La llegada de septiembre es el verdadero Año Nuevo para muchos. Final de vacaciones, vuelta atípica tanto al trabajo como al cole por esto del coronavirus… Y también es hora de poner remedio a esos excesos que se han dado lugar en los meses estivales y que puede que te hayan hecho perder esa figura que habías conseguido durante el invierno. Aunque también es cierto que ahora empieza a hacer más frío y con esto de la pandemia salir o ir al gimnasio no es lo mismo que antes. Por suerte siempre queda el salón de casa para ayudarte a quemar esa grasa que durante los últimos meses se ha podido acumular y que hay que perder cuanto antes. Y un método fantástico que te hará sudar y tonificar hasta el último rincón de tu anatomía son los burpees.

Hacer burpees no es ninguna tontería, es un ejercicio que hace sufrir incluso a los deportistas más experimentados. Su nacimiento se puede remontar a la década de los años 30, cuando comenzó a ser utilizado por el ejercito estadounidense para sus entrenamientos, gracias a los cuales aumentaba tanto su resistencia muscular y cardiovascular como su fuerza. Uno de sus aspectos más llamativos y que hacen tan “sencillo” este ejercicio es que no se necesita ningún tipo de material para su ejecución. Tu cuerpo y un vestuario correcto será suficiente para ponerte totalmente en forma.

Desde hace años los burpees son un habitual más en las clases dirigidas de gimnasio, especialmente en el crossfit, un punto del entrenamiento en el que se ve sufrir hasta al propio entrenador por la alta intensidad que requiere este ejercicio en el que se trabaja prácticamente todo el cuerpo. Por eso mismo se dice que, pese a su dificultad, es bastante completo, pues permite fortalecer pecho, abdomen, espalda, brazos y piernas principalmente, trabajando la mayoría de grupos musculares del organismo, siempre que se haga bien, claro.

Hacer bien un burpee tiene su complejidad y su trabajo, ya que es un ejercicio que ahora verás como une varios de los que probablemente hayas hecho alguna vez en el gimnasio o en una clase dirigida. Se empieza desde una posición vertical, en la que se baja haciendo una sentadilla, pero apoyando las manos en el suelo. Desde ahí y con un solo salto se llevan las piernas hacia atrás, quedando en horizontal para hacer flexión de brazos (una flexión común) hasta que el pecho toque el suelo. Si pensabas que esto era todo estás equivocado.

Tras tocar el pecho con el suelo y volver a la posición horizontal se da un salto hacia delante para, más o menos poner los pies a la altura de las manos, como cuando hiciste la sentadilla. Para terminar, vuelves a posición vertical y das un pequeño salto en el que levantas las manos para dar una palmada por encima de tu cabeza. Con el primer burpee terminado no queda otra que comenzar de nuevo y seguir haciéndolos hasta que termines la serie marcada.

La fuerza y la resistencia son dos habilidades que está claro que se trabajan en la realización de burpees, pero su complejidad de movimiento, por lo menos hasta que te acostumbras a hacerlos, también hace que poco a poco se adquiera una mayor coordinación. Además, si de primeras te asusta un poco el ejercicio no debes preocuparte, ya que hay varios niveles para adaptar cada burpee a una condición física específica en la que se comience por un número de repeticiones bajo, que se irá aumentando progresivamente.

Entre sus múltiples beneficios se encuentra que es perfecto para adelgazar y perder esos kilos de más ganados en verano gracias a su alta intensidad. Además, si eres de esos que se acomodan en un ejercicio, los burpees son ideales porque trabajan absolutamente todo el cuerpo, tanto el tren superior como el inferior, siendo un ejercicio idóneo para tonificar todo el sistema de forma uniforme. Mayor fuerza, resistencia pulmonar o una mejor capacidad anaeróbica son otros de los beneficios que los burpees pueden otorgarte.

Aunque en un principio puedas pensar que eso de los burpees no son para ti, probar y empezar en un nivel adecuado a tu forma física es lo ideal para que progresivamente aumentes tanto la intensidad como el número de repeticiones, viendo como poco a poco ese sacrificio y sudor da su recompensa tonificando tu cuerpo como nunca antes.