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Que tenemos fecha de caducidad es casi lo único que tenemos claro todos: uppers, boomers, millennials, centennials y todas las tribus que andamos por el mundo. El cuándo es la otra gran cuestión. Al margen de accidentes, enfermedades y jugarretas del destino, hay otra ley invariable: el tiempo marca nuestra caducidad. "Es ley de vida", nos decimos cuando alguien mayor muere.
Esa misma 'ley de vida' es la que tienen asumidísima la abuela de la usuaria de Twitter @importansiero y su prima, dos centenarias que cumplen con un curioso ritual. Hacía 10 años que las primas no se veían y siempre que se llamaban por teléfono se decían: "prima, un beso. Ya no sé si nos veremos aquí abajo o allí arriba". Abajo y arriba. Abajo, la ciudad, el pueblo y el barrio donde hemos hecho vida. Arriba, el cielo, el lugar a donde van los creyentes o, simplemente, quienes se resisten a creer que todo se acaba cuando el corazón y el cerebro dicen chao. Hay algo que atrae en las alturas porque la mayoría de las civilizaciones han querido construir formidables fortificaciones erigidas hacia el cielo, convencidas de que allí vive la divinidad, lo mismo que estas abuelas centenarias.
Las reacciones no se han hecho esperar. El tuit lleva ya más de 264.000 likes y 15.000 retuits. Muchos usuarios se han sentido reconocidos en el ritual de las centenarias y en la lógica alegría del reencuentro. Más aun con el coronavirus aun vigente. Una con su bastón; otra en su silla de ruedas. Abrazar a la persona con la que has compartido casi un siglo de vida suscita la emoción de la red. "Me has hecho llorar", iconos de rostros con lágrimas o el clásico "tengo algo en el ojo" son algunas de las reacciones de los usuarios.
El hecho es que el encuentro es casi milagroso por varias razones. Ambas mujeres han logrado esquivar los meses de coronavirus anteriores a la vacuna, cuando se produjeron la mayor parte de las muertes entre las personas de edad avanzada, el colectivo más vulnerable, y son centenarias, la población más minoritaria en nuestro país. En 2020, había en España poco más de 17.000 personas de 100 o más años, según datos del INE; es decir, el 0,03% de la población.
Hasta la llegada del coronavirus, España era el segundo país con mayor esperanza de vida: 86 años para las mujeres y 84 para los hombres. Pero la pandemia alteró este patrón: el coronavirus redujo la esperanza de vida un año y medio en nuestro país, según el informe bienal sobre la salud de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según este informe, entre 2020 y la primera mitad de 2021 se produjo un incremento medio de la mortalidad del 16% respecto a los cinco años anteriores. La esperanza de vida, por tanto, se situó en 82,4 años tras la pandemia, respecto a los 83,9 que tenía en 2019 (media referida a hombres y mujeres). España se convirtió así en el segundo país donde más se redujo la esperanza de vida, sólo por detrás de Estados Unidos, que encabeza la clasificación de territorios con más decesos, en su mayoría personas de más de 60 años.
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