La batalla del albornoz: radiografía del conflicto para abrir o no los balnearios del Imserso

El programa de Termalismo del Imserso se debate entre la necesidad y el miedo. El ministerio y los empresarios del sector trabajan para buscar un acuerdo que permita salvar lo que queda de temporada sin comprometer la salud de los beneficiarios, la mayoría población de riesgo, y sin perder los 202 millones de euros presupuestados para este año. Un sector que afecta a 200.000 usuarios y a miles de trabajadores en zonas rurales. ¿La clave? El virus no sobrevive en el cloro, pero no hay evidencias de su comportamiento en aguas termales sulfurosas, ni a favor ni en contra.

Lo último sobre la mesa es una propuesta de la patronal de los balnearios, Anbal, que el ministerio está estudiando. Según su presidente, Miguel Mirones, "es una pena que existiendo unos fondos que podían venir estupendamente para la reactivación del sector, no se plantee ninguna alternativa. En el tema de balnearios ya tienen una propuesta concreta, y si nos dicen que no, nos van a tener que explicar por qué. Ahí está el dinero, ahí está la posibilidad, y desde luego nosotros no la vamos a dejar correr", declara el presidente de Anbal.

Hasta ahora, cada balneario negociaba su contrato con el Imserso de manera individual, pero esta vez la decisión del Instituto de Mayores afectará a todos, ya que la patronal ha conseguido aunar las voluntades de todos los balnearios en una posición de fuerza. Su propuesta, ya presentada al Ministerio, tiene cuatro ejes de actuación.

Primero, la seguridad en el establecimiento y fuera de él. "Yo tengo que tener la certeza de que los protocolos que voy a implantar en mi balneario para la seguridad de mis clientes también se van a implantar en el municipio donde tengo el establecimiento. Si mis clientes salen a un espacio donde no hay seguridad, y vuelven al hotel infectados, te puedes encontrar con un problema muy importante y vete después a acreditar de quién es la responsabilidad", explica Mirones.

En segundo lugar se propone una adecuación de los tratamientos contratados, porque en las actuales circunstancias, algunos tratamientos no son convenientes o están prohibidos. Lo mismo pasa con el programa de animación, que hasta ahora incluía numerosas actividades grupales, bailes, gimnasia, actuaciones musicales, etcétera, que deben ser rediseñadas. Por último, se exige al Imserso una continuidad del programa en el caso de que se ponga en marcha, ya que existe el miedo a asumir los gastos de reapertura y que luego surja algún caso de contagio que vuelva a cerrar el programa.

El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, del que depende el Imserso, "no cierra la puerta a una próxima reanudación del programa", seguramente "estará todo listo para la nueva normalidad. Los balnearios abrirán con los protocolos preceptivos y las decisiones que tomen al respecto las diferentes CCAA. En cuanto reabran, se reactivará el Termalismo del Imserso", han confirmado a Uppers fuentes del Ministerio. Pero su reapertura no parece tan próxima, ni tan sencilla.

Los beneficiarios del programa tienen una edad media superior a los 70 años, son el grupo de mayor riesgo, y no están ahora por la labor de ir a los balnearios. Este mes de junio, con la pandemia ya controlada, el grupo de balnearios de Hervidero de Cofrentes ha realizado una encuesta entre los clientes que tenían reservas para julio y agosto, y los resultados son reveladores. A la pregunta de si iban a ir al balneario estos meses, ninguno de los consultados contestó que sí; un 10% pidieron que les llamaran dentro de un mes; un 35% contestó que irían en el último trimestre si iban bien las cosas; y un 55% lo han dejado directamente para el año que viene.

Los empresarios del sector tienen necesidad de reabrir sus negocios, y aunque el riesgo cero no existe se han movido para establecer unas condiciones de apertura seguras. El Instituto para la Calidad Turística Española, ICTE, que también preside Miguel Mirones, recibió del Ministerio de Turismo el encargo de realizar una serie de recomendaciones y especificaciones para que los establecimientos turísticos, hoteles, restaurantes, bares, campings, piscinas... y también los balnearios, pudieran abrir garantizando la protección de los clientes y trabajadores. Muchos establecimientos han aplicado estas recomendaciones y procedimientos de actuación antes de abrir, pero hay quien piensa que no son suficientes.

