Interiorismo de yates: así son por dentro los barcos como el de Cristiano y Messi

  • Si te compraras un yate, ¿cómo lo decorarías? Te damos alguna pista: comodidad, buenos materiales, espacio para todos y un poco (o mucho) de lujo

Disfrutar de unas vacaciones en alta mar y a la medida de cada uno, alejado de los cruceros habituales, es el sueño de muchos. ¿Quién no ha fantaseado con la idea de recorrer en un yate los rincones más especiales del Mediterráneo?

Si estás planteándote unas vacaciones en alta mar o estás, incluso, pensando en comprarte un yate, hay algunas cuestiones imprescindibles que debes tener en cuenta. Para ello contaremos con el asesoramiento de Isabel Laranjinha, propietaria del estudio de decoración del mismo nombre ubicado en Madrid.

Para esta interiorista, la decoración de barcos de lujo se sustenta en tres ejes básicos: el lujo, el confort y la funcionalidad. Cuando están bien resueltos, viajar en alta mar puede convertirse en una experiencia inolvidable.

Del placer de navegar al placer de recibir

Existen tres tipos de yates de lujo: los yates grandes a motor, los megayates y los yates de rendimiento a motor. Los primeros poseen un tamaño muy superior al de otros tipos. Suelen ser los idóneos si se realizan viajes con muchas personas. Son los mejores para la realización de diferentes deportes acuáticos, ya que cuentan con grandes espacios para este tipo de prácticas.

Los propietarios de un velero solo quieren navegar, pero el propietario de yate busca otra cosa

Los megayates son los más lujosos y espaciosos. Su gran tamaño permite que grandes familias y grupos puedan disfrutar de una gran decoración en alta mar. No les falta detalle: suelen contar con servicio de piscina, pub, oficinas, salas de descanso e incluso gimnasio.

Los yates de rendimiento a motor tienen un diseño mucho más deportivo y un motor que permite grandes velocidades. Están diseñados para viajes cortos de exploración de la costa, difícilmente accesibles por un yate de mayor tamaño. Los yates de lujo más vendidos del mundo corresponden a uno de estos tres tipos.

Para cualquiera de los tres, las necesidades de los dueños es la misma: estética, confort y sentirse como en su casa. "El propietario de un velero solo quiere navegar, pero quien tiene un yate busca otra cosa. Su objetivo es disfrutar de un hogar de lujo sobre las olas. No hay divorcio entre la casa y el barco. En Estados Unidos, de hecho, decorar un barco es igual que decorar una vivienda. Allí las casas son de carpintería y se trabaja en baja tensión, exactamente igual que una casa. En Europa, las condiciones cambian, pero el objetivo es el mismo: el cliente de mega yate no quiere navegar, sino que quiere una casa en el mar. Quiere recibir cómodo a sus invitados durante un mes y no quiere estar en espacios pequeños. Lo que busca es una vivienda de lujo flotante”, explica Isabel Laranjinha.

Interioristas, astilleros e ingenieros, todos a una

El reto en este tipo de decoraciones es adecuar el espacio disponible y aprovechar al máximo los metros, algo para lo que hay que contar con los profesionales adecuados. Cada vez es más frecuente que los interioristas recurran a ingenieros navales o incluso trabajen en paralelo con los propios astilleros para optimizar los metros y conocer las intervenciones que se pueden hacer. Grandes diseñadores como Paola Lenti o Menotti colaboran habitualmente con la industria astillera. Son los gurús del interiorismo de barcos, un desafío para cualquier decorador. “Para mí es un reto darle la vuelta a la distribución y conseguir el mejor espacio posible. Cuando hablamos de barcos hay que tener en cuenta la altura y los metros de eslora para ver si es posible proyectar terrazas o diferenciar ambientes. El primer barco que decoré tenía 52 metros de eslora y el propietario quería incorporar un gran jacuzzi. Tuve que trabajar en paralelo con un ingeniero para conocer el reparto de cargas y que el jacuzzi no quedara como una masa enorme que estropeara toda la estética”, afirma Laranjinha.

Materiales: contra la corrosión, calidad

Superar la corrosión de alta mar, el sol y las inclemencias meteorológicas condiciona la elección de materiales. “Hay que buscar materiales especiales en textiles, con tratamientos especiales que repelan la humedad y estén acondicionados para mucho sol, sal y salitre. En textiles también hay que evitar colores oscuros, que atraen el calor. Sobre la iluminación también hay que evitar la luz cenital, ya que los techos suelen ser bajos, y pensar en luces indirectas, candilejas o retroiluminaciones”, señala la interiorista. El acero de los yates también debe ser especial: “el indicado es el acero náutico 316 con molibdeno”, afirma. Esta adición aumenta la resistencia a la corrosión general y proporciona mayor resistencia a temperaturas elevadas.

Siempre ha habido un mercado de productos para yates; la novedad es que ahora se ha incorporado el lujo

La vibración es otro de los elementos que hay que tener en cuenta para, entre otras cosas, algo tan esencial como el menaje de cocina. Las vajillas para yates, por ejemplo, se fabrican en materiales irrompibles. El mercado creado para ‘vestir’ yates es cada vez más amplio y se mete de lleno en el mundo del lujo, algo inédito hace años. “Los barcos han generado desde siempre un mercado de productos relacionados. La novedad es que se habían olvidado del lujo y ahora lo han recuperado. En la última edición de Maison & Objet en París pudimos ver, por ejemplo, un tejido hecho con madera: no transpira y es estupendo para caftanes o sábanas. También descubrí una moqueta especial para poder caminar descalzo sin sentir humedad”, afirma la decoradora

Tripulación: están sin hacerse notar

En la compra de un yate comienza a ser habitual que el interiorista que va a encargarse de la decoración asesore a los propietarios antes de la compra del barco para ver las posibilidades reales de reforma. Es el refit del barco y conviene hacerlo porque a veces hay sorpresas. “A veces quienes diseñan barcos no se dan cuenta de que hay una tripulación que también necesita su espacio. Y, normalmente, los propietarios, lo último que quieren, es tenerla siempre al lado. En un barco bien diseñado, la tripulación está, pero no se le nota. Para eso hay que hacer cambios estructurales y ahí es donde intervenimos nosotros”, explica la interiorista.

El refit es también imprescindible cuando el barco llega al mercado de alquiler, algo cada vez más habitual entre los afortunados que poseen un yate. Las compañías de brokers que gestionan estos alquileres exigen los requisitos impuestos por la Dirección General de Marina Mercante, perteneciente al ministerio de Fomento. Adaptarse a la legislación puede no ser barato, pero sí rentable. “Tener un barco supone una gran inversión, pero cuando la intervención está bien hecha se vende o se alquila mucho mejor”, afirma la interiorista, que ha decorado los barcos de VIPS, celebrities y algún astro del balón; entre los que alquilan estos megayates, Cristiano Ronaldo y Leo Messi.

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