Con el cambio de temperatura suelen saltar los avisos para revisar los neumáticos: qué hacer para que tu coche no se confunda

  • En invierno el frío hace perder presión a los neumáticos

  • Lo ideal, al revisar la presión, es adecuar la medida a la temperatura de uso

  • Los cambios bruscos de meteorología pueden pasar factura a tu vehículo

No nos cansaremos nunca de decir, una y otra vez, que los neumáticos es lo único que une nuestros vehículos al asfalto y, por tanto, mantenerlos en perfecto estado es fundamental para nuestra seguridad. Pero no sólo la rueda tiene que estar en buenas condiciones, sino que llevar la presión correcta es fundamental para que el coche, moto o el vehículo que sea, permanezca siempre en condiciones óptimas para afrontar el día a día.

Con el invierno, los neumáticos sufren un poco más de lo habitual, y la presión correcta de los mismos se hace aún más importante. Recordamos que llevar las ruedas con más o menos presión de lo indicado es un peligro realmente importante. Los giros bruscos o las frenadas fuertes pueden condicionar muy mucho la estabilidad del vehículo si la presión de las ruedas no es la ideal.

Recuerda que si la presión es menor la goma se deforma, la superficie de contacto es mayor y el desgaste del caucho y el mayor consumo son sólo alguno de los problemas que conlleva. Si la presión es mayor, la superficie de contacto se reduce y corremos peligro de que, con el movimiento y el calor, la presión aumente aún más, por encima del nivel de seguridad deseable. La estabilidad no sólo en curvas, también en rectas, se verá comprometida, así como en las frenadas.

Atención a las luces del salpicadero

Una vez recordado este punto, realmente fundamental para nuestra seguridad, tenemos que hablar también de los cambios bruscos de temperatura que, en ocasiones, hacen que los testigos de nuestro salpicadero se vuelvan locos. Es fácil que, al accionar la llave del contacto o apretar el botón de arranque, se encienda alguno más de la cuenta, y ya te decimos que, si el que se enciende es uno color amarillo con la imagen de un neumático, es que algo no va bien con las presiones de nuestras ruedas.

Debemos tener en cuenta que la presión disminuye con el uso de manera imperceptible, tanto por el uso como por el simple paso del tiempo. También hay que tener en cuenta cosas tan triviales como los bordillazos, baches, badenes, los cambios bruscos de rasante, los pasos de cebra… esos pequeños golpes y sobre presiones también pueden afectar a la presión de los neumáticos, que van perdiendo presión por los flancos y por la válvula, y también dañar el sensor que mide la presión de cada rueda. Ojo con esto.

El truco para “apagar” ese incómodo testigo en el panel de nuestro coche

Por si no ha quedado claro, el aire se contrae con el frío y se dilata con el calor, por eso es muy probable que en invierno el testigo o la alerta de la presión de las ruedas te avise de que algo no está como debería de estar. El truco de aumentar 0,2 bares la presión sobre los valores recomendados puede apagar definitivamente la mayor parte de los testigos de anomalía en las ruedas en el salpicadero de nuestros coches.

Prácticamente la totalidad de coches que circulan por nuestras carreteras cuentan con sensores que detectan la rotación de las ruedas y las diferencias de presión entre unas y otras. Cualquier anomalía en la presión de una sola rueda, hará saltar el testigo de nuestro panel de instrumentación.

Los fabricantes de neumáticos aseguran que revisar cada 15 días la presión de tus ruedas es fundamental para asegurar un uso y unas prestaciones correctas. La mayoría de los fabricantes apuntan una medida que debes tener siempre en mente: por cada 10 grados menos de temperatura en el ambiente, la presión del airea cae de 1 a 2 PSI o de 0,07 bares a 0,14. En términos coloquiales, baja medio kilo la presión por cada 10 grados menos de temperatura en el ambiente. Y recuerda, nunca tomes la presión de tus ruedas en caliente: hazlo antes de iniciar la marcha.

Por último, también tenemos que estar pendientes de las falsas alertas. En ocasiones, si dejas el coche aparcado con unas ruedas al sol y otras a la sombra, el calor puede hacer subir la presión del neumático “soleado” y avisar al sensor, que encenderá la lucecita correspondiente del salpicadero. Al rodar un poco, e igualarse las temperaturas de todas las ruedas, el testigo debería apagarse y recuperar la normalidad.

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