11 casos al día: cómo gestionar el duelo por el suicidio de un hijo

  • Según la ONG Save The Children, un 3% de los niños y adolescentes españoles tuvieron pensamientos suicidas en 2021

  • La sensación de que el orden natural se ha desvirtuado y de que podemos ser responsables hacen que este sea uno de los duelos más difíciles de superar

  • Técnicas específicas, como la escritura de una carta a nuestro hijo o la silla vacía, ayudan a despedirse de manera simbólica

En España se suicidan cada día una media de once personas: una cada dos horas y quince minutos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). 2020 se convirtió en el año con más suicidios en la historia de nuestro país desde que comenzaron a registrarse en 1906. En total, 3.941 personas se quitaron la vida, lo que supone un incremento del 7,4% con respecto a 2019, es decir, 270 personas más que el año anterior. Un 74% fueron hombres (2.938) y un 26% mujeres. Estas últimas superaron por primera vez los 1.000 suicidios.

Por su parte, un informe de Save The Children afirma que un 3% de los niños y adolescentes españoles tuvieron pensamientos suicidas en 2021. Las cifras de prevalencia del suicidio son similares en todo el mundo. Y la pandemia ha creado el caldo de cultivo perfecto para que las ideaciones suicidas hayan crecido entre los jóvenes, uno de los colectivos más vulnerables a esta lacra, que llega a todos los estratos sociales, ocupaciones y rentas. Los ricos y famosos también han pasado por la experiencia de sufrir la pérdida de un hijo que ha decidido quitarse la vida.

Regina King, Michael Madsen, Sinead O'Connor o Mia Farrow

Los últimos casos han sido los de los hijos de la actriz Regina King, destrozada por la muerte de su único hijo, Ian Alexander, y de Hudson, hijo del actor Michael Madsen, de 26 años y ahijado de Quentin Tarantino. Hace unas semanas, fue el hijo de Sinead O'Connor quien se suicidó tras lograr escapar del centro psiquiátrico donde estaba ingresado por una depresión.

Tristemente, Hollywood ha dado a lo largo de los años este tipo de sucesos. Entre los más recordados, el hijo de Mia Farrow. Thaddeus, uno de los 11 hijos de la actriz, fue encontrado muerto en su coche. Al principio se señaló un accidente de tráfico como causa, pero finalmente se determinó que se había suicidado pegándose un tiro en el pecho. Tenía 27 años.

El legado de Ariadna

Son menos conocidos, pero igualmente dolorosos para sus padres y su entorno. El suicidio entre jóvenes ha crecido y las redes sociales lo recuerdan. Hace siete años que Ariadna se suicidó. En este caso, los que la conocían no han querido ocultarlo, sino ponerlo en valor para recordarla desde una perspectiva positiva: "Todos tuvimos 18 años maravillosos", dice el tuit. El deseo de que el suicidio deje de ser un tabú y se hable de ello para prevenirlo también está presente. Ese será el legado de Ariadna.

El dolor por la pérdida de un hijo

Si cualquier pérdida de un ser querido duele, la de un hijo es aún más dolorosa. La sensación de que el orden natural se ha desvirtuado y de que podemos ser responsables de alguna forma hacen que este sea uno de los duelos más difíciles de superar.

Según la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), las reacciones son comunes a las de cualquier duelo: un primer periodo de trauma intenso, confusión, rechazo hasta llegar a la negación. También es común experimentar culpa extrema, cuestionarse las creencias espirituales o morales y tener una sensación de aislamiento, incluso cuando estás rodeado de gente.

La Asociación Española contra el Cáncer habla también de una serie de síntomas físicos como la sensación de vacío en el estómago, opresión en el pecho y garganta, cansancio, sobresaltos, alteraciones del apetito y falta de sueño. En este punto, ¿qué recomiendan los expertos?

Darse permiso para vivir el duelo

Tras perder a un hijo lo más importante es darse tiempo a uno mismo para aceptar la pérdida. Una vez conseguido, es el momento de expresar y compartir los sentimientos y de no tomar decisiones precipitadas. No es el momento, por ejemplo, de deshacerse de las pertenencias o de borrar su identidad digital. Esas son tareas que deben hacerse con cierta perspectiva.

Pedir ayuda

Es otra de las claves de este proceso. Al socializar los sentimientos, comprobarás que dispones de una red de apoyo y ayuda. Habría que pedir ayuda en la mayoría de los casos, pero siempre será prioritario si aparecen sentimientos de culpa excesivos, si entras en un bucle de aislamiento y abandono, si has sufrido varias pérdidas a la vez o coinciden con el padecimiento de algún trastorno mental (por ejemplo, una depresión), si el dolor por la pérdida te impide llevar a cabo las actividades del día, si llevas más de 18 meses sin superar la muerte de tu hijo y si debes recurrir a medicamentos, alcohol u otras drogas para paliar el dolor.

Fluir con el tiempo

El duelo tiene una duración determinada en función de cada caso. Según ASCO, dependiendo del rol que tuviese cada progenitor en la vida del hijo, los sentimientos asomarán con mayor o menor fuerza. 18 meses es la duración media de este proceso, con oleadas más o menos intensas de tristeza. Los momentos más difíciles siempre están marcados por las efemérides y los aniversarios de algún logro o momento importante en la vida del joven.

Aceptar que la vida sigue

Aceptar la pérdida del hijo es la última fase del duelo y la más difícil de conseguir. A veces, los padres se vuelcan en el trabajo o en entornos fuera de la familia para mitigar el dolor. Son momentos en los que la familia y la pareja pueden resentirse. Desgraciadamente, la pérdida de un hijo puede implicar el abandono de la familia con la que vivimos y hemos establecido vínculos. En ese punto, es bueno acudir a un profesional y desarrollar técnicas específicas como la escritura de una carta a nuestro hijo o la silla vacía. El fin de estas terapias es despedirse de manera simbólica y expresar de manera sosegada tanto el dolor como el agradecimiento.