Contra las comilonas del verano: ¿es verdad que para vivir más hay que comer menos?

  • El Hara Hachi Bu es el método en el que basan su alimentación los habitantes de Okinawa, una de las zonas con mayor esperanza de vida del mundo

  • La idea principal es ingerir solo el 80% de lo que necesitarías para sentirte lleno

  • Hay que cuidar lo que se come porque no todo vale, realizar la ingesta lentamente y de forma consciente, sin distracciones

¿Comer menos para vivir más? La respuesta a esta pregunta la tienen en Okinawa y en el Hara Hachi Bu, el método en el que los habitantes de esta isla japonesa basan su alimentación y al que, junto con una potente red social y un propósito vital muy claro, le atribuyen la longevidad de los okinawenses.

Los datos, razón no les quitan. Okinawa es una de las cinco Zonas Azules que hay en el planeta, esos lugares que se caracterizan por tener una población con vidas bastante más largas y con menos enfermedades y achaques que en el resto del mundo. De hecho, en 2015, 81 de cada 100.000 habitantes de Okinawa superaban los 100 años, según el Okinawa Research Center for Longevity Science (ORCLS). Este estudio ha entrevistado desde 1975 a más de 3.000 okinawenses de entre 70 y 100 años para analizar el proceso del envejecimiento y la longevidad.

Así pues, entender el Hara Hachi Bu puede ser una herramienta interesante para seguir sumando años. La premisa es sencilla: ingerir solo el 80% de lo que necesitarías para sentirte lleno, lo cual no está reñido con cubrir todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.

Más legumbres y menos carne

Aquí es donde hay que tener en cuenta el siguiente aspecto: no vale comer cualquier cosa. Los habitantes de Okinawa siguen una dieta donde predominan las verduras, las frutas y las legumbres, con poca presencia de carne y pescado y menos aún de granos refinados, grasas saturadas, azúcar y sal.

Así, es común ver en sus platos batatas, brócoli, espinacas, pimientos, cebollas o algas. Los granos integrales también están presentes y, como acompañantes, suelen emplear pequeñas cantidades de pescado o de carnes magras, como el cerdo. El tofu, la sopa de miso y la soja tampoco se quedan fuera del Hara Hachi Bu. Para sazonar utilizan caldos de bonito y optan por las hierbas y especias, como la cúrcuma, en sustitución de la sal.

Alimentación consciente

El otro aspecto a contemplar es la forma de comer. Y es que el Hara Hachi Bu implica una velocidad de ingesta lenta, masticando bien cada bocado, y, sobre todo, consciente: nada de distracciones tipo móvil, tablet, portátil, televisión o libros. Si vas a comer, comes.

Como ya comentábamos al principio, la longevidad no se asocia al Hara Hachi Bu por sí solo. Hay otros aspectos de la vida de los okinawenses que se cree que contribuyen también a su alta esperanza de vida. Además de mantener una red social fuerte y un propósito vital claro, resulta imprescindible saber disfrutar de los placeres del presente y llevar una vida activa. No hablamos de ponerse a correr maratones ni de pasarse el día en el gimnasio, muchos de ellos se garantizan ese movimiento diario tan necesario a base de, por ejemplo, cuidar un huerto o de pasar tiempo al aire libre.

Todo esto puede sonar ajeno, incluso a veces místico, identificarlo con una filosofía de vida diferente a la nuestra y con un ritmo diario inasumible en nuestra sociedad. Sin embargo, la necesidad de practicar actividad física y apostar por una alimentación basada en frutas, verduras, legumbres y hortalizas, con poca carne y pescado, desterrando todo lo que podamos los azúcares libres (menos del 5% de la ingesta calórica), reduciendo el consumo de sal a menos de 5 gramos al día y olvidándonos de los ultraprocesados son consignas que la Organización Mundial de la Salud lleva años repitiéndonos.