Marisol tiene 53 años y padece alzhéimer de inicio temprano: “El atletismo es parte de la terapia"

Ni siquiera la medicina moderna sabe explicar por qué hay personas jóvenes – desde los 30 a los 50 años – en las que el Alzheimer aparece de forma prematura. En ocasiones, existen factores genéticos hereditarios que influyen determinantemente en el deterioro precoz del cerebro, y esto afecta, generación a generación, a los miembros de la familia escogidos por las azarosas leyes Mendel. Pero éste no es el caso de Marisol.

Ella lo hacía todo bien. Amante del deporte, compartía (y comparte) con su marido la afición por el atletismo. Nunca fumó. No le gustaba beber alcohol. Controlaba su nutrición y tenía un puesto de trabajo estable como asesora fiscal en un gabinete de abogados. Cumplía, sin pretenderlo, los tres requisitos que todo neurólogo aconseja para mantener al Alzheimer castigado en el rincón :deporte, comida sana y actividad intelectual. Y, sin embargo, hace cuatro años, algo se torció.

“Cuando perdió el trabajo porque el bufete cerró por jubilación, Marisol empezó a tener algunos despistes. Se descuidaba en casa, descolocaba la ropa, me decía las cosas y no se acordaba luego y alguna vez bloqueó su tarjeta de crédito. Ella era muy ordenada en la vida diaria, muy estructurada, estaba acostumbrada a hacer impuestos, a llevar revisiones de Hacienda, juicios, inspecciones. Y nos dimos cuenta de que algo pasaba”, cuenta su marido sobre la aparición de los primeros síntomas de una enfermedad nunca imaginada.

Cuando acudieron al médico, pasó lo que la Alzheimer’s Associaton considera como el peor error. En pacientes alejados de los 65 años, los profesionales, de inicio, no contemplan la demencia como una posibilidad real. Suelen relacionar los síntomas con cuadros de estrés o depresión; justo el diagnóstico que se le dio – equivocadamente – a Marisol:  

“La llevamos al neurólogo y primero, creyeron que era un bloqueo mental por una depresión por haber perdido el trabajo y la estuvimos tratando para ello durante un año. Cuando vimos que la cosa no mejoraba, pedimos cita en el hospital de Torrejón y allí le hicieron una analítica del líquido encéfalo raquídeo y nos dijeron que estaba desarrollando Alzheimer”.

No tenemos, ni de lejos, la información necesaria sobre esta enfermedad

Teniendo dos hermanos mayores – en edad de jubilación – y unos padres de 92 años que “de cabeza están perfectamente”, nadie entendió que ese diagnóstico fuera posible. El perfil de Marisol, con su gran historial de buenos hábitos, tampoco es el target del Alzheimer, por lo que su marido, después de asimilarlo, llegó a una acertada conclusión: “No tenemos, ni de lejos, la información necesaria sobre esta enfermedad”.

Por eso, este año, la carrera solidaria del club de atletismo al que ambos pertenecen estará dedicada a AFA, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, Parkinson y otras demencias del Corredor del Henares. Marisol, Jose, y el resto de sus compañeros del club de Velilla de San Antonio, saldrán a correr y a recoger fondos para ayudar en la investigación que, a la vista está, tanta falta sigue haciendo. 

La gente del club de atletismo de Velilla de San Antonio se ha volcado con nosotros

Porque este matrimonio, a pesar de sus obvias dificultades, no ha perdido su pasión por el deporte. El atletismo es parte de la terapia de Marisol, no sólo por los beneficios del deporte sobre su salud mental y física, sino porque ambos se levantan de la cama, se visten y salen a correr con sus amigos. "Le gente del club se ha volcado con nosotros" dice Jose con gratitud, consciente de que esa red de cariño y protección (que desde aquí, se nota) es de vital importancia para los dos.