Híbridos enchufables, ¿merece la pena comprármelo ya o espero a que mejoren?

  • Rara es la marca que no tiene en su catálogo, como mínimo, un modelo con esta tecnología

  • Caros y con relativa efectividad, cada vez hay más en nuestras calles

  • Se les conoce como PHEV (Plug-In Hybrid Electric Vehicle)

Sin duda, son los coches de moda. Es cierto que se habla mucho de los eléctricos, de nuevas tecnologías, de la conducción del futuro… pero a la chita callando, los que empiezan a llevarse el gato al agua son los híbridos enchufables, y eso a pesar de que todavía no están optimizados a todos los niveles, ni en tecnología ni en precio, principalmente.

La denominación Híbrido Enchufable viene del inglés, de la traducción libre de Plug-In Hybrid Electric Vehicle (PHEV), ya que combinan dos tipos de motores, uno de ellos eléctrico, cuya batería se recarga enchufándolo a la red, sea con un enchufe tradicional, sea con un enchufe especial para cargas más rápidas.

El 2021 ha empezado muy flojo en ventas de coches, apenas se venden la mitad de los que se vendieron el año pasado en las mismas fechas en nuestro país. Parece ser que dentro de poco tendremos un nuevo paquete de ayudas del Gobierno a coches que ayuden a mantener a raya la contaminación y apuesten por las nuevas tecnologías, pero a pesar de que aún no están implementadas, cada vez vemos más coches híbridos enchufables por la calle, con un tradicional motor de combustión y una batería, generalmente de ión-litio, que si homologa más de 40 kilómetros de autonomía, te ofrece, además, la etiqueta Cero de la DGT… al menos hasta que lleguen las nuevas, una medida anunciada desde hace meses pero que aún estamos a la espera.

¿Merece la pena comprar un híbrido enchufable?

Hemos tenido la oportunidad de probar unos cuantos de estos PHEV, puedes ver los vídeos de las pruebas en Youtube, en el canal Arrancamos!? y estamos en condiciones de afirmar que, para algunos compradores concretos, es lo mejor que les podía haber pasado. Mercedes, BMW, MINI, Mitsubishi, Volvo, Hyundai, Jeep, Porsche… todos ellos han pasado por nuestras manos, pero hay muchas más marcas con una tecnología que empieza a ser más común de lo que piensas y que incluso las marcas generalistas ya manejan.

Lo normal es que se combine el motor eléctrico con uno de gasolina, pero sorprende que Mercedes, en unos cuantos de sus modelos, ofrece la opción de combinar sus baterías eléctricas con mecánicas diésel. Y es una de las combinaciones que más nos han gustado, sobre todo porque la autonomía es mayor y se acerca mucho más a la cantidad de kilómetros homologada.

Por lo general, los híbridos enchufables son ideales como coche único, ya que de lunes a viernes puedes circular de casa al trabajo y del trabajo a casa en modo eléctrico sin gastar una gota de gasolina y recargar las baterías por las noches a un precio menor. Los fines de semana no necesitas un segundo coche para irte de escapada, o viajes largos de vacaciones, ya que el motor de combustión tradicional de tu PHEV mueve el coche con total normalidad, a pesar de que no tenga la ayuda todo el rato de una batería eléctrica que se gastará en los primeros kilómetros, al principio del trayecto, pudiendo tener ayudas puntuales a lo largo del mismo.

Problemas a solucionar en los próximos años por los PHEV

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y todo lo que se puede mejorar aún en este tipo de coches son posibles motivos de peso para declinar la compra final. Son pocas las cosas criticables, pero son tan importantes que es entendible que alguien no compre finalmente el coche por culpa de alguno de ellos.

Precio: Quizá el problema principal. El coste de los híbridos enchufables es bastante más elevado que el de los coches con motor de combustión tradicional. No se puede decir una cantidad exacta, pero las cifras empiezan a aumentar a partir de ocho o diez mil euros en los modelos más económicos. Si nos vamos a los Premium, no es difícil pagar veinte mil euros extra o más respecto a una versión de combustión con similar potencia. Es cierto que en el día a día ahorras, pero son muchos cientos de miles de kilómetros, puede que haya que llegar al millón, los que hay que completar para recuperar el sobreprecio.

Peso: No es el problema más terrible, pero es evidente y hay que comentarlo. Al aumento de peso, que puede ser de hasta 300 kilos extra, aunque lo normal es que se mueva en los 150-200, se añade el de la reducción de espacio, un poco en las plazas traseras pero, sobre todo, en el maletero. Lo normal es que se reduzca el volumen en torno a 150 litros, aunque el último PHEV que hemos probado, un Mercedes GLA, sólo pierde 50 y pasa de 435 a 385 litros de capacidad. El lastre crea más inercias y la dinámica se puede llegar a resentir un poco.

Autonomía: Todas las marcas que ponen a la venta un híbrido enchufable lo homologan con más de 40 kilómetros en modo eléctrico para obtener la etiqueta Cero de la DGT. Sin embargo, en el día a día, lo habitual es que la autonomía esté en torno al 70% de la cantidad de kilómetros máxima que anuncian que son capaces de recorrer. Es mayúscula la decepción en el caso del MINI Countryman híbrido enchufable que probamos, que nunca marcaba más de 31 kilómetros de autonomía, siendo menos en la realidad. Que un Mercedes GLE PHEV se quede en 79 tras anunciar 96 es menos sangrante, pero también preocupante.

Como último detalle, conviene remarcar que autonomía y peso van de la mano. Para lograr más autonomía eléctrica hay que meter más baterías, que pesan un montón. De nuevo ponemos el caso de Mercedes, donde para llegar a esos casi 80 kilómetros eléctricos reales, el GLE 350 de 4Matic se va casi a los 2.700 kilos de peso, una auténtica barbaridad que puede parece de todo menos eficiente, a pesar de que tenga la etiqueta Cero y sólo gaste combustible fósil cuando se acaba la batería eléctrica.

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