El director de un reconocido centro termal que prefiere mantener el anonimato explica que, "las normas del ICTE tendrán valor cuando el BOE o los boletines oficiales de las CCAA las publiquen, hasta entonces son un conjunto de recomendaciones. La parte sustancial que tiene un balneario son las técnicas y cómo las debes realizar, y no se ha investigado suficientemente cómo puede comportarse el virus en según qué tratamientos", explica.

"El CSIC elaboró un informe sobre cómo se trasmite el virus en instalaciones dedicadas al baño, pero no definían las condiciones necesarias de utilización de las aguas, porque para eso se debería hacer un estudio con el tiempo de planificación suficiente, incluyendo toma de muestras y análisis de los resultados, y este informe no está hecho", explica este directivo. "Si se endosa a los empresarios la responsabilidad de cómo se evita la transmisión del virus, pocos estaremos preparados para decidir. Habría que ser más explícito, como lo ha sido el Gobierno Portugués, que ha publicado una directiva para saber qué es exactamente lo que hay que hacer para abrir las instalaciones en condiciones de máxima seguridad", concluye MG.

Uppers ha hablado con Joan Grimalt, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, y uno de los firmantes del informe. Para Grimalt, "nosotros recomendábamos el baño en aguas cloradas, porque el cloro inactiva el virus, pero en los balnearios con aguas sulfurosas puede ser que el azufre inactive el virus o no, esto no se ha probado, como tampoco se ha probado cómo se desenvuelve el virus en otras aguas termales no cloradas. No se puede asegurar que en un agua no clorada no pueda haber contagio, por lo tanto, si hablamos de población de riesgo, en los balnearios en los que el agua no esté clorada, lo mejor es no ir", afirma el doctor Grimalt.

La economía es el otro contendiente en este conflicto paradigma del que viven muchas empresas de nuestro país. "Muchos empresarios estamos estos días en la disyuntiva de si abrimos o no nuestros negocios, y tenemos dudas en diferentes terrenos. No está resuelto el tema de los ERTEs, y no voy a abrir, si no sé qué va a pasar con mi plantilla. Es urgentísimo despejar esas dudas laborales. También tenemos dudas comerciales, porque el mercado está muy frío. El Plan de Turismo presentado por el Gobierno plantea objetivos a medio y largo plazo, se está pensando en pintar las paredes cuando se está quemando la casa, y lo más urgente es apagar el fuego, es decir, ver cómo vamos a sobrevivir los próximos meses", comenta Miguel Mirones, que también dirige el grupo de balnearios Relais Termal.

"Una parte significativa del sector solo abrirá si conoce las condiciones en las que el Imserso va a reabrir el programa", explica MG. "Hay firmados unos contratos cuyas condiciones va a ser imposible cumplir en este nuevo marco. Si las condiciones que pone la administración no son viables, no se va a poder poner en marcha. Estos programas funcionan con una estructura de precios ajustada, y si tienes que reducir el aforo a la mitad, directamente entras en pérdidas solo por abrir", explica MG.

Entre tanto, muchos balnearios están abriendo sus puertas para clientes particulares y buscan alternativas al Imserso. El Grupo Caldaria, en Orense piensa abrir en julio. "Hemos enfocado el programa a mayores de 50 que pueden venir con menores de acompañantes. Puede venir una abuela con su nieta, un padre con su hijo... no tiene nada que ver con el programa del Imserso. Es un programa más lúdico, pensado para difundir la cultura termal de Orense" explica Alberto Canal, del Grupo Caldaria.

Los balnearios de Panticosa, Puente Viesgo, Ledesma, y Baños de la Concepción también quieren abrir sus puertas en julio. Muchos otros se lo están pensando, y piden casi a gritos una colaboración de lo público y lo privado "el sector de los balnearios estamos dispuestos a asumir los riesgos y dar el paso adelante si nos acompañan en el viaje las administraciones. No podemos pedir la máxima exigencia a los empresarios y que otros vayan por la vida silbando", concluye Miguel Mirones.