Juan Manuel Asensi, jugador de España en Argentina 1978: "Sabíamos que era una dictadura, pero no lo de los vuelos de la muerte y las torturas"

"Quini y Dani salieron a cazar al campo y casi les ametrallan"
"Dormíamos con el chándal encima del pijama del frío que hacía"
"Luis Enrique se ha tirado a una piscina llena, y sabe nadar muy bien"
Hablamos en esta tercera entrega de la serie de entrevistas con jugadores españoles que participaron en mundiales de fútbol con Juan Manuel Asensi, un histórico del Barça y de la selección española, con más de 400 partidos disputados y 101 goles marcados. En 1978 participó en el Mundial de Argentina donde gobernaba el General Videla, sin saber que a unos pasos del estadio Monumental de Buenos Aires, donde se inauguró el Campeonato, se encontraba la Escuela de Mecánica de la Armada, que funcionaba como centro de torturas y exterminio, y que sobre las aguas del Atlántico sobrevolaban los aviones que arrojaban a los prisioneros al fondo del mar. Ahora, 44 años después, recuerda para Uppers cómo vivió una competición que empezó mal y acabó pronto.
El año de la democracia
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La expedición española partía desde el verano de la Transición española hacia el invierno austral de la dictadura Argentina. En 1978 se construían en nuestro país los cimientos de la democracia. Políticos de izquierdas, de derechas, del centro, nacionalistas y españolistas fueron capaces de ponerse de acuerdo para establecer unas reglas de juego comunes para todos en los llamados Pactos de La Moncloa. Se redactó la Constitución, y se aprobó por referéndum el 6 de diciembre, que desde entonces es Fiesta Nacional. ETA seguía matando, 66 personas en ese año, mientras Tejero y Sáenz de Inestrillas preparaban un golpe de Estado, Operación Galaxia, que no les salió esta vez. Kaka de Luxe publicaba su primer disco, y ya borboteaban otros grupos en la olla donde se cocía "la Movida".

En Inglaterra nacía el primer bebe probeta y en Italia se legalizaba el aborto. Las Brigadas Rojas asesinaban a Aldo Moro, comienza la Revolución Sandinista en Nicaragua, muere el Papa Juan Pablo I tras 33 días de papado, y Estados Unidos detona a 681 metros bajo tierra su bomba número 913 de las 1.129 que detonó entre 1945 y 1992.
Hacia el invierno
Los jugadores de la selección se dieron de bruces con la realidad política que vivía Sudamérica en aquellos años. "Antes de ir a Argentina estuvimos en Uruguay, y allí también había una dictadura. Cuando salíamos a dar una vuelta fuera del hotel nos acompañaban militares con metralletas. Luego en Argentina estuvimos apartados, pero vigilados por militares. Sabíamos que íbamos a una dictadura, pero no lo de los vuelos de la muerte y las torturas. De eso yo me enteré años después", reconoce Asensi.

A todos los jugadores entrevistados para esta serie les incomoda hablar de la situación política de Qatar, y Asensi no es una excepción. "El futbolista tiene poco que decir. Puedes tener una opinión contraria, pero si te selecciona tu país, es muy difícil decir que no. Para el jugador profesional un Mundial es la culminación de tu carrera deportiva, no hay nada más grande. ¿Qué jugador se ha negado a ir a Qatar? Ninguno. No solo de España, de ningún país. No podemos señalar a los jugadores por esto. Tampoco he visto a ningún directivo o periodista que se haya negado a ir. Y la gente lo sigue viendo en la tele", argumenta.
Lo cierto es que ese año fueron a Argentina los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, a presentar sus respetos al dictador Videla, el Papa de Roma envió su bendición, y el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, que acudió como invitado al Mundial, declaró: "este país tiene un gran futuro a todos los niveles".
El encierro en la Martona
La selección generaba ilusión en la afición española. Había un buen plantel de jugadores, Miguel Angel, Pirri, Cardeñosa, Santillana, Juanito, Rexach, Rubén Cano... en un momento óptimo de madurez. Pero las cosas se torcieron desde la concentración. "La Martona era un complejo nuevo que estaba a un montón de kilómetros de Buenos Aires en pleno campo. Allí no había nada. No pudimos vivir el ambiente previo de un Mundial ni sentir el calor de la afición. Ese aislamiento nos influyó mucho" se lamenta Asensi.

