Invitar a tu ex a la mesa de Navidad: "Hay que normalizar las cosas, pero no sé si tanto"

  • A Jennifer Garner no le ha hecho demasiada gracia la propuesta de su exmarido Ben Affleck y Jennifer Lopez de unirse a ellos en estas fiestas. ¿Cómo reaccionaríamos el resto?

  • Tres lectores coinciden en su opinión y un psicólogo nos brinda unos consejos para pasar el trago de la mejor manera

  • Si todo transcurre en paz, los hijos son los más favorecidos. Se refuerzan lazos emocionales y se crean recuerdos que siempre quedarán en la memoria

Hace unas semanas, la actriz Jennifer Garner (50 años) fue sorprendida por la invitación del padre de sus tres hijos, Ben Affleck (50) y su nueva pareja, Jennifer Lopez (53), para pasar todos juntos la Navidad. A juzgar por las imágenes captadas en Santa Mónica (California), la sugerencia no debió de causarle demasiada alegría. Su desconcierto será ahora mayor si se confirman los rumores de crisis en el matrimonio de su exmarido con la cantante. Los planes de celebrar el Día de Acción de Gracias y las vacaciones navideñas junto a sus seres más cercanos, como una gran familia, podrían irse al garete. ¿Es buena idea que las exparejas compartan mesa en Navidad?

Tres uppers dan su parecer

El caso de Jennifer Garner no necesita más comentarios. ¿Qué ocurre en el mundo de los anónimos? Hemos preguntado a varios lectores y todos, sin excepción, comparten la desconfianza de la actriz estadounidense. Gregorio, empresario de 53 años, se separó hace siete años y sale con una mujer diez años menor, madre de tres hijos. "Nunca se me ocurría invitar a la madre de mi hijo, de 17 años, a un evento tan familiar como la Navidad. Tampoco ella accedería. Sé que no habría discusiones y tampoco celos. Es una cuestión de respeto y aceptación de las nuevas situaciones a las que te va exponiendo la vida", explica.

Marga, periodista de 56 años, se separó hace menos de un año y no ha superado el duelo. Confiesa que una propuesta así le añadiría aún más dolor. "Aún no estoy preparada -dice- para compartir la mesa de Navidad con él, mucho menos con su nueva novia. Tampoco a mis hijos, mayores de edad, les gustaría ponerme en ese brete. No hay necesidad. Prefiero pasar la fiesta sola o con el resto de mi familia las fechas en las que mis hijos lo celebren con su padre".

"Aguaríamos la fiesta a los hijos"

Por último, Luis Manuel, empleado de banca prejubilado. Tiene 64 años y cinco nietos. Sus cuatro hijos se organizan para que ninguno de sus progenitores se sienta solo estos días. No puede evitar sentir nostalgia porque hace solo tres años dejaron atrás una vida muy larga en común, con una familia numerosa y comidas muy animadas. "Aunque ahora tratemos de equilibrar, las cosas nunca serán como antes, pero ni por asomo se nos ocurriría juntarnos en Navidad. Sería una vuelta atrás en la gestión de emociones y siempre cabría la posibilidad de aguar la fiesta al resto a causa de las discusiones que nos llevaron a la separación. Ojalá pudiésemos pensar en tono romántico, en una reconexión amorosa y demás, pero ni siquiera garantizo que juntos fuésemos capaces de mantener el espíritu navideño", concluye con cierto humor.

Unos y otros piensan que la intención de Jennifer Lopez y Ben Affleck puede ser positiva. Ambos suman cinco hijos con sus respectivas exparejas y su sueño es que haya una relación fraternal entre ellos. Detalles como la Navidad unida fortalecerían, según estos famosos, los lazos y contribuirían a que la unión se fuese robusteciendo con los años. El segundo motivo que les ha llevado a la posibilidad de reunirse tiene que ver con una crianza más armónica con la colaboración de todos. La intención es buena. "De buenas intenciones está empedrado el infierno", añade Luis Manuel, el más escéptico de nuestros opinadores.

A otras personas les da por enviar felicitaciones a sus ex, una costumbre que se conoce como "marleying", en honor a Jacob Marley, el fantasma de 'Cuento de Navidad', de Charles Dickens. La web de citas eHarmony entrevistó a sus usuarios y el 8% confesó que tenía esta costumbre. Otro 11% aseguró que recibe noticias de su ex por Navidad. La intención que pueda haber se presta a todo tipo de elucubraciones.

¿Qué opina un experto en parejas?

Después de escuchar a nuestros lectores, pasamos la pregunta a Carlos Postigo, psicólogo de Mundopsicólogos.com. ¿Volver a casa por Navidad, como el turrón, es buena idea? Antes de nada, avanza que la proposición solo cabe cuando existe una relación respetuosa. Aun así, considera que dependerá de muchos factores, como si hay hijos en común, la forma de celebrar las diversas comidas en cada hogar o los lazos emocionales que puedan seguir existiendo. "Si la relación es cordial -aclara-, se da por hecho que existe comunicación y se hablan los temas importantes que puedan afectar a ambos. Así, en el caso de que haya hijos en común, puede ser buena idea acordar hacer alguna comida juntos. Por el contrario, si existen fricciones todavía entre la pareja, quizás no sea la mejor decisión".

Felices los cuatro, pero ¿y si falta el cuarto?

Maluma no contó con ello al componer su canción. ¿Cómo resolvemos el trago -a menudo amargo- que puede suponer que solo uno de los dos se haya vuelto a enamorar? "Depende de cómo se ha gestionado el final de la vida en común por ambas partes -responde Postigo-, así como del tipo de relación que mantienen entre ellos. Una gestión madura puede ser compatible con la presencia de una nueva pareja, símbolo de nueva felicidad para el ex y, por tanto, una alegría para el invitado".

Pero no siempre es así y pueden quedar resquemores, rencillas o dolores no resueltos. "En este caso -señala el psicólogo-, puede ser perjudicial no solo para la persona invitada y por quien invita, sino también para el resto de los familiares, incluidos los hijos".

En su opinión, lo más importante es el respeto y la comunicación. "El respeto mutuo tiene que partir del respeto a uno mismo y de ser consecuente con lo que se siente y lo que ha decidido, ayudando a las otras partes a serlo también, por el bien común. Además, habrá que hablar las cosas antes de que se generen conflictos y resolverlos si estos acaban surgiendo.

Lazos emocionales y recuerdos duraderos

La mejor parte de una hipotética velada en paz y armonía se la llevarían los hijos. "Ellos suelen echar de menos momentos en los que hacían cosas juntos. Pasar una comida de Navidad con ellos les ayuda a sentirse en una familia con sus propias características, y que siguen siendo importantes para sus padres". Por otro lado, no solo se reforzarían lazos emocionales entre todos, sino que también se crearían recuerdos que siempre quedarán en la memoria.