Pulpa de remolacha y fibra de planta de caña: tu próximo coche casi se podrá comer

  • En alguna ocasión ya hemos hablado del bambú que estrenó BMW en su primer eléctrico

  • Ahora Skoda sorprende con materiales veganos y reciclados para el futuro de sus coches

  • A falta de patente oficial, estos materiales son la avanzadilla de otros muchos, más económicos y ligeros, que están por llegar

Skoda, la marca de automóviles que forma parte del Grupo Volkswagen, ha anunciado que su departamento de desarrollo técnico está trabajando, en colaboración con la Universidad Técnica de Liberec, en la Repúlica Checa, con materiales ecológicos para que formen parte del equipamiento interior y materiales de los futuros coches de la firma centroeuropea.

Al parecer, tras ser tratados, la pulpa de remolacha y el “miscanthus”; una especie de planta de caña, ofrecen unas características que les hacen ser propicias para formar parte del habitáculo de un automóvil. Revestimientos de las puertas, incrustaciones decorativas, partes del salpicadero… la apuesta vegana de Skoda se puede expandir sin problemas, pues ya hay marcas que han experimentado con bambú, coco o arroz.

El pasado Salón de Munich, uno de los pocos que se salvan de la quema en un 2021 que sigue la tendencia de 2020 en cuanto a la paralización de actos y eventos por culpa del coronavirus, dejó ver varias novedades en este sentido. En el subtítulo mencionamos a BMW y su revolucionario i3 de apertura de puertas suicidas, pero en la actualidad el Volvo C40 Recharge ha anunciado su apuesta decidida por dejar de utilizar piel animal para sus interiores, para usar plásticos reciclados.

Más respetuoso con el medio ambiente

En el caso de la revolucionaria pulpa de remolacha, se da la casualidad de que tiene una ventaja increíble, y es que admite una amplia variedad de teñidos, lo que repercutirá en una numerosa cantidad de acabados distintos para el interior de un mismo coche. Skoda se nutre de la remolacha que se cultiva en localidades cercanas a su sede central en Mlada Boleslav, con lo que también se cuida el medio ambiente al no tener que transportar la materia prima a fábrica y reducir en gran medida la huella de carbono.

La patente para utilizar remolacha en el interior de los coches ya está en marcha, pero los checos no se van a quedar ahí, pues ya tienen avanzados otras investigaciones con materias vegetales, como las cáscaras de los granos de arroz o las fibras que se obtienen del coco.

La investigación con estos materiales no deja de ofrecer cosas buenas, ya que los residuos, al ser vegetales, se pueden reciclar de la mejor manera posible, con lo que se reduce el gasto energético e industrial de otras materias primas.

La realidad supera la ficción

En cualquier caso, no nos volvamos locos. Si crees que si te pierdes en el desierto o en la selva con tu Skoda Octavia vas a poder sobrevivir pegándole un par de bocados a la consola central o al reposabrazos del copiloto, estás muy equivocado, pues con su tratamiento industrial perderán cualquier cualidad nutritiva.

De hecho, ya hay un Octavia real donde se han introducido los nuevos materiales, y el efecto es bastante convincente, tanto al tacto como a la vista. El revestimiento de puertas y pilares se ha hecho con material que proviene de la planta de caña, mientras que el salpicadero está confeccionado con remolacha.

Esta medida que parece pionera no lo es tanto, incluso dentro de la misma marca, pues el actual SUV eléctrico de la marca, el Skoda Enyaq, contiene en la funda de sus asientos el 70% del material que proviene del plástico PET de botellas recicladas.

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