La concentración previa al Mundial fue un desastre. "Era un compendio de todo. Dormíamos con el pijama y encima el chándal porque hacía un frío tremendo. El cocinero nos ponía todos los días lo mismo, carne asada, espaguetis y huevos fritos. Y allí no se podía hacer nada. Estábamos constantemente vigilados. Un día salieron Quini y Dani con una escopeta que habían conseguido no sé donde para cazar, y de la nada aparecieron unos militares con metralletas que les obligaron a tirarse al suelo porque se creían que eran terroristas", comenta divertido después de los años.
El fallo de Cardeñosa
Pese a las expectativas generadas, la selección cayó de nuevo a las primeras de cambio. El primer partido se perdió 2-1 con Austria. Nos la jugábamos con Brasil y empatamos a cero, pero en ese partido se produjo una jugada que todavía hoy muchos recuerdan. Tras un centro lateral, Santillana salta más que el portero brasileño y deja el balón a los pies de Cardeñosa con la portería vacía por delante. Así recuerda Asensi la famosa jugada: "Cardeñosa decía que se había hecho más famoso por fallar el gol que si lo hubiera metido. Lo que pasó es que el campo estaba recién sembrado con paneles de césped, y por la noche diluvió. El campo estaba impracticable, saltaba el césped, se levantaban los paneles... un desastre. Esto le vino mal a Julio, porque la pelota le cayó a la derecha y para asegurar, en vez de pegarla, la paró y la pasó a la izquierda que era la buena suya, pero le dio tiempo al defensa a llegar y evitar el gol.

Después se ganó a Suecia, con gol del propio Asensi, pero ya no servía de nada. "Cualquier cosa que hagas en un Mundial queda reflejado para la historia del fútbol. Yo metí un gol que podía clasificarnos y sientes una alegría inmensa por ti y por tus compañeros cuando vienen a abrazarte, esa euforia es extraordinaria, esas emociones solo se sienten en momentos como ese".
Campeona bajo sospecha
El Mundial siguió su curso sin España. Para pasar a la final Argentina estaba obligada a ganar por cuatro goles de diferencia a Perú y una serie de acontecimientos hacen pensar que el partido estuvo amañado. El general Videla hizo una visita al vestuario peruano antes del partido. El portero peruano, Quiroga, era argentino. Se alineó a un defensa, Manzo, que no jugaba de titular con Perú y que hizo un pésimo partido. Tras el Mundial Manzo firmó un jugoso contrato con el club argentino Vélez Sarfield. Y poco después del Mundial, el Gobierno peruano recibió una donación de 35 toneladas de grano de Argentina. El partido lo ganó Argentina 6-0 y pasó a la final que ganaría a Holanda y la convertiría en Campeona del Mundo.
El futgolf
Asensi continuó su carrera vinculado al Barcelona. "Después de dejar el fútbol me saqué el título nacional de entrenador. Con las categorías inferiores del Barcelona sub 19 lo ganamos todo. Luego estuve muchos años en la secretaría técnica del Barcelona y fui representante de Reebook en Cataluña".

Desde hace 17 años reside en Alicante y en 2008, cuando tenía 59 años, registró la patente del futgolf en España, un deporte nacido en Holanda que mezcla el golf con el fútbol. Se trata de meter la pelota en el agujero, pero se juega con los pies y con un balón de fútbol. Desde entonces, se dedica a promocionar este nuevo deporte por todo el país con otros ex futbolistas. “Es divertido y le gusta a todo el mundo, porque es para todos los públicos”, sostiene hoy con 73 años.
España promete
"A la selección española la veo muy bien, son gente muy joven, muy motivada y tienen una entrenador que para ellos es importantísimo y van a muerte con él. Luis Enrique se ha pateado todos los campos y visto a todos los jugadores. No se ha tirado a una piscina vacía eligiendo este equipo. Se ha tirado a una piscina llena de agua y sabe nadar muy bien", afirma.
Y nos da las calve para ganar en Qatar: "Para ganar un Mundial hay que tener un seleccionador que sepa manejar a sus jugadores y al vestuario, saber dar caña a quien se lo merezca y calmar a otros, eso es importantísimo para mí, y Luis Enrique lo sabe hacer. Luego hay que saber jugar bien al fútbol y ayudar al compañero con trabajo sobre el campo. Y también hay que tener suerte, pero la suerte sola no alcanza, hay que ir a buscarla", concluye.
Historias del Mundial. El bigote de Kempes
En 1978 los bigotes estaban de moda. Kempes lucía uno de esos que se curvan hacia abajo. En la primera fase del torneo no consiguió ningún gol, y su entrenador, Menotti, le propuso que se lo afeitara para ver si cambiaba la racha. Kempes se lo afeitó, y metió dos goles en cada partido que disputó desde entonces, incluida la final con Holanda, alzándose con el trofeo de Bota de Oro que distingue al máximo goleador del campeonato.