Alivio, ternura y apoyo: dos madres cuentan el proceso familiar con una hija o un hijo trans

  • Isabel (51) y Miryam (53) han querido compartir con Uppers.es sus experiencias en el proceso de transición que están llevando a cabo su hijo y su hija, respectivamente.

Están ahí siempre. En los mejores y los peores momentos. En estas fiestas del Orgullo tan especiales, en Uppers hemos hablado con dos madres de personas que están en proceso de transición. Isabel (51) y Miryam (53) están viviendo este camino de manera muy especial y han querido compartir consejos y experiencias para otras madres como ellas.

Isabel: "Escuchen a sus hijos, sobre todo si ven que no es feliz por lo que sea"

Para Isabel, que su hija le dijera que se identificaba con el sexo masculino, casi supuso un alivio. Los meses antes, habían empezado a ir al psicólogo por problemas de anorexia.

"Era distinta a sus compañeros porque era más creativa, tenía más sensibilidad. No tenía las mismas preocupaciones que otros de su edad. Hasta los 13 años. En 3º de la ESO, que tuvo un problema de anorexia. La anorexia es tan delicada que con que se curara de eso me bastaba. Con el tiempo pensé que lo que quería era no desarrollar el cuerpo de mujer. Empezamos a ir al psiquiatra y, cuando me dijo que se sentía trans me alegré, porque creía que era el origen de todos los problemas", explica la madre de Kay, un artista visual de 20 años.

Después, comenzó un tránsito de idas y venidas por la Unidad de Género del Hospital Ramón y Cajal, el único especializado en ello. Lo que iba a ser una espera de más de un año hasta empezar el tratamiento, quedó reducido a 20 días.

"Ellos dan por hecho que la persona está convencida y no sé si se precipitan un poco. A los padres casi ni nos preguntan. Si decía algo casi que el médico te miraba un poco mal", cuenta Isabel. "Hay dos años en los que meditas un poco. Me preocupaba que pudiera estar equivocado. En nuestro caso estuvo siempre convencido y no nos equivocamos".

Como consejos para los padres y madres, Isabel lo tiene bien claro: "Escuchen a sus hijos, lo que les tienen que decir, sobre todo si ven que su hijo no es feliz por lo que sea, lo importante es que ellos estén felices, que bastantes palos nos da la vida ya. No creemos problemas donde no lo hay. Yo me he unido muchísimo a Kay con este tema, pero hay gente a la que le ha pasado al revés. Todos tenemos que respetar a nuestros hijos", afirma. Y concluye: "Para mí el mayor disgusto es que dejara el bachillerato en primero, no su identidad. Eso es lo de menos".

Miryam: "Nosotras estamos para acompañar, apoyar y en el momento de derrumbes, levantar"

La historia de Miryam y Zoe, aunque con el mismo final feliz, difiere en la de Isabel y Kay. En este caso, Zoe primero declaró su homosexualidad, algo que a sus padres no les pilló por sorpresa. Más tarde, Miryam, ante lo que creía que era una adolescencia intensa de su hijo, supo identificar lo que podría estar ocurriendo.

"Cuando el hijo de unos amigos dijo que era trans yo le dije a mi hijo: ¿no será que tú eres trans? Y me dijo que no. Al tiempo, un año o así, es cuando me dijo que se lo estaba planteando, que igual se identificaba más con una mujer que con un hombre. A mi marido le costó un poco más al principio, cuando dijo que era homosexual, pero por miedo a cómo podrían reaccionar también sus propios padres. Sorprendentemente, con ochenta y tantos años, reaccionaron mejor que él", cuenta Miryam.

Sin embargo, uno de los puntos que destaca esta madre es todo el proceso interno por el que pasa la persona que quiere hacer la transición, no tanto a nivel físico sino a nivel psicológico. Aunque ella siempre esté ahí para apoyar y dar ánimos, "hasta que te llega a ti como padre, como amigo, como confesor, el proceso se lo come ella sola. Y tú has visto altibajos que crees que es de la adolescencia, pero es un proceso interior para saber identificar lo que siente", explica.

Al final, el mejor consejo que Miryam da al resto de padres que están en su misma situación es dejar a los hijos que escojan su camino, que sean felices. "Yo a Zoe se lo dije, que lo tenía que tener muy claro y quien lo tiene claro, lo tiene cristalino. Pero a veces es un camino muy duro y se da marcha atrás. Nosotros estamos para acompañar, apoyar y en el momento de derrumbes levantar y nada más. Si quieres a tu hija, por supuesto. Pero hay muchos que están solos".

Miryam, además, ha querido escribir una carta a su hija Zoe y a todos los padres y madres en su situación para contarles su experiencia en este camino, y también publicamos una charla entre madre e hija en la que comparten experiencias, anécdotas y reflexiones.