Si te gusta Pink Floyd, más te va a gustar la colección de coches de su batería Nick Mason

  • Nick Mason puede que sea uno de los hombres más envidiados del mundo, y no sólo por su música

  • Su talento como batería no es nada comparado con su ojo clínico para hacerse con los mejores coches del mundo

  • Los guarda con celo en un hangar de un sitio desconocido en el sur de Inglaterra, junto a avionetas y helicópteros, también de su propiedad

Su sueño era correr en Le Mans. Y los sueños, a veces, se hacen realidad. Con esta simple frase, y sabiendo que su carrera musical ha sido tan larga como la famosa carrera de resistencia, deduciremos que su cuenta bancaria también es potente y, por tanto, su colección de coches puede ser memorable. Y lo es.

Nick Mason, batería de Pink Floyd, puede que sea uno de los hombres más envidiados del mundo, y no sólo por su música, sino también por su increíble colección de coches que guarda con celo en un hangar de un sitio desconocido en el sur de Inglaterra, junto a avionetas y helicópteros, también de su propiedad.

Si empezamos por el principio y mencionamos quizá el coche más deseado por los entendidos de este planeta, entenderemos cómo se las gasta el bueno de Nick Mason. Sí, el baterista tiene un Ferrari 250 GTO en su garaje. Y lo mejor de todo es que la mayoría de las joyas que guarda al lado, no desmerecen en absoluto al mítico cavallino, considerado por muchos el coche más caro del mundo, valorado la última vez en más de 41 millones de euros.

El que suscribe ha estado en muchas ediciones del Autobello, ha visto lo que guarda en sus tripas el circuito Ascari, cerca de Marbella, incluso hemos estado en icónicos museos de las cuatro ruedas como el Frey Museum de Augsburgo o el Louwman Museum de La Haya… y con sinceridad… los tesoros que acumula Mason en su propiedad dejan con la boca abierta a cualquiera. Difícil seleccionar los mejores, porque prácticamente todos, tienen su historia… y un valor incalculable. Más de medio centenar de sueños sobre ruedas que los simples mortales solo podemos admirar en la distancia.

Es difícil hacer una selección, así que hablaremos de algunos de los más selectos y salpicaremos el reportaje con fotos de esas que dices… me quedo con el que tu no quieras.

FERRARI 250 GTO

La estrella, como hemos dicho, es este Ferrari del que sólo se fabricaron 36 unidades entre 1962 y 1964. Su diseño es una oda a la elegancia sobre ruedas. Motor V12, 296 CV de potencia… un sueño rojo Maranello que ya es historia de la automoción.

MASERATI BIRDCAGE

También conocido como Maserati Tipo 61, su simple visión te paraliza por sus formas… y eso que no conoces su historia. Uno de los pocos que se conservan, es obra del diseño de Giulio Alfieri y fue concebido para la competición. La unidad que conserva Mason es de los que se construyeron en su primer año, pues su corta vida transcurrió entre 1959 y 1961. Su chasis tubular en forma de jaula, de ahí el nombre de este deportivo tridente, fue clave en sus numerosas victorias.

LOLA T297 de 1977

Con este coche compitió en las 24 Horas de Le Mans en 1979 y 1980, por tanto ocupa un lugar principal en su garaje y en su corazón. La principal característica de esta deportiva barqueta es que su decoración está inspirada en el disco de Pink Floyd “The Wall”.

AUTO UNION C-TYPE DE 1936

Personalmente, uno de los que más me gustan. Auto Unión AG fue la unión de cuatro fabricantes de automóviles alemanes entre 1932 y 1936. Fue su manera de sortear la gran depresión tras la I Guerra Mundial y quizá el Type C fuera su primer coche deportivo. A día de hoy esta marca la conocemos como Audi, con sede en Ingolstadt y en los 30 fue el principal oponente de las flechas plateadas de Mercedes. El Type C, que se ha podido ver alguna vez en el Festival de Goodwood con el propio Mason al volante, es un coche de esos que enamora para siempre.

Un garaje bien surtido con marcas y coches emblemáticos

A pesar de que por su vida han pasado más de 300 coches en propiedad, en la actualidad conserva algo más de medio centenar, y lo mejor es que cada uno de ellos, podría ser la guinda del pastel de cualquier coleccionista bueno, o incluso muy bueno.

Así, el moderno Ferrari LaFerrari, una de las joyas más modernas de la escudería del cavallino rampante, puede desentonar en un entorno donde hay varios coches de primeros de siglo XX, incluso uno de 1902. Ferrari es quizá la marca que más coches aporta a la colección, y es increíble ver un 512S al lado de un 365 GTB/4 Daytona, un Dino 246 GT Spider, un 512 BB LM de competición o un 275 Daytona. No paro de babear mientras escribo esto.

Uno de los más espectaculares es el Maserati 250F que abre este reportaje. Sin duda, un coche que puede ser el campeón del mundo girando cabezas a su paso. Tampoco pasan inadvertido un espectacular Bentley 4 ½ Litre de 1930, que perteneció a su padre, director de documentales, durante más de 35 años.

Bugatti T35B, Porsche 962 Matsuda, Lotus Elan de 1969, Aston Martin LM18, un Jaguar D-Type de 1955… es increíble lo bien que combinan los coches de calle junto a modelos que han participado en Le Mans, la mayoría de las últimas décadas del siglo XX. Y claro, en breve llegará, restaurado, el McLaren F1 GTR de 1996 que estrelló en el festival de velocidad de Goodwood hace unos años. La restauración de este tipo de coches emblemáticos requiere su tiempo y su mimo.

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