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A un hombre de rostro impenetrable le corresponde una vida privada igual de impenetrable. En el caso de Vladimir Putin, la regla se mantiene. Poco o nada se sabe de su entorno personal, solo que está divorciado de su primera mujer y que parece mantener una relación con Alina Kabaeva, ex gimnasta rusa convertida hoy en oligarca cercana a los intereses del Kremlin. En estos años, el silencio también ha cubierto la vida de Kabaeva, pero la guerra con Ucrania ha situado tanto a la pareja como al entorno de Putin en el centro de las miradas. ¿Quién es Alina Kabaeva? ¿Cuántos hijos tiene el máximo mandatario ruso? ¿Cuál es su mapa vital?
Empecemos por Kabaeva. La atleta se cuela en los buscadores de internet en 2000 como la estrella de la gimnasia rítmica femenina, tanto por su técnica y resistencia como por su belleza. En los juegos olímpicos de Sidney (2001), Alina Kabaeva ganó la medalla de oro en una final en la que compitió con Almudena Cid.
En 2002, Alina Kabaeva e Irina Tchachina, grandes dominadoras de los Mundiales de gimnasia rítmica en Madrid, dieron positivo por dopaje con un diurético en los anteriores Goodwill Games. Rusia afirmó en ese momento que fue un error de sus entrenadores al darles el fármaco, pero el incidente empañó la carrera de la deportista.
Cuándo comenzó la relación entre Putin y Kabaeva es un misterio. Lo cierto es que la prensa rosa especuló antes de 2008 que el presidente mantenía una relación con la exgimnasta, entonces diputada de la Duma por el partido del Kremlin, Rusia Unida, y considerada entonces, a los 30 años, una de las mujeres más bellas del país.
Las especulaciones hablaron de boda, algo que el Kremlin desmintió categóricamente a través de su entonces portavoz, Dmitri Peskov. "Es inútil decir que esos rumores son idioteces. Lo hemos hecho cientos de veces. Los rumores existen. ¿Qué se puede hacer con ellos? Pero no tienen nada que ver con la realidad", afirmó Peskov en una entrevista publicada por el diario Izvestia. La noticia del supuesto enlace, que se habría producido por presiones de Kabaeva, saltó a la prensa tras separarse de la azafata Ludmila Putina después de 30 años de matrimonio.
En 2014 Kabaeva renunció a su escaño de diputada en la Duma Estatal para encabezar el más importante grupo mediático privado, el Grupo Nacional de Medios (GNM). Kabaeva ya dirigía el consejo de supervisión desde 2008, el año de fundación de la megaempresa. Ahora pasa a ser presidenta de este influyente holding del que es copropietario Yuri Kovalchuk, un hombre cercado al presidente ruso.
El gigante mediático controla importantes cadenas televisivas, como REN-TV y Canal Cinco, además de poseer el 25% de las acciones del Canal Uno, el de mayor audiencia en Rusia, y el 49,9% de LifeNews TV. Es también editor de periódicos influyentes, como Izvestia (Noticias), y populares, como Tvoi Den (Tu Día) o el semanario Zhizn (Vida), así como de la cadena de radio Servicio de Noticias de Rusia y de los estudios cinematográficos Art Pictures.
Alina Kabaeva es esquiva con la vida pública. Desde 2014 aparece y desaparece, lo que dispara la rumorología. En 2015 reapareció en un acto con algunos kilos de más y un estilismo habitual entre las embarazadas. Se dijo entonces que Putin y Kabaeva estaban a punto de ser padres, pero nuevamente el Kremlin lo desmintió todo, aunque algunos medios publicaron que la pareja había recibido a su hija en una clínica de Suiza. Otros medios hablaron de segundo hijo y algunos, incluso, de gemelos.
La disparidad de los rumores muestra el hermetismo que rodea al líder y a todo su entorno. De Kabaeva, poco más se sabe. La consorte no oficial de Putin no tiene redes sociales, pero sí una cuenta de Instagram gestionada por su club de fans. En una imagen de diciembre de 2021 se la ve feliz con unas gimnastas.
Si hay silencio sobre la vida sentimental de Putin, lo que concierne a sus hijos es aún más hermético. Ningún ruso sería capaz de reconocer a las dos hijas mayores de Putin, de las que no hay fotos públicas. Ellas son la genetista Maria Vorontsova (36 años) y la bailarina y matemática Katerina Tikhonova (35).
La tercera hija es Luiza Rozova, nacida de su supuesta relación a principios de la década del 2000 con Svetlana Krivonogikh, una limpiadora de San Petersburgo de 45 años que se hizo millonaria en poco tiempo. Luiza, la viva estampa de Putin, sufre acoso en las redes sociales por la participación de Putin en el conflicto armado, aunque oficialmente no es hija del mandatario.
Con Kabaeva se dice que tiene cuatro hijos: uno de 14 años, otra de 10 y unos gemelos de cuatro. Por otra parte, Putin ya sería abuelo de dos nietos, descendientes de sus hijas mayores.
El paradero de las personas más cercanas a Putin es y será un misterio. La caída del muro de Berlín acabó con la URSS, pero no con la poderosa maquinaria de seguridad rusa, de la que Putin ha sido uno de sus agentes más eficaces. Se dice que Kabaeva y sus hijos se alojan en un búnker en Siberia.
Sobre Luiza, hace cinco meses que no publica nada en sus redes sociales. Su madre continúa viviendo en Mónaco, donde disfruta de un alto nivel de vida como copropietaria de un banco ruso. "A Putin le importa un carajo la gente común, pero tal vez sus hijas aún signifiquen algo para él", señala alguien en el Instagram de Luiza. No parece probable que el hombre 'casado con la nación', como siempre ha señalado su propaganda, se sienta afectado por ningún sentimiento filial.