Multas de hasta 200 euros por radares de semáforo: así funcionan

  • Cada vez hay más cámaras vigilando para multas a los que no respetan la luz roja

  • En ciudades como Madrid los semáforos vigilados proliferan

  • Si la cámara te pilla pasando en rojo, 4 puntos volarán de tu carnet además de la multa económica

Llevan ya varios años con nosotros pero con las nuevas leyes de tráfico están recuperando el protagonismo que tuvieron al inicio. La primera multa que pusieron al que suscribe, hace ya más de diez años, fue por un semáforo en rojo. Pensaba que lo había pasado en ámbar, pero la foto mostraba la mitad final del coche aún pisando el paso de cebra con la luz roja encendida. 200 euros y 4 puntos menos en el carnet. Afortunadamente, desde entonces no ha habido más sanciones y los puntos han sido devueltos.

Saltarse un semáforo en rojo parece una cosa sin importancia. Sin embargo, en países más civilizados, especialmente en los nórdicos, un semáforo es aún más importante que una severa orden de cualquier autoridad. Es ver el ámbar y los conductores se detienen como si les fuera la vida en ella. En cambio, en España, vemos una luz amarilla, y la mayoría pega un acelerón para que no se ponga rojo… o que no pasen muchos segundos con el rojo luciendo. Marca España.

La Dirección General de Tráfico (DGT) nos recuerda que un conductor novel, a poco que se salte un par de semáforos vigilados se quedará sin carnet. Y sin 400 euros. En pueblos, en ciudades más o menos pequeñas, apenas existen este tipo de radares, sólo se conocen los de velocidad en carreteras. Sin embargo, en grandes ciudades como Madrid o Barcelona son moneda corriente, hay docenas y docenas de ellos, y si eres de los que pega un acelerón cuando ves la luz ámbar… ándate con ojo porque si el semáforo lleva incorporado una cámara, puede que te llegue a casa un “recuerdo” fantástico de esa acción.

Más de una treintena en Madrid

Para ser más concretos, en la ciudad de Madrid hay, según el último listado, 35 semáforos que cuentan con dispositivo para sancionar. Estos semáforos con cámaras de vigilancia se suelen situar en puntos donde ha habido atropellos. De noche, con poco tráfico, hay quien piensa que todo el monte es orégano y respeta estas señalizaciones lo justo.

A partir de ahora seguro que te vas a fijar más en unos postes que se suelen poner una veintena de metros antes de los semáforos, con un par de cajitas en la parte superior, cajitas que albergan las cámaras de las que hablamos. Mediante un sensor, se activan cuando la luz verde da paso a la roja. Sólo se activa y saca la correspondiente foto si pasas la línea cuando no debes, gracias a tecnología de rayos infrarrojos.

En realidad, la cámara saca varias fotos, entre 3 y 5 la mayoría de las veces, para asegurarse de pillar in fraganti al vehículo que se salta las normas. En la foto, doy fe, se ve perfectamente el vehículo, sus características, y se lee a las mil maravillas la matrícula del mismo.

Se visionan las imágenes por si hay motivos para pasar en luz roja

A partir de ahí, se abre un proceso que no suele ser corto, ya que los agentes de tráfico deben revisar las imágenes para validar las sanciones, ya que, no es lo habitual, puede que el coche se haya saltado el semáforo para evitar un accidente, para proteger a alguien o a algún animal, etcétera… incluso para dar paso a un vehículo de emergencias con las luces y la sirena activadas.

Pero si esto no es así, después de unos días nos llegará a casa en un sobra una “preciosa” fotografía presidida por una visible luz roja que delata nuestra infracción. 200 euros y 4 puntos del carnet, será el precio a pagar por el protagonista que cometió la infracción.

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