Cómo actuar si sospechas que un niño es víctima de abusos: "Nunca le prometas que no vas a contárselo a nadie"

  • La psicóloga Carmen Esteban ayuda con su cuento infantil a los más pequeños (y adultos) a prevenir y gestionar situaciones de abuso sexual infantil

  • Es importante que los familiares y el entorno cercano de un niño sepa cómo actuar en caso de que ocurra

  • La experta da diferentes pautas sobre lo que sí y lo que no debemos hacer si un niño es víctima de abusos

El abuso sexual infantil (ASI) es un problema grave. Uno de cada cinco menores de Europa es, o será, víctima de alguna forma de de esta violencia antes de ser mayor de edad y, según Save the Children, en ocho de cada diez casos de ASI el agresor es una persona del entorno familiar. Por eso la educación y trabajar en la prevención es tan importante, que los niños sepan actuar y, lo más importante, sepan comunicar a un adulto de su confianza lo que les ha ocurrido. Y ahí la familia, en especial los padres, cuentan con un papel clave para ayudar a sus hijos en caso de que sean víctimas de abusos. Desde estar atentos a las señales que pueden mandar, hasta saber qué sí y qué no decirles.

La psicóloga Carmen Esteban ayuda tanto a los más pequeños como a los adultos a actuar en este tipo de situaciones con su cuento infantil ‘Con sentimiento’, donde narra la historia del erizo Enzo, abordando el abuso sexual infantil en una fábula.

¿Qué señales deben alertar a los familiares de que puede existir un caso de abuso sexual infantil?

El abuso sexual Infantil es una de las formas de violencia más invisibles y difíciles de detectar. Por eso, es importante que estemos atentos a las señales de alarma que podrían estar siendo indicador de un posible abuso. A nivel psicológico, podemos encontrarnos ante un niño que de repente se aísla y no le apetece relacionarse con otros niños, se le ve constantemente en un estado de hipervigilancia, tiene miedo a dormir solo o pesadillas intensas, manifiesta mucha tristeza o dificultades de concentración, elevada ansiedad ante determinadas personas o en los momentos de cambiarse de ropa, etc. Uno de los indicadores más significativos sería que sus conocimientos de la sexualidad o el lenguaje que utiliza es inapropiado para su edad.

Por otro lado, a nivel conductual o físico, algunos indicadores podrían ser regresiones en el control de esfínteres, cambios de apetito, masturbación compulsiva o dolores físicos o sangrados en la zona de los genitales.

¿Cómo deben actuar y ayudar al niño?

Ante la detección de abuso sexual infantil los adultos debemos:

  • Escucharles y agradecer su confianza en vosotros. 
  • Es importante dejar que el niño hable, respetar sus tiempos y silencios. Si les bombardeamos a preguntas entonces pueden bloquearse. 
  • Hacer preguntas abiertas desde la calma: “¿En qué momento del día pasaba?” en vez de “¿Pasaba cuando estabas durmiendo?”
  • Validar su emoción y empatizar con esta: “Esto debe ser difícil para ti.”
  • Decirles que vas a ayudarle y a buscar una solución para que esta situación termine. 

Tres cosas que nunca deberíamos hacer

  • Prometerles que no vamos a contárselo a nadie, porque en ese momento ya estamos mintiéndole y es fundamental que el niño mantenga la confianza a largo plazo para que luego no cambie su versión.
  • Alarmarnos y sobrevictimizarlo para que no sienta más culpa o vergüenza. Además, muchas veces los adolescentes no quieren contarlo para no preocupar a los adultos que quiere.
  • Poner en duda su palabra. En el momento en el que preguntemos algo como “¿Estás seguro de que fue así? ¡Eso que dices es muy grave y debes estar seguro de lo que dices!”, seguramente el niño deje de seguir contando porque se sienta juzgado e incluso le hagamos dudar. 

Tres cosas que debemos enseñarles a los pequeños o aplicarnos como adultos

  • Los pequeños problemas también deben ser atendidos. Si no escuchamos los problemas pequeños de los niños, luego no nos contarán los grandes.
  • Respetar cuando otras personas nos dicen “no” a algo. Este “no” no tiene por qué ir en contra nuestra sino a favor de ellos. Si alguien me dice que no quiere jugar conmigo no significa que no les guste jugar conmigo, quizá en ese momento prefieren hacer otra cosa.
  • Educación emocional. Validar las emociones desagradables y no negarlas o hacerles creer que son negativas. El miedo, el asco, o la rabia son emociones que nos protegen de situaciones de peligro.