El envejecimiento poblacional sigue al alza en España. Por primera vez los mayores de 65 años son ya más del 20% de la población de nuestro país. Al mismo tiempo, y para constatar el "creciente desequilibrio" en el tamaño de las generaciones de mayor y de menor edad, la población menor de 20 años no alcanza ya el umbral del 20%. Esas son las conclusiones de un análisis realizado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas).
El 'sorpasso' generacional que se ha ido gestando en los últimos diez años ha sido lento pero imparable. En 2012 el porcentaje de mayores alcanzaba el 17,4% de la población española y los menores de 20 estaban estancados en torno al 20%. Hoy es que los mayores de 64 representan ya al 20,1% de los españoles y los más jóvenes, han caído hasta el 19,2%.
Este vuelco ya se había dado en los últimos años en otros países como Alemania, Italia o Portugal, pero aquí adquiere más relevancia debido a la brecha socioeconómica que también hay entre mayores y jóvenes, dibujando "un contexto más favorable a la tensión que a la solidaridad intergeneracional".
Según precisa Funcas, en la actualidad, las generaciones mayores son "las que absorben más parte de la renta nacional canalizada por los Estados del bienestar europeos", suelen ser "las que disponen de más patrimonio financiero e inmobiliario y, por su peso demográfico, son actores determinantes de los resultados electorales". Desde 2013, la renta por persona y unidad de consumo más alta se da en el grupo de personas mayores de 64 años, que también presenta, desde 2010, el riesgo de pobreza o exclusión social más bajo.
Aunque el análisis de Funcas apunta hacia "un mayor desequilibrio entre generaciones en las próximas décadas", en el caso español "no se observa conflicto" por el momento, algo que atribuye "a las estrechas relaciones entre generaciones de las familias españolas". La proporción de mujeres españolas que quedan o ven a sus padres y madres (no convivientes) "varias veces a la semana" alcanzó el pasado mes de marzo el 56%, una cifra que disminuye en el caso de los hombres.
Según Funcas, es razonable suponer que las dos esferas de solidaridad intergeneracional, la familiar y la social, están conectadas y que, mientras permanezcan así, la probabilidad de conflictos intergeneracionales será menor. En todo caso, advierte de que esta "salvaguarda familiar" también puede debilitarse en sociedades en las que, como la española, las generaciones más jóvenes se vacían por la caída de los nacimientos.