Surrealista conclusión en la VII edición de la Media Maratón del Kaki Persimon de La Alcudia (Valencia), en la que participaron unos 800 corredores. Cuando el ganador de la carrera, Luis Ángel Escriche, llegaba a la línea de meta decidió pararse antes de cruzarla, descansar, secarse el sudor y mirar su cronómetro ante la estupefacción de todos los asistentes.
Escriche dejó pasar unos 28 segundos hasta que finalmente traspasó la línea de meta. El desconcertado speaker no entendía nada: "Cruza la meta, crúzala. No sabemos exactamente por qué no cruza la meta, pero ahí está". Lo cierto es que Escriche ganó la prueba muy sobrado con una marca de 1:08'45", a un ritmo medio de 3:15 minutos el kilómetro y con dos minutos de ventaja sobre el segundo clasificado, Agustín Sieres.
¿Cuál fue el motivo de esta esperpéntica resolución? No es que el corredor se hubiese quedado completamente exhausto a solo unos metros del final. Escriche tenía una razón más picaresca: quería batir el récord de la carrera, lo que implica una prima de 150 euros, pero no quería bajarlo demasiado para poder volver a batirlo el año que viene y volver a llevarse el precio económico. Para la simple victoria no hay premio. El anterior récord de la prueba era de 1:09'20", por lo que aún con todo el show lo rebajó en 35 segundos.
El comportamiento de Escriche ha recibido todo tipo de comentarios en las redes sociales, tanto de felicitaciones como de críticas, pero lo cierto es que tampoco es el primero. Muchos atletas internacionales se frenan o prefieren ir superando récords muy de poco en poco por cuestiones económicas. Por ejemplo, el pertiguista sueco Armand Duplantis eleva el listón de centímetro en centímetro para así embolsarse miles de euros por cada plusmarca. Y esta práctica también la hacía el ucraniano Sergei Bubka, por lo que fue conocido como 'mister centímetro'. Hasta 35 récords del mundo logró de esa manera el 'zar' de la pértiga.
En una entrevista en Instagram, Escriche explica que esta carrera forma parte de su preparación hacia la Media Maratón de Valencia, donde quiere bajar de 1:05', y asegura que no se arrepiente de su acción. "Y hasta apuraría más el tiempo, porque ahí había un poco de margen", indica. "Yo me gano la vida trabajando, pero ya que inviertes todos los días un tiempo, si en alguna carrera te llevas algún extra, bienvenido sea", finaliza.