a alta mar, a simplemente navegar o a bucear, si el tiempo acompaña, claro, o tomar clases de cocina sueca que te permitirán hacer una cena sorprendente para tus amigos a tu vuelta.

Desconecta y encuéntrate

En relación a los servicios, el restaurante es su punto principal, no muy grande pero acogedor, donde se cocina con productos de la zona. También cuenta con su propio bar, que nunca está de más tomar algo, y también un café, este al aire libre para perder tu mirada en ese paisaje tan impresionante que te rodea.

Pasear por la diminuta isla es otro de los grandes reclamos, donde puedes llevarte la cámara fotográfica, pero que no te quepa duda de que todas las imágenes quedarán guardadas en tu memoria para siempre. En especial esas inigualables puestas de sol o el impresionante faro que sobresale en las alturas de la pequeña isla. Un faro que, por cierto, fue clave para rescatar a muchos náufragos, ya que durante más de 100 años varias generaciones de fareros vivieron en la isla.

El precio por noche es a partir de unos 475 euros. Barato desde luego no es, pero la experiencia vale la pena. Es uno de los hoteles más espectaculares del mundo y, probablemente, el más aislado y uno de los de más difícil acceso. Una isla remota, en Suecia, con todas las comodidades y la posibilidad de desconectar en uno de los lugares más especiales del planeta.