Made in Spain: el innovador motor que no emite gases contaminantes es español

  • La clave del éxito del motor son las membranas cerámicas, que licúan los gases y los almacenan en un depósito sellado del vehículo

  • Para aplicarlo en vehículos de uso diario solo haría falta 'secuestrar' el CO2 del escape del coche

Hace solo unos días que se ha presentado y ya tiene a todo el mundo emocionado por las aplicaciones prácticas: un motor eléctrico que no expulsa gas alguno a la atmósfera y utiliza las bondades de sus gemelos malvados, los motores de combustión. ¿Revolución tecnológica?

Te contamos más sobre este proyecto creado por un equipo de científicos españoles.

Los creadores

El proyecto del motor de combustión eléctrico y no contaminante ha sido desarrollado por una cuadrilla de investigadores del Instituto de Tecnología Química, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Politécnica de Valencia, sumados a un equipo del Instituto CMT.

Un primer dato interesante: este ‘pepino’ tecnológico cumple a rajatabla la normativa de emisiones europea, que se ha fijado una reducción del 40% de las emisiones para 2020. Es altamente eficiente, aunque todavía hay que desarrollar dos prototipos para llevarlo al siguiente nivel. Según informa la agencia EFE, gracias a la agencia Valenciana de la Innovación y el boost de financiación que ha otorgado al equipo, estos investigadores podrán seguir desarrollando este proyecto tan interesante y llevarlo a término.

¿Cómo funciona este motor no contaminante?

Trataremos de llevar la nomenclatura al terreno de lo profano. Lo principal: el motor usa combustible como tantos otros, ninguna luminaria ni sorpresa en este punto, pero en el proceso de combustión no libera ningún tipo de gas contaminante y nocivo para la salud (NOx). Limpio, pero limpio de verdad, sin trampa ni cartón.

Parece imposible de creer, pero no lo es. El secreto está en unas piezas de cerámica (membranas) que atrapan el gas, consiguen licuarlo, y, una vez líquido, se almacena a presión dentro del coche en un depósito sellado que posteriormente puede reutilizarse y monetizarse. La patente de las membranas cerámicas, que separan selectivamente el oxígeno y lo llevan a la oxicombustión, es propiedad del Instituto de Tecnología Química. El gas resultante es limpio, agua y CO2 de una pureza alta, ha explicado uno de los integrantes del equipo de investigadores: José Manuel Serra.

La forma de funcionamiento revolucionaria de este motor no se queda solo así. Como han explicado desde el equipo, con el licuado del gas contaminante el vehículo se convierte en una máquina de CO2, muy fácil de separar. Nos libramos así de la producción de nitrógeno y óxidos de nitrógeno de otros procesos contaminantes en los motores de toda la vida. El CO2 puro de alta calidad que queda en el depósito es reutilizable. Este motor no solo no contamina nada y tiene la autonomía de repostaje de uno tradicional, sino que además podría dar dinero con la explotación del CO2 almacenado de muy distintas formas.

Dentro de la voluntad por ponerle una tirita al cambio climático y reducir los gases de efecto invernadero, todavía quedan por solucionar las emisiones del transporte y de las calderas de calefacción de muchas ciudades. Según datos de la UE, Madrid tendría que invertir casi 6000 millones de euros para cumplir con los objetivos propuestos por la UE. José Ramón Serrano, uno de los investigadores, opina que el prototipo del motor da un paso de gigante. Si el desarrollo y las aplicaciones en la vida real son satisfactorias, nuestro paradigma de transporte va a cambiar, y de qué forma. El cambio climático no nos dará una colleja mortal, al menos, tardará un poco más.

¿Es para todos los vehículos?

La verdad es que no. De momento, el diseño de los prototipos y las aplicaciones de esta pieza de orfebrería puntera en su campo está pensado sobre todo para vehículos de transporte de mercancías y de viajeros de gran tamaño, por tierra, mar y aire, eso sí.

El comunicado que ha publicado el equipo de investigación se dirige a los fabricantes de este tipo de vehículos. Al ser preguntados por su aplicación en vehículos de uso doméstico, no se niegan a adaptar su descubrimiento en un futuro. Solo habría que secuestrar parte del CO2 en el escape del coche y seguir el mismo proceso de licuado y almacenamiento.

En el laboratorio ya hay dos prototipos del motor en desarrollo. La financiación de la Agencia Valenciana de la Innovación posibilitará que, a medida que avance el desarrollo y haya más investigaciones, puedan sumarse al proyecto inversores privados capaces de licenciar la patente final y financiar nuevas versiones del motor.