A pesar de que corren malos tiempos para la lírica y para la automoción, hay un puñado de empresas y marcas automovilísticas empeñadas en ser los primeros, reconocidos oficialmente, en alcanzar y sobrepasar la barrera de los 500 km/h con un coche de producción. Hace poco hablábamos de las dudas que planteaba el intento que realizó el SSC Tuatara, y mientras marcas más reconocidas como Bugatti, Koenigsegg o Pagani siguen en la lucha, conocemos ahora un nuevo protagonista de esta película que, ni más ni menos, llega desde un país que no pensaríamos que estaba inmerso en esta batalla de velocidad: Albania.
En este país europeo se ha creado de la nada la empresa Arrera Automobili, de la mano de Qendrim Thaqi, un joven hombre de negocios albanés, diseñador y constructor, que parece no haber roto un plato en su vida y que ya estuvo al frente de un proyecto fallido, el del Illyrian PureSport, un supercar ‘made in Albania’ que contaba con un V8 de 850 CV, que finalmente no vio la luz ya que Thaqi decidió emprender una empresa aún mayor, la de crear un hypercar que lograse romper la barrera de los 500 km/h.
La nomenclatura del Arrera SD+ parece que no se ha dejado al azar: la S parece que viene de Gjergj Kastrioti, más conocido por su apodo, 'Skanderbeg', un comandante militar y aristócrata del país del siglo XV, considerado héroe nacional por sus numerosas victorias en el campo de batalla. La D es 500 en numeración romana y el +, no puede ser de otra manera, significa la intención de ir más allá de esa D, de esos 500 km/h. El proyecto no sólo no está en marcha, sino que ya tiene fecha de cristalización: todo indica que, en 2022, veremos el intento del Arrera SD+ de romper la fatídica barrera de velocidad.
El Arrera SD+ basa toda su filosofía en un sistema de propulsión fabricado en exclusiva por Wolfgang Kizler, un ingeniero con diversas patentes a sus espaldas relacionadas con motores y automoción. El bólido contará con un motor V8 de 7 libros de cubicaje, con dos cifras espectaculares: 1.800 CV de potencia y un Par Motor de 1.500 Newton Metro. Otro dato impresionante es el del peso, pues está previsto que no sobrepase los 1.250 kilos.
La fibra de carbono es el late motiv de la carrocería y también de un chasis de lo más ligero que se ha construido hasta hoy. La tecnología proviene de la Fórmula 1 y de estos monoplazas se han recogido la mayor parte de las soluciones aerodinámicas que, como podemos ver en la foto, que no es de un coche real sino de un ‘render’ por ordenador, son claves para ganarle la batalla a la resistencia del viento y culminar el reto.
Entre las muchas curiosidades y peculiaridades previstas para un coche único, el esmerado diseño es capaz de hacer que una pieza cumpla varias funciones a la vez. Así, la solución elegida para refrigerar el motor y controlar su temperatura, cuenta con una pieza posterior especial para expulsar de manera inmediata el aire caliente del compartimento del propulsor y así mantener el exceso de temperatura a raya gracias a la entrada de un flujo de aire frío casi continuo.
Poco más se sabe, apenas nada más ha trascendido y se ha filtrado de un ambicioso proyecto que está llamado a codearse con las grandes firmas deportivas sobre cuatro ruedas, y que seguiremos muy de cerca en Uppers.es.