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Verano no siempre es sinónimo de playas abarrotadas y bullicio. También puede significar tranquilidad, silencio y piscinas de ensueño que se merecen un viaje. Frente a ti tendrás el inmenso mar, un horizonte perfecto o frondosos bosques. Estas siete piscinas son capaces de refrescarte solo con mirarlas. ¿Cuál es tu favorita?
Al norte de la isla de Tenerife, en la zona menos conocida y más sorprendente, encontramos esta hacienda del Siglo VXII e ilustre pasado. Con tan sólo seis villas, todas distribuidas en torno a jardines tropicales, Hacienda Cuatro Ventanas es un remanso de paz con vistas infinitas al Atlántico. El mejor lugar para disfrutar de un atardecer de esos que quitan el sentido es su piscina infinita. Realizada en mármol verde invita a zambullirse y nadar hacia un horizonte que parece que podemos llegar a tocar con las manos.
Con sabor andaluz, paredes encaladas y de azul intenso… Esta piscina-laguna con diferentes zonas es la impresionante apuesta del marbellí Westin La Quinta. En su frondoso jardín encontrarás cobijo durante las horas más calurosas. Si eres un amante del golf sólo te moverás de la piscina para ir a jugar a su campo de 27 hoyos. Y, si viajas con niños, podrás olvidarte de ellos gracias al estupendo Kids Club que tienen. ¿Alguien da más?
Hay vida más allá de los hoteles playa. Y Bingaus Vell es el mejor ejemplo. Aquí, en el corazón rural de Menorca descubrirás una hermosa casona de labranza reconvertida en hotel boutique. Dentro, la tradición menorquina se fusiona con el look provenzal. Fuera, la naturaleza está presente en todo momento y una piscina con forma de lago te espera para refrescarte hasta que caiga el sol.
Un clásico en la restauración de lujo en Ibiza con la piscina más icónica de la isla. Suspendida en un acantilado, se funde por completo con el entorno. Cuando te bañas parece que volaras sobre el mar. La atmósfera chill out y el trato cercano y hogareño del personal convierten a Hacienda Na Xamena en un lugar perfecto para disfrutar del silencio. Ohmmmmm.
Si además de una escapada para desconectar quieres restaurar tu equilibrio vital, este es el sitio perfecto. En la clínica Sha proponen diferentes tratamientos y cocina macrobiótica que te dejarán como nuevo. Tendrás tiempo para meditar, practicar yoga pasear por la playa… Y si el cuerpo te pide sol y piscina, dale lo que te pide. Tendrás unas vistas fabulosas sobre el Mediterráneo.
Hay piscinas que miran el mar, otras que miran el infinito y otras cuyo entorno natural es un espectáculo en sí mismo. Es lo que ocurre en La Nava del Barranco, una finca privada que se puede alquilar para disfrutar del campo en todo su esplendor. Sus dos infinity pools se desbordan sobre un poderoso encinar que es la antesala de una propiedad de 7000 hectáreas. El aire puro y las mil fragancias que regala el monte tienen un efecto embriagador y desestresante. Aquí podrás disfrutar del mejor lujo a la española: discreto, cercano y familiar.
Situado en lo más alto del Tibidabo ofrece vistas panorámicas sobre la Villa Condal que llegan hasta el mar. Un hotel de corte palaciego en el que tradición y modernidad se dan la mano. El mejor ejemplo de ese eclecticismo es su impresionante piscina realizada en aluminio. Diseño high tech en un edificio de reminiscencias modernistas.