Estrenar coche sin comprarlo: claves indispensables a la hora de contratar un renting

  • El seguro, la matriculación o el mantenimiento principal del coche son solo algunas de las prestaciones que cubre la cuota mensual del renting

Lo de comprarse un coche está bien para tener tu propio vehículo y no depender de nadie para hacer tus desplazamientos, pero siempre puedes combinarlo con el uso de la bici o ir andando, que te ayuda a hacer algo de ejercicio, o con el transporte público. Estas opciones están bien para trayectos cortos en los que reduces la contaminación. Volviendo a lo del coche propio, unos ya lo saben y otros no, pero existe una opción para estrenar coche sin necesidad de comprártelo: el renting.

Si eres de los que lo desconocían así de primeras puede que no sepas exactamente qué es, porque siempre ha estado más bien destinado a las empresas, pero poco a poco el renting se ha empezado a hacer un hueco en los particulares. Entonces, ¿qué es? Podríamos decir que es un alquiler de un coche a largo plazo, es decir, no lo vas a comprar, pero será tuyo durante un tiempo estimado, según se estipule en el contrato. Pero, ¿por qué tanto interés en ello? Y lo más importante: ¿qué prestaciones ofrece para hacer del renting una opción atractiva frente a la compra?

¿Qué incluye?

Al ser un coche de alquiler no será tuyo aunque lo conduzcas durante varios meses, es como alquilar la casa donde vives, pero en vez de un inmueble, un coche. Uno de sus grandes atractivos es que te libras de alguna que otra gestión, pues tu única preocupación es abonar la cuota mensual reglamentaria que se ha estipulado en el contrato. Esta cuota incluye varios cosas, como los gastos que podría conllevar la compra de un coche, la matriculación, los impuestos o el seguro, librándote de gestionarlo tú.

Además, el mantenimiento general del vehículo o las revisiones que tenga que pasar también vienen incluidas, por lo que es una buena forma de prever los gastos que el coche te dará en los próximos meses. Otra de sus grandes ventajas es que puedes convertirte en la envidia de tus amigos al “estrenar coche nuevo”. Sí, no es tuyo, pero lo conducirás durante un buen tiempo y siempre suelen ser últimos modelos, por lo que podrás disfrutar de la tecnología más avanzada del mundo automovilístico.

El contrato establece el tiempo que el vehículo será tuyo, que por lo general puede variar entre un año y cinco. Además, todo contrato incluye un límite de kilómetros a realizar durante cada año, que dependiendo de cada empresa puede variar, pero que más o manos se establece en unos 15.000 kilómetros. ¿Qué pasa cuando se termina el contrato? Puede que el documento se haya añadido una cláusula con opción a compra, por lo que si te has decidido puedes hacerte con él para siempre. ¿Otra opción? Puedes volver a acogerte al renting y conducir un nuevo coche durante otro tiempo.

Cuidado con el tema de los golpes o accidentes, pues por lo general el seguro podría cubrirlo, aunque debes cerciorarte de lo que se indica en el contrato. El problema podría venir si no eres tú quien lo ha sufrido, sino que conducía otra persona. Puede que si el seguro del renting no lo cubre tengas que hacer cargo tú de los gastos.

¿Y los ‘peros’?

Sí, todo parece maravilloso, que lo es, pero si te pasas por alto algún que otro punto del acuerdo puede que al final tengas algún inconveniente. Puede que en al inicio del contrato estés completamente seguro, pero con el tiempo las funciones del coche no terminen de convencerte o que no puedas hacer frente a las mensualidades y decidas devolverlo antes de tiempo. Esto tiene consecuencias, pues lo más probable es que el contrato lleve una cláusula en la que se especifica que en caso de que esto ocurra se tendrá que pagar una penalización.

¿Recuerdas que hay un límite de kilómetros anuales? Pues las revisiones las cubre la mensualidad que pagas, pero en caso de que te hayas pasado no te va a quedar otra que pagar la cantidad correspondiente de los kilómetros de más que has hecho. Y antes de modificar nada, consulta siempre con la empresa, lo más probable es que si quieres, por ejemplo, tintar los cristales de los asientos traseros, no pongan inconvenientes, lo que sí que es probable es que esos gastos deban correr de tu cuenta.

Por supuesto, el combustible, la limpieza, las posibles multas o los desperfectos ocasionados por un mal uso del coche serán gastos de los que tú tendrás que hacerte cargo, no la empresa que ha alquilado el coche.