El tabú del nieto preferido: aunque los abuelos lo nieguen, sus gestos son delatores

  • El príncipe Harry y Cameron Douglas son dos ejemplos de adoración, por la similitud de caracteres

  • La psicóloga Rocío Murias Rivas nos explica qué circunstancias llevan a amar a uno por encima del resto y cómo esta relación marca su vida y la de los de alrededor

Pongamos un ejemplo célebre: A Felipe de Edimburgo, consorte británico, siempre le gustó ver su reflejo en el príncipe Harry: impulsivo, irreverente, incorrecto y con un sentido del humor que aún tendrá que madurar hasta tomar ese tono ácido tan característico en el marido de Isabel II. Esta similitud le ha convertido en nieto favorito. Además, comparten un magnífico porte. Son altos, delgados, carismáticos y con una elegancia exquisita.

Uno y otro saben bien cómo es eso de sentirse el segundo violín de la orquesta. A pesar de su decepción por la huida palaciega, nadie como el duque de Edimburgo puede entender lo complicado que resulta cumplir el rígido protocolo de Windsor o perder a una madre en la infancia. Por eso, él fue quien le consoló tras la muerte de Diana de Gales en 1997, dejando de lado su severidad y mostrando desde entonces con él una paciencia infinita. Como ha dejado claro su esposa, la reina Isabel, Harry será siempre "bienvenido a casa" y si regresa se le devolverá su condición de nieto "muy amado".

Igual que hay hijos favoritos, también existe inclinación por uno de los nietos y aquí el asunto se vuelve entrañable. Desde su amplia experiencia con personas mayores, la psicóloga Rocío Murias Rivas nos ayuda a entender qué puede llevar a un abuelo a sentir auténtica devoción por uno de sus nietos. En el primero de los motivos que ella expone sale a relucir esa afinidad que acabamos de ver en la familia real británica. "Si el nieto tiene un carácter similar a alguno de los abuelos o intereses afines, eso favorece mayor contacto y relación entre ellos creando un vínculo positivo y estrecho. También la convivencia crea relaciones de apego muy intensas", asegura.

En otras ocasiones, esa predilección es una extensión, según la psicóloga, de la relación que tuvo el abuelo con el padre, también hijo favorito. Aquí tenemos el ejemplo más que evidente del actor Kirk Douglas, fallecido hace ahora un año, y su nieto adorado Cameron, primogénito de Michael. En la última fotografía con él durante su último cumpleaños le define como "una luz de guía y una fuente de inspiración para mí". El actor entendió como nadie el peso del apellido Douglas y creyó en él incluso cuando Cameron había decidido tirar la toalla. Le visitó mientras cumplía condena en la cárcel por tráfico de estupefacientes y le transmitió la seguridad de que todo eso lo superaría.

Los nietos saben bien quién es el elegido

No hay por qué sentirse culpable de sentir afinidad especial por uno de los nietos. De hecho, suele ser muy evidente, aunque si preguntásemos, la mayoría negaría cualquier diferencia. "A todos se les quiere por igual", suelen repetir.

Si trasladamos la pregunta a los nietos, todos coincidirán al señalar quién es el favorito. Aunque resulte complicado, Murias Rivas es evitar demostraciones que puedan herir al resto: "Que un abuelo sienta predilección por uno o varios de sus nietos puede influir en la relación entre los hermanos y en el carácter de cada uno de ellos, sobre todo si se generan situaciones de desigualdad. Esa influencia será mayor cuanta más relación mantengan con los abuelos y estos sean figuras de referencia para los nietos".

El primero provoca un gran impacto emocional

La llegada de un nieto es uno de los acontecimientos más importantes y gratificantes en la vida de una persona. El nieto representa para el abuelo la continuidad familiar, la transmisión de una historia familiar, un modo de vivir y una identidad, una nueva ilusión y un rol diferente.

"El nacimiento de los primeros -añade la psicóloga- coincide con que los abuelos son más jóvenes y esto facilita una relación con ellos sin los impedimentos o limitaciones que provocan las enfermedades asociadas a la edad, pudiendo encargarse junto con los padres de la crianza y la educación, lo que genera un vínculo más estrecho". El abuelo se regodea al observar que el el niño va forjando su mismo carácter, aunque con una edad biológica diferente y también una forma de vida dispar a la suya. Por su parte, el crío suele responder con agrado y cariño.

Una idea que suena chirriante: la certeza genética

Popularmente se dice que los nietos varones suelen gozar del favoritismo de los abuelos maternos. Murias Rivas encuentra en ello una explicación bastante lógica: "En nuestra sociedad la tendencia general ha sido mantener mayor relación con la familia materna. Esto repercute en que se generen vínculos afectivos fuertes entre los abuelos maternos y los nietos, llegando a producirse por este motivo predilección por los nietos de una hija".

Un grupo de psicólogos de la Universidad de Nueva Gales del Sur observó que los hijos varones de sus hijas suelen convertirse en nietos preferidos. "Dan certeza del linaje heredado, y de eso no hay ninguna duda cuando se trata de los hijos de una hija. Es una conducta innata e inconsciente que viene de nuestros ancestros. Darwinismo puro", dice el psicólogo social Bill Von Hippel en un trabajo que publicó en la revista Personality&Social Psychology.

Lo define como una especie de egoísmo genético ante la incertidumbre. Nuestro refranero es aún más claro: "Los hijos de mi hija mis nietos son, los hijos de mi hijo a saber de quién son". ¿Qué ocurre en caso de un único hijo y es varón? Entonces los hijos nacidos de él merecerán la misma atención que si hubieran nacido de sus hijas mujeres, según advierte Von Hippel.

¿Qué provecho saca el favorito?

El abuelo se prodiga en mimos. Le cuida, le narra cuentos, echa un cable en momentos de crisis, le transmite valores y conocimientos y es consentidor. A medida que va madurando, se siente modelo de envejecimiento y ocupaciones de su nieto favorito, incluso su confidente.

Son algunas conclusiones que se pueden extraer de una investigación realizada por Jerónimo González y Raquel de la Fuente, psicólogos de la Universidad de Burgos, a partir de 603 entrevistas con abuelos y abuelas. Favoritos o no, sus respuestas dejan claro que los cuidados del abuelo suelen dejan un poso profundo en forma de recuerdos y lecciones de vida imborrables.