Pegar un grito en casa y escucharlo en un glaciar: el plan de Islandia para acabar con el estrés mundial

  • Se trata de una acción turística islandesa que va encaminada a descargar las tensiones provocadas por el confinamiento

El confinamiento por la pandemia ha pasado factura a todos, en mayor o menor medida. Entrar en ERTE, no saber qué pasará con la educación de tus hijos, ver cómo amigos pierden su trabajo... Situaciones a las que no estábamos acostumbrados. Aún así, los mayores de 45 años se encuentran entre el grupo que menos estrés postraumático ha sufrido tras el confinamiento, según un estudio de la UCM. Aunque este dato pueda invitar a la esperanza, son muchas las personas que han pasado ansiedad durante los últimos meses y quieren descargarlo todo. En este contexto, Islandia te ofrece una oportunidad única para liberar tensión de una forma muy especial sin moverte de tu casa.

Grita desde casa y escúchalo en Islandia

Visit Iceland, el operador turístico más importante del país, te ofrece la posibilidad de grabar un grito y reproducirlo en algunos parajes del país a tu elección, según cuenta Traveler. A través de la web 'Looks like you need to let it out' (parece que tienes que desahogarte), puedes grabar un alarido, una protesta o un grito ensordecedor y enviarlo. Ellos se encargan de reproducirlo en una serie de altavoces que han colocado en lugares muy remotos. Puedes escucharlo en transmisiones en directo disponibles en la propia web.

Elige dónde quieres escuchar tu grito

Sigríður Dögg Guðmundsdóttir, el jefe de Visit Iceland, explica a Traveler que Islandia tiene lugares perfectos para esta práctica. "En Islandia tenemos la suerte de tener grandes espacios abiertos y una hermosa naturaleza, que es el lugar perfecto para dejar salir las frustraciones", explica. "Creemos que esto es justo lo que el mundo necesita". Desde las playas de arena negra de Festarjfall hasta el glaciar de Snæfellsjökull, los gritos resuenan cada cierto tiempo. Se trata de lugares mayormente deshabitados.

Terapia primaria

Aunque pueda parecer surrealista, esta acción turística se enmarca dentro de lo que en psicología se conoce como terapia primaria de gritos. Esta se utiliza "cuando no tenemos necesariamente las palabras exactas para expresar nuestras frustraciones", así como para "cosas más bien viscerales", según explica Zoë Aston, psicoterapeuta consultada por Visit Iceland. No poder expresar con palabras lo que sentimes es "exactamente lo que les está pasando a las personas en este momento, porque no estamos equipados para lidiar con los sentimientos que estamos teniendo", apunta Aston.

Al gritar, nos quitamos de encima la acumulación física de emoción que hemos llevado dentro durante tantos meses. Esto puede ayudar a "desbloquear estas emociones y superarlas, y finalmente, dejarlas ir", explica la psicoterapeuta. Si quieres optimizar tu grito, Aston recomienda volver a tiempos muy pasados, prácticamente hasta cuando eras un bebé, para "abrazar" a ese pequeño tú que llora. Una vez hayas reculado mentalmente, piensa en por qué lo haces. De esta forma, la especialista rechaza que los gritos se den de manera "agresiva" y banal.

Otra de las recomendaciones de Aston es la concentración y la focalización en tus emociones a diario. Después de haberte desahogado gritando, recapacita, piensa en aquello que no funciona y trata de ofrecer una alternativa. Nunca fue tan fácil, después de estos meses de confinamiento, el imaginarte gritando en el mismo escenario en el que pueden escucharse tus alaridos.