Ponte los cascos y a disfrutar: cinco discos para cinco vinos

  • ¿Con qué vino escucharías un disco de Bruce Springsteen?

  • Si los Rolling Stones crearon en Francia Exile on Main Street, lo suyo es que al escucharlo lo reguemos con un buen vino francés. A ser posible uno soberbio. Por encima del bien y del mal

  • Porque el vino no solo se marida con comida, también con música

Dale al play y que el mundo se quede lejos por un rato, el tiempo de escuchar tu disco favorito acompañado de ese vino que le va como anillo al dedo. Saboréalos. A ambos. Degusta cada nota, del vino y de las canciones. Porque sí, el vino no solo se marida con la comida, también con la música y esta selección es la prueba de ello.

1.    'White Album', de The Beatles y un Finca Millara Blanco Barrica

Uno se pregunta cómo es posible hacer vino en los escarpados cañones de la Ribeira Sacra igual que se pregunta cómo The Beatles pudieron crear tamaña genialidad, 'White Album', en medio del caos en el que estaba inmersa la banda en 1968.

Es lo que hacen los fuera de series, crecerse ante la adversidad. Por eso, temas como 'Back in the USSR', 'Blackbird', 'Revolution' o 'Sexy Sadie', con esas mezclas de blues, rock, ska, country, soul y hasta influencias exóticas, se escuchan mejor con un vino gallego en mano, con un vino de la Ribeira Sacra.

En concreto, nos decantamos por un Finca Millara Blanco Barrica. La miscelánea de su 82% de Godello, su 16% de Albariño y su 2% de Treixadura da como resultado un vino intenso, que lo mismo tiene aroma a frutas blancas que a cítricos y que desde la bodega describen como “Sabroso, con buena acidez y tacto graso”. Lo dicho, crecerse ante la adversidad para tocar el cielo.

2.    'El sitio de mi recreo', de Antonio Vega y un Pago de Carraovejas 2019

'El sitio de mi recreo' es un disco refugio, de esos a los que volver cuando el alma nos pide un poco de paz y sosiego. Publicado en 1992, reúne algunos de los temas más emblemáticos y conocidos de Antonio Vega, tanto de su época en solitario como de la que vivió con Nacha Pop.

Se escucha con calma, a ser posible en un entorno tranquilo y con un buen paisaje ante ti y, a ser más posible aún, con una copa de Pago de Carraovejas 2019, un tinto elaborado a base de Tempranillo (93%), Cabernet Sauvignon (4%) y Merlot (3%).

Este vino es hijo de la Ribera del Duero, de una tierra singular que cada año se las ve y se las desea con un clima que gusta de llevar al límite a sus habitantes y a todo lo crece en ella. De tanta adversidad y de la paciencia, el cuidado y la pasión por el detalle característicos de esta bodega nace un vino que transmite su origen e identidad. “Pago de Carraovejas 2019 es la máxima expresión del valle”, la esencia de esta casa, igual que 'El sitio de mi recreo' recoge parte de la esencia de Antonio Vega.

3.    Horses, de Patti Smith y un Princesa Ico

Patti Smith hace lo que quiere, cómo y cuándo quiere. La libertad llevada al extremo y hecha persona. Una rara avis que, con su disco 'Horses', entró en la escena del punk para contribuir a su evolución. Mezclando estilos e influencias se suceden temas como 'Gloria', 'Redondo Beach' o 'Break It Up' en un claro ejemplo de cómo aprender de lo que te rodea, crecer gracias a ello y transformarlo en algo nuevo que ofrecer a tu público.

Un poco como los vinos de Lanzarote que, en una tierra hostil de arena volcánica, calor abrasador y vientos agotadores, nacen de unas vides que sobreviven a ras de suelo protegidas por unos muretes de piedra semicirculares, demostrando que sí, que siempre hay margen para intentarlo y, a veces, hasta para lograrlo.

Fresco como el disco 'Horses' cuando llegó a la escena del punk, dulce para contrarrestar el carácter de sus canciones y sabiendo que siempre pedirías una más (una reproducción o una copa), el vino Pricesa Ico, un blanco semidulce, es el que escogeríamos para tomarnos mientras escuchamos a la Patti Smith de 1975.

4.    'Exile on Main Street', de The Rolling Stones y un Rouge Pointe du Diable

Corría el año 1971 y los Rolling Stones tuvieron que abandonar Reino Unido por sus problemas con el fisco británico. Se instalaron en Francia y, a pesar de la vida relajada y hedonista que se construyeron allí, no pudieron evitar sentirse exiliados. De ahí que hoy podamos disfrutar de 'Exile on Main Street'.

Hicieron, aún más si cabe, lo que les dio la gana. Lejos de las discográficas y con un estudio portátil como herramienta, se trasladaron hasta Nellcôte, una villa de lujo situada cerca de Villefranche-sur-Mer (región de Provenza-Alpes-Costa Azul) que Keith Richards había escogido como lugar de residencia. Su sótano, además de drogas, fiesta y desfase, vio nacer temas como 'Tumbling Dice', 'Sweet Virgina' o 'Loving Cup'.

El sonido de 'Exile on Main Street', una mezcla de todo el bagaje que sus Satánicas Majestades habían atesorado hasta la fecha, se bebe con una copa de Rouge Pointe du Diable, un tinto que nace de unos viñedos con solera frente al mar Mediterráneo de la Costa Azul. Por encima del bien y del mal. Como los Rolling Stones.

5.    'Born to Run', de Bruce Springsteen y un Gran Reserva Marqués de Riscal

Un clásico. No pasa de moda. Cada vez que el enésimo grupo de expertos decide reunirse para elaborar una lista más de los discos imprescindibles de todos los tiempos, no es solo que se escuche el nombre de 'Born to Run' es que entra por la puerta grande hasta colocarse en las primeras posiciones.

'Thunder Road', 'Tenth Avenue Freeze Out', 'Backstreets', 'Jungleland'… forman parten de los temas del tercer disco de Bruce Springsteen que, al ver la luz en 1975, puso los cimientos de una de las carreras más importantes del rock. La portada del disco, obra de Eric Meola, también forma parte de la historia de la música.

'Born to Run' es uno de esos discos a los que volver una y otra vez como uno quiere volver una y otra vez a un Gran Reserva Marqués de Riscal. Esta bodega lleva desde 1858 haciendo vino en La Rioja y a este en concreto lo definen como “un vino para la eternidad”. En su elaboración se emplean las uvas de viñas que tienen más de 80 años, pasa entre dos años y medio y tres en barrica de roble francés y otros tres más en botella antes de ser puesto a la venta. ¿Marida o no con un clásico?